La floración de los guayacanes se convierte cada año, entre los meses de marzo y abril, en un espectáculo visual que pinta de amarillo el horizonte de...
Julio De La Lastra: 'En el caso de PPC, la puerta no está cerrada. A través de la Asamblea se pueden hacer los cambios que quieran'
- 26/09/2021 00:00
- 26/09/2021 00:00
Julio De La Lastra, presidente de Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), afirma que la puerta sobre las reglas del juego en el contrato de concesión entre el Estado y la empresa Panamá Ports no está cerrada. En el pasado se han efectuado tres adendas, y el hecho de que se haya prorrogado la concesión por otros 25 años no es impedimento para que, si el Ejecutivo se quiere sentar a negociar mejores condiciones, pueda hacerlo a través de la Asamblea Nacional. De La Lastra participó como representante del gremio ante la junta directiva de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) en el debate sobre la renovación o no del contrato ley de la concesión de la empresa Panamá Ports. Después de dos meses de que se efectuaron las discusiones que arribaron a la decisión, sin que las autoridades hayan ofrecido detalles de las negociaciones, De La Lastra defiende que el trabajo de la junta directiva se limitaba a determinar dos opciones: si era viable la prórroga de la concesión o no. En este sentido, dijo, sus miembros hicieron lo que les dicta la ley tras revisar la única auditoría en 23 años efectuada por la Contraloría, que daba luz verde a la continuación del contrato. El presidente de los empresarios también habló sobre el futuro de las reformas electorales y la demora del gobierno en convocar a la mesa tripartita para la discusión sobre las reformas a la Caja de Seguro Social con la asesoría técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Realmente es una oportunidad tremenda para aclarar a la población. La renovación del contrato ley 5 del 16 de enero de 1997, solamente permitía dos opciones: o se prorroga automáticamente o no. Según la cláusula 2.9 de este contrato ley con la nación, la prórroga era automática siempre y cuando se validara en la Contraloría que, en efecto, la entidad había cumplido con las obligaciones que supuestamente estaban tácitas en el contrato. De acuerdo con el informe de la Contraloría, de acuerdo con el informe favorable de la Autoridad Marítima de Panamá, de acuerdo con el informe del Ministerio de Economía y Finanzas y la consultora internacional Arnold and Porter, se determinó que en efecto sí se podía prorrogar automáticamente. Por eso me gusta hacer docencia. Estamos hablando de dos escenarios diametralmente opuestos. Una cosa es la prórroga automática. Para eso fuimos llamados y convocados a esa junta directiva; ahí solamente había que decidir si se autorizaba o no al administrador de la Autoridad Marítima de Panamá a renovar o responder la consulta que hizo la empresa Panamá Ports sobre su prórroga automática a otros 25 años más. Recordemos que en 1997 cuando se firmó el contrato, por las razones que sean, ni siquiera voy a especular sobre eso, se firmó el contrato a 50 años, pero dividido en dos, los 25 años primeramente y luego una cláusula de prórroga automática por otro periodo igual. Recordemos también que la prórroga no es lo mismo que renovación. La prórroga se hace sin variaciones del espíritu o contenido de un contrato. En este caso fue firmado como prórroga automática. Nosotros solamente estábamos lidiando, como junta directiva, en lo que era el término de la prórroga. Ahora, la puerta no está cerrada, el gobierno a través del Ejecutivo y la Asamblea Nacional puede hacer los cambios que quiera. Nosotros teníamos que hacer lo propio, eso era lo que la ley nos imponía al ser un contrato ley. Nosotros cumplimos totalmente, eso no significa que la puerta está cerrada. Se puede hacer si consideramos que es legítimo o va en contra de los intereses del Estado, podemos hacer una adenda. Recordemos que en 24 años hubo tres adendas.
Nadie cuestionó porque el contrato de ley establecía claramente que mediante la auditoría de la Contraloría se determinaba si habían o no cumplido. La auditoría determinó lo propio, que sí habían cumplido.
Las auditorías no es que las estaban haciendo todos los años. Previo al contrato ley, previo a determinar si se prorrogaba o no automáticamente, había que presentar el reporte de la auditoría. Con base en eso es que la Contraloría escudriñando los diferentes componentes de las operaciones de Panamá Ports llegó a esa conclusión. Eso no llamó la atención.
Estoy de acuerdo. Las explicaciones las debieron haber dado directamente. Yo no soy representante de la junta directiva con vocería. Ningún miembro de la junta directiva tiene voz y voto para poder decir yo digo 'x', 'y', 'z'. Eso solo le compete al presidente de la junta directiva. Nosotros sí increpamos que por qué nadie había salido a dar una explicación lógica y coherente sobre lo que se había suscitado y eso tal vez habría eliminado el terrible morbo que toda esta situación ha creado. Repito, y quiero aclarar, que aquí la junta directiva hizo lo que por ley se necesitaba hacer, ni más ni menos. La junta directiva no negocia, no tiene capacidad legal para hacerlo, eso le toca al Ejecutivo. Nosotros solamente estábamos evaluando dos acciones: o se prorrogaba el contrato o no se prorrogaba.
Yo creo que siempre hay espacios para hacer cambios en la Asamblea. Tenemos la experiencia que en 24 años se hicieron tres adendas.
Sin especular o sin decir algo comprometedor, yo creo que perfectamente pudiera haber conversaciones sobre la cuantía del aporte que da al Estado, la cantidad de área que tienen, pero esto es un acuerdo de dos partes respetando siempre el acuerdo primario. Después de que las dos partes se sienten a hablar no existe ningún tipo de problema. Las dos partes, en los últimos 24 años, obviamente se sentaron a hablar porque hubo modificaciones de ley.
El tema de las reformas electorales tiene que ser analizado a profundidad. No podemos tomar esto pasionalmente, pero menos relajadamente. Estamos claros en que ya se había llegado a consensos, y obviamente al sentir de las manifestaciones, aunque sean diez personas, hay que ponerle atención. En este momento tenemos grandes expectativas de que habiéndose sentado, tanto los representantes del Tribunal Electoral como los diputados, van a poder consensuar posiciones encontradas. Necesitamos que todos tomen consciencia de lo que le conviene al país y no desgastarnos en discusiones estériles que lo único que van a causar es desasosiego. Necesitamos alcanzar la paz social y el equilibrio, especialmente en tiempos de pandemia cuando estamos afectados no solo en materia económica, sino psicológica y socialmente.
Bueno, siempre respetando la libertad y la iniciativa parlamentaria, ellos pueden cambiar los artículos. Pero es importante que sean consultados esos cambios y no tirar un madrugonazo que es lo que no quisiéramos ver. No podemos tener una bola de cristal como para saber lo que va a ser modificado, pero tenemos esperanza, es lo último que no se pierde. Nos sentimos cautelosamente optimistas por las protestas que ha habido y que seguramente habrá a futuro. Debe haber reflexión de ambas partes, de forma tal que el producto que saquen esas reformas, la columna vertebral de nuestra democracia, esté en línea con lo que desea todo ciudadano de este país.
Yo lo que creo es que el pueblo está hablando, poco a poco se está manifestando y eso tiene que calar indiscutiblemente en la clase política y no solo en los miembros de la Asamblea. Aquí se requiere el mayor compromiso de todos los participantes, sociedad civil, políticos, empresarios, de todos. Se requiere la mejor disciplina para sacar adelante este tremendo proyecto que se llama recuperar a Panamá. Realmente nos sentimos cautelosamente optimistas, muchos han puesto sus bardas en remojo y han analizado que las consecuencias producto de sus actos pueden ser nefastas y van a cambiar el derrotero. Yo puedo entender que en un momento estén tratando de preservar su estadía. Pero hay que ver qué es lo que hacemos en los mejores intereses del ciudadano, del país, y de eso se trata al final del día. Yo veo el vaso siempre medio lleno y quisiera pensar que por este llamado que ha hecho la sociedad civil –en el que ya hubo pailazos, y sin importar quién lo convoque– deben tener claro que cuando hay disconformidad urge un llamado a la reflexión para saber qué podemos hacer mejor para conseguir la sociedad que merecemos y queremos.
Quisiera iniciar con un comentario: está demostrado que el programa de Invalidez, Vejez y Muerte, que es uno de los cuatro programas de la CSS, es insostenible porque las personas estamos viviendo más, pero la brecha de las personas que están acumulando fondos en la CSS se hace cada vez más inexistente. Por ejemplo, en la década de 1960 se tenía un promedio de 5.8 hijos por pareja, hoy es de 2.4, mientras que la esperanza de vida pasó de 57 a 79 años. Esto cambia la relación entre jubilados y trabajadores activos. Nosotros en el Conep queremos ser parte de la solución, hemos propuesto reuniones en las que hacemos propuestas que lleven a un equilibrio en el programa de IVM, y de los cuatro programas de la CSS. Sin embargo, hemos notado que el grupo de Conato, a quien tenemos el mayor de los respetos y muy buena comunicación, originalmente se paró de la mesa por no estar de acuerdo con ciertos interlocutores y la participación masiva. Acordamos entonces llevar esto a una mesa tripartita con el apoyo técnico de la OIT y así lo conseguimos. Desafortunadamente, Conato no siguió con estas conversaciones por razones que no quisiera especular. Lo que yo sí quiero dejar claro es que el sector privado no tiene la menor intención de privatizar la CSS, no nos interesa del todo. Lo que queremos es una sostenibilidad, que todos los jubilados actuales y futuros tengan su jubilación. Y eso solo lo vamos a poder tener si arreglamos la situación financiera de una vez por todas.
Hasta donde sabemos la OIT sigue interesada en participar técnicamente en la mesa, no administrativamente. Nosotros hemos propuesto un cambio de pilares frente a la situación que estamos viviendo como nación. Nuestra propuesta consiste en implementar un sistema de pensiones basado en integración, mejoramiento y fortalecimiento de tres pilares. El solidario, no contributivo, el obligatorio y el tercer pilar de ahorro. Nosotros también quisiéramos saber por qué se fueron de la mesa (tripartita). Tenemos la mejor voluntad para conversar, lastimosamente nos hemos encontrado con una pared en cuanto a la posición del Conato. Ellos tendrán sus argumentos. Tal vez piensan que el sector privado está tratando de avasallar y hacer cambios en las paramétricas. Pero no puedo hablar por ellos. Lo que puedo decir a favor del sector privado es que queremos que esto llegue a buen término.
Asimismo es. Estamos de acuerdo; de hecho, una de las comunicaciones que hemos tenido con el Ministerio de Trabajo es que convoque ya una relación de uno a uno con el sector trabajador para nosotros poder redimir cualquier diferencia. Estoy seguro de que si todos anteponen intereses personales, vamos a poder llevar esto a un buen término. Pero requiere de un compendio de todos.
Así es. Lastimosamente no tengo una respuesta del porqué no se ha hecho, no tengo una respuesta de cuándo se haría. Lo que sí puedo decir categóricamente es que si queremos salvar una relación tan precaria como la que está viviendo la CSS, que se estima que al 2024 no va a poder con la obligación de pagar las jubilaciones, nosotros tenemos que tomar decisiones ya. No es un tema de posponer y patear la bola para el siguiente gobierno.