Los ríos perdidos, transformaciones urbanas durante la construcción del Canal

Actualizado
  • 01/05/2020 00:00
Creado
  • 01/05/2020 00:00
Antes de la construcción del Canal, el territorio que ahora ocupan los patios de contenedores del puerto de Balboa, los barrios de La Boca, Diablo, Curundú, Corozal y Albrook, era ocupado por las llanuras aluviales donde confluían los estuarios de los ríos Curundú y el Río Grande

En el imaginario del panameño, en esa representación que vemos en un mapa del istmo, prevalece la idea de que el Canal, con sus lagos Gatún y Alajuela, y el corte Culebra, siempre han estado ahí.

Se trata de una idea poco cierta, pues este territorio lleva ocupado por los humanos unos 12,000 años, y el Canal, con apenas poco más de 100 años, representa una pequeña fracción de este período de historia humana.

Se hace entonces necesaria una reflexión sobre cómo era la topografía de esta franja de tierra por donde cruza el Canal antes de su construcción y de qué forma fue transformada.

Una revisión de mapas del período entre 1890 a 1912 nos deja entrever algunas de estas transformaciones. Antes de la construcción del Canal por los estadounidenses, el territorio que ahora ocupan los patios de contenedores del puerto de Balboa, los barrios de La Boca, Diablo, Curundú, Corozal y Albrook, incluyendo el aeropuerto y el centro comercial, era ocupado por las llanuras aluviales donde confluían los estuarios de los ríos Curundú y el Río Grande.

En este mapa se muestran los avances en la construcción del Canal y la transformación del paisaje. Visibles aquí el Lago Miraflores y las esclusas del mismo nombre y la construcción de la Calzada, uniendo el área de Balboa con la I. de Naos. Todavía no había sido rellenado el estuario del río Curundú u Hondo.

El río Curundú, afluente del Río Grande, era caudaloso, ocupando parte de lo que actualmente corresponde a los barrios de Los Ríos, Altos del Diablo y Albrook, uniéndose ambos ríos en la zona que actualmente ocupa el patio de contenedores del puerto de Balboa.

El Río Grande, por su parte, descendía desde la zona de Emperador, en Arraiján, hasta llegar a la entrada actual del Pacífico del Canal de Panamá. En su recorrido hacia el Pacífico, tenía como afluentes los ríos Pedro Miguel, Caimitillo, Brazo Camarón, Cocolí, Cárdenas y el Curundú.

Toda esta amplia red hídrica, que drenaba hacia el Pacífico, y que se encontraba entre los actuales corregimientos de Ancón y Arraiján, sería alterada con la construcción de la vía interoceánica. En el caso del estuario pantanoso del río Curundú, este habría sido rellenado entre 1916- 1926, bombeando material extraído de la construcción del Canal mezclado con agua (relleno hidráulico) y colocando entre tres a cinco pies de material sobre el nivel base.

El terreno acondicionado fue llamado Balboa Fill Landing Field, y era utilizado por escuadrones de la recientemente creada Fuerza Aérea estadounidense. Para 1934 se termina, sobre este relleno, la construcción del aeropuerto y demás facilidades que formarían parte de la base aérea de Albrook, (Enscore y otros, 1997).

En cuanto al Río Grande, este fue represado durante la construcción del Canal para crear un gran reservorio con una capacidad de 362 millones de galones de agua, conocido más tarde como lago Miraflores, y que supliría de agua potable a los poblados del Pacífico de la Zona del Canal y a la ciudad de Panamá.

Luego, durante los trabajos realizados en el cerro Contratista, el curso del río principal, el cual corría desde la vieja represa hasta el aliviadero cerca de la estación de Cucaracha, fue parcialmente rellenado, con lo cual desaparece (PCR, 1955).

Fuerte Amador

La construcción del fuerte Amador es otra de las transformaciones del paisaje en la entrada del Pacífico del Canal. Para 1913, el Gobierno de Estados Unidos decide la fortificación del Canal de Panamá, siendo “una de las áreas específicamente recomendadas como sitio de defensa, el área de relleno, conocida como el basurero de Balboa, una zona de pantanos costeros y manglares, junto con el grupo adyacente de islas en la bahía de Panamá” (USARSO, 1998).

Además del relleno para la construcción del fuerte Amador, el proyecto incluía la construcción de una calzada que conectara las islas de Naos, Perico y Flamenco utilizando material de relleno extraído de la excavación del corte Culebra, el cual había sido depositado en el “basurero de Balboa”.

Este mapa presenta los ríos que se encontraban en la actual entrada del Canal sobre el trazado de vías actuales. Las líneas de punteado rojo muestran el límite de costa para 1895.

En 1908 se aprobó el plan para crear el rompeolas que conectaría el fuerte Amador con la isla de Naos, esta primera conexión estaría lista en 1912. El rompeolas proporcionó protección a la entrada del Canal por el Pacífico contra la destrucción causada por las corrientes de marea con sedimentos (USARSO, 1998).

Otra de las áreas acondicionadas como parte del desarrollo de la infraestructura necesaria para la operación del Canal, sería la zona conocida como Balboa Flats (o llanos de Balboa), en donde se construirían viviendas para los trabajadores del Canal, además de un puerto y su correspondiente terminal, que ocupaban inicialmente 176 acres y cuya edificación se dio entre 1910 y 1914, (Isthmian Canal Comission, 1914; Panama Canal Museum, 2011).

La transformación del paisaje natural de la cuenca del Río Grande y río Curundú para la construcción de las facilidades antes descritas, representó un cambio colosal del paisaje. Este cambio serviría de base para la implantación de una nueva estructura militar-urbano-comercial, sobre la cual se redefinió la relación de Panamá con el mundo a partir de ese momento.

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