FAO: 'Habrá dos años de incertidumbre y elevación de precios y alimentos'

Actualizado
  • 23/06/2022 00:00
Creado
  • 23/06/2022 00:00
El coordinador subregional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci, advierte que el alza de precios se viene observando en los lácteos, cereales y aceites vegetales
Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica.

Adoniram Sanches Peraci, de nacionalidad brasileña, posee una maestría en Desarrollo Rural por el Colegio de Post Graduados de México y es licenciado en Agronomía por la Universidad Federal do Paraná, Brasil. Cuenta con una amplia trayectoria en la elaboración e implementación de políticas públicas y proyectos para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional y el desarrollo rural. Sanches Peraci, quien actualmente se desempeña como coordinador subregional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Mesoamérica y representante del organismo en Panamá y Costa Rica, conversó con La Estrella de Panamá sobre las perspectivas de hambre y pobreza en América Latina y el Caribe, en un contexto todavía de pandemia de la covid-19 y de incertidumbre por las situaciones del entorno internacional.

¿Cómo pinta la FAO el panorama de la seguridad alimentaria con todo lo que está sucediendo tanto en el entorno internacional como local, relacionado con los efectos de la pandemia la situación económica, los altos del petróleo y ahora el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania?

El mensaje no es bueno, lo que encontramos en los últimos tres años y que los economistas llaman la tormenta perfecta. Desde 2015, por cuenta de la recesión económica, el tema hambre, desnutrición, pobreza en América Latina y el Caribe, después de dos décadas (20 años) de caída vuelve una curva creciendo en contra. En 2019 y 2020, la pandemia covid-19 fue un acelerador que aumentó los índices de personas con hambre y pobreza. De 44 millones de personas en 2020, en 2021 se incrementó a 60 millones; y ahora, con la guerra, todo indica que vamos a cruzar los 90 millones. Tormenta perfecta por cuenta de bajo crecimiento económico, inflación y poco espacio para los países reaccionar con la economía. El esfuerzo que los países hicieron durante la pandemia para la reactivación de la economía, esas cartas ya fueron tiradas; entonces en esa condición de bajo crecimiento, alta inflación, volver a tener una acción pública nos va a costar mucho.

Siguiendo con el tema de la seguridad alimentaria ¿cuál es su análisis del impacto de la guerra entre Ucrania y Rusia?
FAO: 'Habrá dos años de incertidumbre y elevación de precios y alimentos'

En un escenario de incertidumbre por la guerra, no sabemos hasta cuando va, todos los análisis que estamos haciendo, sobre todo ese mundo de fertilizantes para la agricultura que está muy vinculado con la matriz energética, combustible, la urea que es muy usada en la agricultura y transporte logístico de combustible, todo indica que vamos a tener años peores, en lo que viene por delante, para el segundo semestre de este año y quizás 2023. En todo ese diálogo con la estructura de agricultura en América Latina y el Caribe que hacemos con frecuencia ya consolidaron el diagnóstico que estoy comentando y ahora estamos conversando con las autoridades de agricultura y economía sobre reacciones que podemos cruzar. Hay un periodo quizás de dos años de mucha incertidumbre y de mucha elevación de precios en fertilizantes y en los alimentos.

¿Con qué países han tenido esas conversaciones?

Con autoridades panameñas y con los ministros de agricultura y hacienda de la región de América Latina y el Caribe.

Recientemente, la FAO presentó su último informe del índice de precios, ¿qué resultados arroja este análisis?
FAO: 'Habrá dos años de incertidumbre y elevación de precios y alimentos'

Dentro de Naciones Unidas, tenemos el compromiso o la obligación de informar desde 1961 a los 193 países miembros, el índice de precios, o los llamados índices de precios de la FAO con la veraz información de todos los países. Son monitoreados 95 alimentos, cada diez días, los precios internacionales y agrupados en cinco grupos de alimentos. Ese índice mostró un crecimiento en el 2008 y 2009, una elevación brutal, pero lo que vimos ahora en marzo de este 2022 es que nunca el índice estuvo tan elevado como ahora. Y si uno entra en ese grupo de los alimentos que están ahí: los lácteos, los cereales, esa parte de azúcares, de aceites vegetales se ve claramente que el grupo de aceites vegetales está bastante elevado, lo que empuja la curva de precios. Un segundo grupo de alimentos son los cereales. ¿Por qué? porque el 78% del comercio global de aceites vegetales, sobre todo el girasol viene de Rusia y Ucrania; 30% de los mercados internacionales de cereales, básicamente trigo y cebada viene de Rusia y Ucrania. Entonces, la batalla, los conflictos están sobre los campos de arroz, sobre los campos de maíz, sobre los campos de trigo y los campos de girasoles. Y en junio es el periodo de cosecha y esa cosecha no está ocurriendo porque el conflicto se expandió para las zonas rurales; y entonces toda estructura de cosecha, la estructura portuaria de exportación está comprometida y todo esto afecta el índice de precios de alimentos. En ese informe del índice nosotros estamos diciendo que está vinculado a la guerra y cómo la guerra tiene en incertidumbre la inflación. Ese índice será siendo quizás el más elevado de la historia. No menos vinculado a precios están también los fertilizantes, porque Rusia es el mayor exportador de urea, y la urea está vinculada al petróleo y al gas natural, y es el segundo exportador de potasio y el tercero de fósiles. Los dos Rusia y Ucrania.

Y, ¿cómo impacta todo esto a Panamá y a los países de la región. Utilizan fertilizantes de Rusia y Ucrania para la agricultura?

En la agricultura, Panamá junto con Costa Rica, México, entre el 20% y 30% del uso de los fertilizantes viene de esos países (Ucrania y Rusia). Hay países en que la situación está peor, como Ecuador, Brasil, que (ese uso de fertilizantes) llega a 40%. La urea en los últimos siete meses se multiplicó por tres su precio. Esto significa que el agricultor que va a comprar ahora urea para hacer siembra de maíz, de frijoles, o de vegetales, va a encontrar un costo de producción tres veces mayor. Y ese precio seguramente cuando va a cosechar va a llegar a nosotros los consumidores. Es una cadena de problemas que, otra vez, una situación de guerra, una curva de inestabilidad que no sabemos cuando esa guerra va a parar. Pero, especialmente, ese conflicto Rusia-Ucrania está asentado sobre la producción de fertilizantes globales, cereales y aceites de girasoles que consumimos. Por eso es que este indicador de precios de la FAO registra con bastante propiedad esa elevación sustantiva.

¿Toda esta cadena de situaciones que se están dando en el entorno internacional traería más hambruna?
FAO: 'Habrá dos años de incertidumbre y elevación de precios y alimentos'

En el mes de agosto debemos informar a todos los 193 países el estado de la inseguridad de hambre, un indicador, una metodología bastante reconocida, validada que nosotros venimos informando desde 1960 a todos los países.

Y, ¿cómo está Panamá en el tema de hambruna?

En estas dos últimas décadas Panamá, por ejemplo, hace 20 años tenía 25% de personas con hambre, pero el último número que entregamos en 2021, celebramos que bajó a 7.5%, en 2019 estaba en 11.5% y en 2020 en 7.5%. Celebramos porque en Panamá ese número se mantuvo dentro de la pandemia y dentro de la guerra, en comparación con otros países vecinos centroamericanos, donde ese número aumentó significativamente. ¿Por qué? porque hay una dificultad de acceso. Los alimentos no estaban llegando, sobre todo a los países importadores como Panamá, Chile, Venezuela, que tienen una economía abierta que importa. Ese número de porcentaje, de personas con hambre nosotros los entregamos en el mes de agosto. Desde 2016 se ve un ligero crecimiento (en los países), llega la pandemia, llega la guerra... por eso es que estamos ansiosos esperando ese número ahora para agosto de Panamá, porque venía de una buena trayectoria de caída, de 25% a 7.5%; y durante la pandemia celebramos porque todos los países incrementaron y en Panamá se mantuvo. Analizamos mucho Estudiar sin Hambre, la ley de Agricultura Familiar, Panamá Solidario que son programas que se implementaron, donde las personas tuvieron acceso a bonos electrónicos, financieros, para comprar alimentos, las bolsas de alimentos, cosa que otros países no tuvieron la capacidad de hacer. En América Latina y el Caribe de 40 a 60 millones de personas están con hambre, pero Panamá se mantuvo con 300 mil personas (7.5%).

¿A qué atribuye que Panamá haya mantenido ese 7.5% de hambruna?
FAO: 'Habrá dos años de incertidumbre y elevación de precios y alimentos'

Considerando que nosotros siempre trabajamos con elementos comparativos con los 33 países de la región, Panamá, Costa Rica, Chile, Uruguay tienen un estatus económico diferenciado por razón de institucionalidad. Tienen ministerios, procesos democráticos que funcionan. Pero en Venezuela o Haití los números se dispararon. Vemos que esa institucionalidad de la vida democrática funcionando ayuda mucho y el espacio fiscal para hacer política distributiva, desde hace 20 años aprendimos que con un buen programa de focalización como el Plan Colmena que tienen ustedes (Panamá). En 23 países hay la misma estrategia, el registro único de la familia pobre, todas las demás estructuras del gobierno para hacer política social, focalizada en este registro. En Brasil se llama Bolsa Familia, en Paraguay se llama Teco Porá, en Bolivia Juancito Pinto, aquí (en Panamá) se llama oportunidades Colmena. Todas esas áreas sociales se convierten en un registro sólido con todas las ventajas de digitalización y focalización que responde. La focalización de tranferencias de bonos. Las personas pobres cuando reciben 60 o 70 dólares, sobre todo las mujeres, 92% lo transforma en alimentos; 3 o 4% para cuadernitos o material para la escuela de los niños,... Es en verdad un programa muy exitoso. Panamá tiene una tradición de focalización, tiene un ministerio que cuida esa acción. Más que esto tiene una estructura colateral que ayuda mucho, por ejemplo, toda esa red tomada de la agricultura familiar vamos a llamarla así. Panamá tiene una ley de Agricultura Familiar, tiene una estructura de apoyo, entonces, retomar esa maquinita de hacer alimentos va a aparecer en los mercados municipales, en las ferias, en Merca Panamá. En América Latina y el Caribe, incluyendo en Panamá no hay un problema de producción, el problema es de acceso, porque si entregamos 10 dólares para ti o para mi o para las personas pobres, vas a encontrar alimento en la esquina. A excepción de Haití, en todos los países de la región, inclusive en Panamá, tienen los alimentos para el consumo o importado o producido a nivel nacional.

Entonces, me quiere decir que los programas de gobierno son los que han contribuido a mantener la tasa de hambruna en el país en los últimos años

¡Así es!. Volviendo a los temas comparativos, voy a dar un ejemplo claro, mi país (Brasil) tenía en 2002, 2003, 2004, 38 millones de personas, 18%, con inseguridad alimentaria, después de 14 años ese número bajó para 5%, entonces el hambre vuelve a aparecer ahora en los últimos dos años porque se desarmó una estructura de ministerio, en específico, de sistema, se desarmó una estructura de política focalizada de agricultura familiar, de financiamiento familiar para las pequeñas y medianas agriculturas. Entonces, los países aprendieron cómo erradicar el hambre porque muchos ya lo lograron, lo hicieron. China saca 20 millones de personas de pobreza por año, es una cosa espantosa. No estamos hablando de elevar a la persona a la Luna o a Marte, estamos hablando de erradicar el hambre, sabemos como erradicar el hambre. Hay data y diagnósticos y políticas que funciona bien. Otra política que en Panamá fue también muy importante estrategia fue la alimentación escolar, cuando armamos, apoyamos aquí Estudiar sin Hambre, había que buscar otra focalización sobre todo en las comunidades indígenas. El 92% del hambre y la pobreza en Panamá está en las comarcas. Si resolvemos las comarcas, resolvemos el 90% del problema en Panamá. En las comarcas Ngäbe-Buglé, Guna Yala y Darién el 78% de los niños sufre desnutrición. Por eso el programa focalizado de alimentación escolar, entregar más alimentos en las escuelas, vía alimentación escolar, vía las meriendas con las 800 calorías son un refuerzo. Ahí eso es importante, porque vinculado a productos del entorno esa agricultura indígena familiar con toda la seguridad y las guías alimentarias del Minsa (Ministerio de Salud). Otra cosa importante es que el Minsa tiene una guía alimentaria top, una de las diez mejores de los diez países que más tiene avanzado ese tema. La guía recomienda lo que debemos comer todos los ciudadanos. Y esa guía la usamos como parámetro con los nutricionistas del Meduca (Ministerio de Educación) para armar la dieta de esos niñitos y niñitas dentro de la escuela con Estudiar Sin Hambre. No dan proteína, carne de pollo, importada, sino de Chiriquí; frutas de época como: sandía, melón, de la propia región de San Félix, por ejemplo. Se van encontrando los alimentos para armar una dieta distinta para los niños comer.

¿Hay el riesgo de que la pandemia haya empeorado la situación de hambre en las comarcas?

El problema es que vino la pandemia, los niños se van a las casas, por eso es que ese número de agosto lo estamos esperando muy ansiosos para ver si la pandemia impactó con fuerza ese 7.5% de personas. Mi impresión, no sé cuáles son los números, es que no, porque el Panamá Solidario fue masivo. Otra vez, desde las perspectivas comparado con otros países que no tuvieron la capacidad fiscal de hacer esa movida. Recuerda que Panamá en el 2020 la reducción del PIB fue brutal, casi del 20%, porque básicamente entró en un gasto social muy importante y estratégico. Se entregaron bolsas y se entregó comida. Mi esperanza es que los números que se den en agosto se mantengan o quizás hasta se reduzcan. Por eso es que esa estructura pública de Estudiar Sin Hambre, Agricultura Familiar, y esa parte de transferencias condicionadas hace toda la diferencia durante un periodo duro de pandemia y de guerra.

¿Cuáles son las recomendaciones de la FAO?

Nuestras recomendaciones a los países, en estos periodos de guerra, es ojo con los esquemas de focalización para los pobres, en estos momentos difíciles, entregando comida, bonos para que puedan alimentarse adecuadamente, para que puedan evitar lo que hace 20 o 30 años atrás, el hambre. Sabemos que niños desnutridos hasta los cinco años, las condiciones neuronales no se forman y tienen problemas en todo el resto de la vida, la participación de la democracia, en la escuela. Somos lo que somos, por lo que comemos en esos primeros cinco años (de vida).

Lo Nuevo
comments powered by Disqus