Relaciones diplomáticas entre viejos conocidos

Actualizado
  • 17/03/2011 01:00
Creado
  • 17/03/2011 01:00
PANAMÁ. Transcurridos 15 días de la firma del acta de separación de Colombia el 3 de noviembre de 1903, Panamá firmó en Washington el Tr...

PANAMÁ. Transcurridos 15 días de la firma del acta de separación de Colombia el 3 de noviembre de 1903, Panamá firmó en Washington el Tratado Hay-Bunau Varilla con Estados Unidos, con el cual la nueva república concedía a perpetuidad el uso, ocupación y control de una franja territorial para la construcción y mantenimiento del canal interoceánico. Esta relación, que le valiera a Panamá la seguridad de que Colombia respetaría la soberanía del istmo, creó entre los panameños una clara conciencia de las relaciones diplomáticas con ese país.

De hecho, Panamá constituyó relaciones diplomáticas con Estados Unidos mucho antes de establecer marcos constitucionales y parámetros formales de República. A partir de la firma del Hay-Bunau Varilla el 18 de noviembre de 1903, hasta la fecha, las relaciones políticas y diplomáticas entre ambos países han sido particularmente especiales, incluyendo cuatro intervenciones armadas y el apadrinamiento de golpes de Estado durante el siglo XX, todos ajustados a garantizar posiciones beneficiosas en cuanto a la política exterior norteamericana.

Desde que se realizó el primer golpe de Estado en Panamá el 2 de enero de 1931, donde el movimiento Acción Comunal derrocó al presidente Florencio Harmodio Arosemena, los entendidos aún se preguntan por qué los gringos no cruzaron la calle para impedir el golpe. Para entonces, parecía ilógica la reacción, dado que en otras circunstancias hubiesen volcado sus tropas a las calles panameñas. Se supone en este caso que el embajador de Panamá en Estados Unidos, Ricardo J. Alfaro, y los diputados Francisco y Harmodio Arias, gestionaron en Washington la mirada a un costado por parte de los norteamericanos.

Transcurridos 9 años del golpe de Estado de 1931, Washington volvería a inquietarse debido a la posición asumida en 1940 por el recién electo presidente panameño Arnulfo Arias Madrid. Estando Europa inmersa en la Segunda Guerra Mundial, era cuestión de tiempo para que Estados Unidos entrara en el conflicto bélico, y por su estratégica posición geográfica, Panamá jugaría un papel importante. El 30 de enero de 1941, el teniente general, Daniel Van Voorhis, comandante en jefe de las fuerzas norteamericana acantonadas en la antigua Zona del Canal, ofreció en honor al Presidente Arias Madrid y a su Gabinete, una presentación de poderío bélico y maniobras militares en Fort Clayton, donde desfilaron más de 14,000 soldados y se presentó la pesada artillería de aviones bombarderos y tanques.

Acompañaron al equipo de gobierno panameño en dicho evento el Coronel Burton Wheler, encargado de la gobernación de la Zona del Canal y el Doctor William Dawson, Embajador de Estados Unidos, entre otras personalidades. La invitación no era más que el preámbulo para solicitar al gobierno panameño desplegar bases militares fuera del territorio de la Zona del Canal como motivo del conflicto bélico en curso. El modelo nacionalista enmarcado en la Doctrina Panameñista asumido por Arnulfo Arias Madrid, se constituiría en un obstáculo a las pretensiones de expansionismo militar del gobierno norteamericano en Panamá.

Desde el principio de la administración de Arias Madrid, surgieron escaramuzas con las autoridades norteamericanas. Dada la solicitud por parte de los gringos, Arnulfo planteó en la mesa de negociación el pago de alquileres por la ocupación de las nuevas bases, al tiempo que solicitaba 20 millones de dólares en concepto de préstamos para el pago total de la deuda externa panameña, o en su lugar, el adelanto de la mitad de la anualidad percibida de las rentas del Canal, a cambio de permitir la ocupación militar de nuevos territorios. Sin embargo, la copa que derramó el vaso fue el rechazo del gobierno panameño, mediante Consejo de Gabinete, de una solicitud de Estados Unidos de artillar los buques mercantes de bandera panameña, lo que Arnulfo consideraba, ponía en peligro la neutralidad de Panamá en el conflicto europeo. Días más tarde, el 9 de octubre de 1941, se daría el segundo golpe de Estado en Panamá, asumiendo la presidencia de la República Ricardo Adolfo de la Guardia, quien recibió inmediatamente el respaldo de Estados Unidos.

Previamente al golpe de Estado a Arnulfo Arias, el embajador William Dawson se dedicó a despachar a Washington reportes preceptuales del presidente panameño. De allí, surgieron las vinculaciones de fascismo y nazismo, entre otros mitos que todavía hoy en día persisten. Entre los reportes de Dawson acerca de su percepción sobre Arias Madrid destaca este: ‘…de tener fuerte carácter, impulsivo, calculador y revanchista’. Sin embargo, los políticos en Washington necesitaban más que percepción para asegurar su expansionismo militar en el istmo, es por ello, que reemplaza a Dawson por Edwin Wilson, especialista en situaciones especiales y experto en matraqueo político. También, un mes antes del golpe, es reemplazado en la jefatura de las tropas acantonadas en la Zona, el General Van Voorhis por el General Frank Andrews.

En pleno siglo XI y a más 10 años de revertido el Canal a Panamá, la ex embajadora norteamericana Barbara Stephenson, entre septiembre y diciembre de 2009, envió a Washington reportes sobre el presidente Ricardo Martinelli, similares a los que enviara William Dawson en 1941 sobre Arnulfo Arias. Stephenson destacó en reportes revelados por WikiLeaks sobre Martinelli: ‘…su fuerte personalidad, su falta de compromiso con el imperio de la ley, su exagerado presidencialismo y su popularidad pueden llegar a dañar las instituciones democráticas de Panamá. (...) la excesiva concentración de poderes en manos de un solo hombre, junto con su intento de implicar a la Embajada en actividades ilegales y los informes sobre su intimidación a autoridades judiciales, son causa de preocupación respecto a la estabilidad de las instituciones democráticas de Panamá a medio plazo’.

Posteriormente, Stephenson recomendó al Departamento de Estado un cierto distanciamiento para ‘dejar claro nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Panamá en su conjunto’, así como un calendario de encuentros con dirigentes de la oposición, respaldar los llamamientos al fortalecimiento de la independencia judicial y trabajar con la sociedad civil. Stephenson fue reemplazada en la embajada por Phillys Powers, quien a su llegada a Panamá, entre sus primeras acciones, se reunió con miembros de la oposición política y de la sociedad civil.

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