Reflexiones de una crisis y del sistema de salud

Actualizado
  • 10/04/2020 00:00
Creado
  • 10/04/2020 00:00
La crisis sanitaria que enfrenta el mundo por el nuevo coronavirus va dejando lecciones que traspasan las fronteras de la salud. En Panamá, una abogada y un médico analizan el fenómeno
Reflexiones de una crisis y del sistema de salud
En términos generales, la ministra Rosario Turner ha hecho un buen trabajo; evidentemente, como en todo, ha tenido desaciertos, especialmente al principio
Julio Osorio Médico
¿Cómo evalúa el papel de la ministra Rosario Turner en esta crisis sanitaria?

En general bien, pero como en todo, con aciertos y desaciertos. En cuanto a los desaciertos, creo que se perdieron unas semanas al inicio de la crisis que terminaron por agudizar la situación que tenemos ahora. Sin embargo, en general cuando comparamos a Panamá con los países de América Latina estamos por encima, en cuanto a casos, pero en mortalidad estamos muy similar al resto en cuanto a fallecidos versus población. Se han tomado decisiones críticas en las últimas semanas. Pero, reitero, en las primeras semanas se perdió tiempo en tomar algunas medidas. Definitivamente no eran decisiones en materia de salud, sino que pesó más lo que representa para el país la conectividad aérea del aeropuerto de Tocumen que históricamente ha sido un gran beneficio para Panamá, pero en esta ocasión jugó en contra de nosotros.

¿Considera que las medidas que ha adoptado el Ejecutivo para contrarrestar el virus han sido suficientes y acertadas?

Como te expliqué en la pregunta anterior, la conectividad aérea que tiene un peso importante en la economía del país evitó que, a nivel de Consejo de Gabinete, se tomaran decisiones a tiempo. Sin embargo, al mismo tiempo que avanzaba la crisis se incrementaban las medidas necesarias.

Es evidente que esta crisis sanitaria ha revelado la fragilidad de los sistemas sanitarios de países desarrollados, ¿cómo evalúa el sistema sanitario de Panamá ante esta crisis?

¡Claro! Nosotros teníamos un sistema en crisis desde mucho antes de esta realidad del nuevo coronavirus. Nosotros en Comenenal, por ejemplo, tenemos un poco más de 15 años de estar denunciando el desmantelamiento del sistema sanitario, a través de las privatizaciones y tercerizaciones, y que nunca se llegó a dotar el sistema con los recursos humanos necesarios. Desde hace 20 años hemos venido diciendo que hace falta personal médico y de enfermería y no hubo gobierno que tomara una decisión para mejorar esa situación. En diciembre de 2018 salió un artículo del Banco Mundial en el que señalaba que Panamá necesitaba para 2030 aproximadamente 30,000 profesionales de la salud y estamos muy lejos de esa meta. El otro aspecto es el desabastecimiento crónico de medicamentos e insumos médico quirúrgicos y, a pesar de que al actual gobierno se le puede dar el beneficio de la duda porque tiene poco tiempo, sin embargo, hasta finales de enero le reiteramos que no se habían tomado las medidas necesarias para solucionar las crisis del sistema de salud. Por ejemplo, se aprobó una ley para la compra internacional de medicamentos, pero no ha sido aplicada. En medio de la crisis por el coronavirus, el director de la Caja de Seguro Social, Enrique Lau Cortés, admitió que el desabastecimiento es del 20% porque dijo que el abastecimiento era de 80%. Ha habido una pésima planificación de recursos y de las inversiones que se deben hacer para tener un buen sistema de salud; los países que mejor han enfrentado esta crisis sanitaria son los que tienen un sistema de salud robusto.

Aspectos positivos y negativos de la sociedad panameña en cuanto a enfrentar la crisis sanitaria.

Esta crisis también ha puesto en evidencia otra de las grandes crisis del país: la educación. Los comportamientos inadecuados de grupos sociales revelan la baja educación que los gobernantes le han ofrecido al pueblo, especialmente después que se retomó la democracia entre comillas. Los gobiernos no han apostado a la educación que, al igual que la salud, la han hecho un negocio.

Pasada esta tormenta, a su juicio, ¿hacia dónde se debe enrumbar el país?

Bueno, no solo el país, sino el mundo entero. El filósofo Noam Chomsky ha dicho que es insostenible este sistema capitalista que tenemos actualmente, en el que prevalecen los intereses de las grandes corporaciones, y el periódico estadounidense The Washington Post publicó, esta semana, un artículo en el que plantea que muere el capitalismo salvaje o muere la civilización humana. El problema no es necesariamente el sistema social económico que impera, sino que el sistema, desde hace unas cuatro décadas, le ha impuesto al mundo el interés del mercado por encima del interés social. Un sistema que ha apostado por achicar el poder del Estado y que el señor todopoderoso sea el mercado, donde se privilegia la ganancia. Se requiere, como lo han planteado muchos pensadores, un sistema socioeconómico más humano, incluso que sea capitalista, pero que definitivamente sea reformista en el sentido de priorizar el valor de la vida humana y los intereses del Estado o de la colectividad.

Es evidente la necesidad de fortalecer el sistema público de salud y ofrecerle los recursos necesarios a ese personal para un mejor desempeño
Walkiria Chandler D'Orcy Abogada Diputada suplente por el circuito 8-7 y activista ambiental y de derechos humanos. Exdirectora de asesoría legal de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá
¿Cómo evalúa el papel de la ministra Rosario Turner en esta crisis sanitaria?

Una mujer a la que le ha tocado crecer ante la crisis y ejercer la dirección que la envestidura del cargo amerita. Hemos podido contemplar cómo ha desarrollado mayor tesón y control no solo escénico, sino demostrando su jerarquía. Me encantaría observar un proceso de evolución similar en muchos de los que la acompañan, ya que su labor no es aislada, ella necesita un equipo en el cual todos marchen al mismo paso. Teniendo en cuenta las reducciones presupuestarias que encontró en el engranaje de salud y la debilidad institucional a la que varios gobiernos anteriores condenaron a dicho sistema, y los recortes que ha efectuado el actual gobierno con su pretexto de austeridad, me atrevo a decir que es una guerrera que con biombo se enfrenta a adversarios que poseen armamentos nucleares.

¿Considera que las medidas que ha adoptado el Ejecutivo para contrarrestar el virus han sido suficientes y acertadas?

Todo es perfectible, ameritamos políticas públicas fundamentadas en el bien común, la necesaria aplicación de la medida de cuarentena que contiene la expansión del Covid-19, tiene efectos económicos secundarios en nuestra población, como el cese de contratos laborales, despidos y cierres de comercios.

Tal como lo planteamos hace algunos días, las organizaciones y personas firmantes de la carta abierta, sostenemos que el país necesita una salida a la crisis del Covid-19 enfocada en el bienestar colectivo, teniendo dos objetivos fundamentales. En primer lugar, asegurar a toda la población con los medios necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, pues se trata de defender la vida y asegurar la preservación de la fuerza de trabajo. En segundo lugar, asegurar al sector salud con el personal necesario, el capital financiero y los insumos imprescindibles para seguir afrontando la pandemia y evitar futuros nuevos brotes.
Es evidente que esta crisis sanitaria ha revelado la fragilidad de los sistemas sanitarios de países desarrollados, ¿cómo evalúa el sistema sanitario de Panamá ante esta crisis?

Gobernantes irresponsables nos han heredado un sector salud privatizado (aunque no se diga) y mermado presupuestariamente, con recortes de más de $420 millones al Ministerio de Salud, la CSS y al Instituto Conmemorativo Gorgas que se encuentra en la primera línea de defensa frente al virus Covid-19. El sector privado mantiene una mora con la CSS que asciende a una deuda en concepto de aportes de $283 millones, y así se nos pide sacrificio y solidaridad a los panameños, cuando pareciera que solo la clase media y los panameños de pocos recursos son los que deben dar su aporte a la crisis, ya que la robusta clase dominante de la economía pareciera ver desde la barrera cómo todos los demás ponen a flote el país. Todo esto no hace más que evidenciar la necesidad de fortalecer el sistema público de salud, brindando los recursos necesarios para que también el personal de salud cuente con los insumos necesarios para el óptimo desempeño de sus labores.

Aspectos positivos y negativos de la sociedad panameña en cuanto enfrentar la crisis sanitaria.

La crisis ha evidenciado la esencia de muchos, como positivo destaco la gran labor humanitaria y vocación de servicio de los operadores del sistema de salud, técnicos, enfermeras, médicos, auxiliares, laboratoristas. Es admirable con pocos recursos y a la espalda de políticas públicas que los consideren. Dichos servidores han puesto en algunos casos incluso su vida, para garantizar el bien y salud de las mayorías. Desde mi prisma, lo más negativo es (y lo exteriorizo con infinito desdén) aquellos personajes de nuestra sociedad que se han valido de una crisis y situación de vulnerabilidad extrema de muchos panameños para sacar crédito político; algunos han empleado recursos del Estado para exhibir donaciones a sus nombres, dando enseres de limpieza, desinfección o incluso alimentos, haciendo gala de un falso altruismo y oportunismo exacerbado. Sumaría la especulación económica que han querido aplicar algunos comercios, y también la situación de Minera Panamá, ignorando todo protocolo de salud y mandato estatal a fin de continuar explotando nuestros recursos, deteriorando nuestro ambiente y exponiendo la salud de sus trabajadores. ¿Hasta cuándo seguirán jugando con la miseria humana?

Pasada esta tormenta, a su juicio, ¿hacia dónde se debe enrumbar el país?

Sin duda la pandemia alteró la concepción del mundo tal cual se tenía. Panamá no es ajena a esa realidad. Se evidenció lo precario de nuestro sistema de salud, las debilidades en infraestructuras nos sobrepasan y estamos pagando con creces nuestro precario sistema de educación.

Debemos dirigir todos nuestros esfuerzos como nación a redefinir el norte de nuestro Estado, con un sistema tributario más equitativo, eliminando recortes a un sector tan importante para el desarrollo y bienestar del pueblo como es el de salud; prestemos atención a la parte humana antes que a la económica, ya que sin personas no habrá mercados. Giremos la mirada a las mujeres y a sus tareas de cuidado, al aumento a la violencia de género que galopa en tiempos de cuarentena y a la ausencia de políticas públicas que prevengan y penalicen estas prácticas. Ojalá al sobrevivir la crisis del Covid-19 seamos resilientes y dimensionemos lo frágiles que somos como humanos.
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