Concesionaria Madden Colón llevó a cabo un simulacro de accidente sobre la autopista como fase final del Curso de Formación de Brigadas de Emergencias,...
- 21/02/2020 06:00
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Una medida equivocada en lo que se refiere a las profesiones protegidas, y en lo que se refiere a otras actividades. Hay que dimensionar que en los últimos años a nuestro país ha entrado quien ha querido, sin ninguna exigencia o un plan de migración organizado. Se defendió la necesidad de los crisoles o las regularizaciones. Me surge la pregunta, ¿por qué todo el éxodo generado de esa apertura en los últimos diez años no aportó nada al crecimiento del país y amerita una nueva apertura? ¿Por qué no produjo la atracción de un talento sobresaliente para establecerse en nuestro país?
En el caso de los abogados es un tema ya tratado por el pleno de la Corte Suprema de Justicia, que determinó que por razones laborales sí se puede restringir el acceso a determinadas profesiones; se ha producido el fenómeno de cosa juzgada constitucional. Por lo tanto, son opiniones que se respetan en el marco de la libertad de opinión, pero ninguna tiene incidencia sobre un asunto declarado constitucional.
Si, y así lo ha señalado el pleno de la Corte Suprema de Justicia. El debate está terminado.
No. La calidad y oferta de la educación universitaria debe pasar por revisiones periódicas, formar profesionales sin competencias para convertirse en ciudadanos productivos se convierte en un problema nacional, hay modelos que no atienden el saber insertar al mercado laboral a los profesionales, no es solamente tener un título, es insertar conocimientos en un individuo y hacerlo útil a las necesidades del país, por esta razón los programas deben atender qué profesionales se requieren.
Hay retos en la sociedad que debemos enfrentar de forma colectiva, esto obliga que la identidad del Estado panameño sea fortalecida y de esta manera moldear un futuro de Panamá en un escenario internacional, cómo ser mejores y cómo se tener un mejor país requiere mirar a lo interno, y ahí encontraremos tareas suficientes para lograr mayor desarrollo. Apartemos los temas que crean división. Esa sería mi recomendación.
En algunas profesiones en las que se hace necesario o de suma urgencia, donde no hay todavía suficiente personal panameño capacitado, claro que se pueden traer profesionales, con contratos temporales específicos y regulados por ley. Hay que proteger las profesiones donde cientos de panameños preparados están desempleados. El asunto es no dejar por fuera al panameño calificado para ese puesto, por una simple terquedad. O, por el simple hecho de considerar al panameño muy por debajo de su capacidad académica y laboral. Debe haber parámetros a seguir para optar por mano de obra extranjera.
Si Panamá fuese un país donde no existiera ni un solo porcentaje de desempleo, podría considerarse la liberación de algunas profesiones reservadas para los panameños. Pero si tenemos panameños calificados para ese tipo de profesiones reservadas y no consiguen plaza de trabajo por falta de oportunidades, habrá que negarle al extranjero esa plaza de trabajo. Primero proteger lo nuestro para que mejore su calidad de vida y se sienta bien consigo mismo al realizar plenamente la tarea encomendada y para la cual se preparó.
Un mundo globalizado no justifica dejar de proteger los puestos de trabajo que los panameños pueden realizar por competencia, número suficiente de profesionales y necesidad.
En el campo de la docencia universitaria se podrían contratar profesores extranjeros, por semestres, solamente en las áreas donde haga falta sin desplazar al panameño calificado. Que después el profesor extranjero quiera quedarse en el país, es asunto de él.
Nuestro país, desde hace décadas, tiene una fuga de cerebros. Egresados de programas de excelencia profesional del Senacyt e Ifarhu y de nuestras universidades públicas y privadas que se especializan en el extranjero a nivel de maestrías y doctorados, que no logran una inserción laboral y tienen que laborar en lo que no se especializaron porque es lo que el mercado les ofrece, y desesperados por sobrevivir tienen que salir del país a buscar oportunidades de trabajo en el extranjero. Senacyt tiene un banco de datos de egresados de programas de excelencia, cuyas profesiones son necesarias para el país y no hay por qué contratar mano de obra extranjera. Exbecarios panameños que vienen de las mejores universidades los contratan para trabajos que no tienen nada que ver con su especialidad, todo por tener a alguien con más títulos que a las finales el salario no compensa el esfuerzo y sacrificio por lo que procuraron conseguir y terminan completamente frustrados.