‘Real a real es una muestra que el panameño no se deja engañar’

PANAMÁ. Reconforta mucho mi alma, el saber que hay algo más allá del discurso de la propaganda negra de ir sembrando minas sobre quién soy yo. Ver emerger un periodismo sano y transparente, periodistas que se han ocupado de ir al fondo y buscar la verdad, ciudadanos que no me conocen y que me paran en la calle para decirme ‘procuradora usted no tiene que pagar, porque aquí hay un pueblo decente que va a pagar por usted’. Escuchar eso, sinceramente, no solo renueva mi compromiso de decir siempre la verdad y de hacer lo correcto, sino que, además, me hizo pensar algo muy importante, y es que hay personas que para estar en democracia nunca han cerrado una calle o tirado una piedra, no hacen mucha alaraca, pero necesitan una válvula de escape; y este mecanismo que es democrático, cívico y solidario, les ofrece una oportunidad de decir: ‘no estamos de acuerdo con el sistema, la administración de justicia necesita reparos’. Este pueblo es noble y reconoce bien a sus hijos, que se lo merecen. Hay una lectura auténtica que hace el ciudadano de mi persona.