Donde las calles tendrán nombre

Actualizado
  • 29/02/2020 16:03
Creado
  • 29/02/2020 16:03
La mejor manera de tener un sistema lógico de nomenclatura es implantarlo desde temprano y conservarlo. A pesar de todos los beneficios potenciales, este tipo de proyecto no es fácil de poner en práctica
Diagrama del centro de Colón.

En 1987, el grupo irlandés de rock U2 tuvo gran éxito con su canción 'Donde las calles no tienen nombre', que reflejaba su experiencia tras una visita a Managua. Tener un sistema adecuado para dar nombre a las calles y a los predios (cada terreno, local o domicilio) permite llegar, sin lugar a equivocarse, a la puerta de nuestro destino.

Esto también facilita que el correo, y otros tantos bienes y servicios, se entreguen a domicilio: la renovación de licencia de conducir, la entrega de cuentas, las facturas, las multas, la declaración de impuestos y muchísimas otras cosas se pueden hacer por correo. Imaginemos cuánto tráfico se libera de las vías. Cuando no existe un buen sistema de catastro (planos y documentación de los lotes de un lugar), la nomenclatura vial y predial ayuda a hacer eficientes distintas funciones públicas de planificación y gestión, incluyendo mantenimiento, seguridad, recaudo y otras.

A Nueva York se le conoce por su cuadrícula, implantada en 1811, con calles y avenidas numeradas donde es fácil decir: “Nos vemos en la esquina de calle 42 y Ave. Séptima”, incluso normalmente con decir los números se sabe cuál es la calle y cuál la avenida.

Broadway, por estar sobre un camino muy antiguo, es la única que atraviesa la cuadrícula mayor haciendo diagonales. Los mapas callejeros muestran también la nomenclatura de predios y los taxistas o personas con buena memoria saben con cierta precisión la numeración que encontrarán a partir de cada avenida. La dirección 131 W 3rd St nos llevará inequívocamente al Blue Note.

Hacia el downtown, al sur de Houston Street (SoHo), las calles son un legado colonial holandés e inglés y conforman retículas menores que intersectan formando diagonales, y las calles allí tienen nombres en lugar de números. Si alguien dice “nos vemos en Prince y Mott” ya se sabe que es en esta zona de la ciudad.

Entre nuestras ciudades vecinas, Bogotá tiene un sistema envidiable, muy lógico, de nominar sus avenidas y carreras y las señales que se ven, indican hasta la numeración de predios de cada manzana. Pero esto es posible porque la forma física de las calles lo permite.

La mejor manera de tener un sistema lógico de nomenclatura es implantarlo desde temprano y quedarse con este. A pesar de todos los beneficios potenciales, los proyectos de nomenclatura no son fáciles de poner en marcha. Incluso después de importantes cambios sociales, hay ciudades que acometen un proyecto de cambiar nombres puestos, por ejemplo, por un régimen autoritario, y no logran encontrar el consenso y el capital político para implementar los cambios sino tras un largo proceso de consulta y consenso.

En Panamá podemos ver distintos sistemas de nomenclatura. Como se aprecia en el diagrama, el centro de David, por ejemplo, tiene un sistema en el que, a partir de la calle Central, se comienzan a nombrar las calles alfabéticamente hacia el sur y hacia el norte, y desde la avenida Central, se numeran hacia el este y el oeste. De esta forma es fácil encontrar el parque de Cervantes al decir esquina de calle B norte con avenida 3era. este.

Diagrama del centro de David.

En el centro de Colón, en cambio, las avenidas corren a lo largo y llevan nombres, mientras que las calles son transversales y están numeradas.

Hay un sector pequeño en el que las calles tienen letras por nombre. En France Field, en cambio, las calles llevan ordinales de norte a sur (primera, segunda...), y las avenidas también ordinales del oeste hacia el este. Más importante que utilizar un sistema u otro es que haya un sistema consistente y que se adapte a la forma física de las calles, lo que llamamos el trazado urbano.

Pero, ¿qué ocurre fuera de los centros de David y Colón, y en muchas otras ciudades panameñas, sin que la capital sea la excepción? Ocurre que el orden que conforman las vías se deteriora al alejarse del centro, y así también, la asignación de nombres se vuelve inconsistente. Mientras más desordenado sea el patrón físico de las calles, su diseño, es más frecuente encontrar calles sin nombres o nombres improvisados.

En los lugares donde los asentamientos son espontáneos hay muchas calles sin nombre y cuando la geometría de estas es compleja, se vuelve imposible hacer nombres en secuencia de numerales, ordinales o letras. Cuando una ciudad tiene un desarrollo con una forma irregular y una trama urbana fragmentada, no es viable tampoco establecer dos ejes centrales a partir de los cuales fijar sectores cardinales, como sí se pudo hacer en el centro de David.

En anuncios de diarios del siglo XVIII en Panamá, se ven nombres como calle de las Calaveras y calle Platanal, y se comenta sobre el callejón de la Muerte, aunque han quedado en desuso.

También se observan en el presente nomenclaturas coloquiales, no oficiales, como la 'calle de los Ahuevados'. Pero aparte de esas curiosidades, la situación de la nomenclatura enfrenta grandes retos en todo el país. Cuando hay muchas calles sin nombre, con nombres repetidos o con la misma numeración se intersectan, entonces la efectividad de tener nombre pierde su efecto.

Además de los sistemas secuenciales (letras, numerales, ordinales), hay sistemas temáticos por nombres, ciudades como Londres, Madrid y San Pablo asignan nombres, no números ni letras a sus calles. Para que este sistema ayude a 'leer la ciudad' y a encontrar el camino a cada destino, los nombres se asignan por temas: un vecindario puede tener nombres de intelectuales nacionales, otro, de ciudades capitales del mundo, otro, nombres de árboles, o de flores.

El compañero imprescindible de todo sistema de nomenclatura es un buen mapa callejero, que contiene las calles dentro de una cuadrícula y también, aparte, en una lista ordenada alfabéticamente, así es posible buscar cualquier calle en la lista y luego localizarla en el mapa por medio de las coordenadas de la cuadrícula. En las grandes ciudades, las autoridades diseñan un mapa, que a veces distribuyen gratuitamente, a partir de ese diseño otros adaptan el mapa y lo publican con el fin de venderlo.

Una intención

Actualmente existe una iniciativa en la Asamblea Nacional, que se interesa por la sistematización de la nomenclatura y desea promover su implementación en el país. No se ha dado a conocer con gran detalle, sin embargo, es importante que lo que se vaya a hacer sea elaborado por expertos y no por políticos.

Para plantear un proceso nacional que incluya distintas ciudades y zonas muy distintas entre sí, se recomienda empezar con el desarrollo de una norma marco y un plan de acción. Debería estar de más precisar que esto se debe hacer dentro de un marco transparente y meritocrático de formulación y adjudicación competitiva.

Una aspiración consistente con nuestro momento de avance en Panamá, es establecer sistemas para nominar las calles y los predios de manera que apoyen la movilidad individual, la gestión pública, la iniciativa privada, y que sea reflejo de significados culturales propios de nuestro país. Para esto es esencial que todo esfuerzo a favor se centre en la sensatez del criterio experto y el conocimiento local a través de la participación y transparencia.

Queremos ser un lugar donde las calles tienen nombre y este tiene significado

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