Evolución de las políticas de protección social

Actualizado
  • 12/06/2016 02:00
Creado
  • 12/06/2016 02:00
El desarrollo de las políticas de protección que aplican los países han transformado  los programas de asistencia y aseguramiento

Entre la década del cuarenta y finales de la década del cincuenta del siglo veinte, la protección y promoción social fundamentó sus resultados en el perfeccionamiento del modelo contributivo de bienestar.

El aseguramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias era al mismo tiempo la acumulación de recursos para su utilización según la necesidad. El bienestar era un bien escaso, exclusivo de aquella parte de la población asalariada que cotizaba en las instituciones de seguridad social. Promover el bienestar fue en aquel momento, un eje importante en el diseño de las políticas sociales.

En la medida que el Estado de bienestar evoluciona, la protección social extiende su alcance. En la década del setenta las necesidades vitales (agua, nutrición, educación) entran en la escena pública.

Acelerar el desarrollo del país requería de una población con grados ascendentes de bienestar.

Posteriormente en la década de los años noventa las políticas protección social desarrollan intervenciones según el ciclo de vida de la población con el objetivo de atender y preservar condiciones de bienestar acordes con sus necesidades. Finalmente, hacia el siglo XXI, las políticas de protección avanzan hacia la operacionalización de garantías fundamentadas en derechos y con ello la exigibilidad de los mismos. La emergencia de las garantías reduce el campo para el fomento y promoción del bienestar y con ello del asistencialismo.

PROTECCIÓN SOCIAL

El desarrollo de las políticas de protección transformó notoriamente los programas de asistencia y aseguramiento. La emergencia de herramientas para la operación y gestión, además de la diversificación de instrumentos de focalización, fueron la clave del escalamiento hacia el segundo nivel de las políticas de protección social en el país.

Subsisten debilidades importantes en los mecanismos de gobernanza y gestión de la política, pero aun así se pasó del asistencialismo hacia la protección social centrada en la relación derechos, garantías y desempeños.

Los énfasis de las políticas de protección social quedan condicionados a la profundidad del conocimiento, la capacidad de gestión, el diseño y operación de las intervenciones. De hecho, la acumulación y transferencia de conocimientos en materia de pobreza, incide de manera directa en la diversificación de las políticas de protección social, integral y especial. Pero al mismo tiempo, como efecto no deseado,se margina y reduce las políticas públicas orientadas hacia el desarrollo social. Actualmente la separación y tensión entre beneficiario-usuario y sujeto-actor de la política social subsisten y se expresan institucionalmente.

Las intervenciones fueron enriquecidas y gradualmente centradas en la redistribución del bienestar. La meta de completar los paquetes de servicios programáticos se acompañó del cierre de las brechas. No obstante, a pesar de los avances sustanciales, los impactos alcanzados, persiste la necesidad de direccionar y racionalizar las intervenciones. El esfuerzo más importante en esa dirección se registró en el año 2007 con los Acuerdos concertados para Desarrollo. Ese proceso de intercambio entre actores sociales, políticos e institucionales definió los mínimos sociales para el desarrollo humano sostenible en el país: metas medibles y verificables; participación deliberativa, proactiva y consensuada; financiamiento progresivo según niveles de esfuerzos para alcanzar la cobertura activa de las políticas públicas. Ciertamente los objetivos concertados siguen vigentes. Cabe reiterar, sin embargo, que las condiciones, indicadores, resultados y metas merecen ser ajustadas.

PROTECCIÓN SOCIAL

Los programas de protección social gradualmente están evolucionando hacia la noción de redes de protección social. Las redes de protección reconocen el derecho, garantizan el derecho, realizan el derecho y restituyen el derecho. La gestión sistémica de la protección social muestra las relaciones asimétricas entre poblaciones objetivo, tipos de intervención, y resultados e impactos.

Las transferencias orientadas hacia la equiparación en materia de agua, electricidad, combustibles y tasas de interés de vivienda, por ejemplo, no se distribuyen de acuerdo a las necesidades, barreras y privaciones (MARQUES 2009) existentes, sino de acuerdo a la capacidad de negociación y/o presión de algunos sectores que exigen e imponen sus criterios e intereses particulares.

La actuación sistemática de los programas de protección social mostró un primer impacto.

La focalización territorial y la prestación de servicios articulada en las áreas con baja cobertura y mayor exclusión incidió en la reducción de la pobreza (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2011-PNUD).

Los programas de protección social que incidieron significativamente en la reducción de la pobreza fueron: Red de Oportunidades, Bono Familiar de alimentos, Beca Universal, Suplementos alimenticios, Insumos agropecuarios, 100 para los 70 y Ayuda Rápida para Viviendas de Interés Social (PNUD 2011).

Las evaluaciones de los impactos directos e indirectos muestran además que la Red de Oportunidades asegura mejor los derechos de la población de cero a seis años; mientras que la Beca Universal potencia más el aseguramiento de los derechos de la población en edades comprendidas entre los diez y los quince años. Igualmente señalan que la Red de Oportunidades y 100 a los 70 centran su intervención en pobreza extrema; mientras que la Beca Universal opera mejor en condiciones de pobreza (BM 2014; BM 2014; BM 2015; BID 2011, BID 2015; CEPAL 2009; CEPAL 2013).

Los programas de protección social articulados redujeron la pobreza de forma más notoria en las comarcas indígenas y en forma moderada en ciertas áreas de las provincias de Los Santos y Herrera (PNUD 2011).

Sin embargo, si se analiza la cobertura de los programas sociales se observa que aún existe una población pobre y pobre extrema sin atender.

Incluso se observan los niveles de fuga de recursos hacia población no pobre sobre todo por las formas como se desarrolla la intervención y los criterios de selección y definición de los grupos vulnerables y las situaciones de riesgo (MEF 2012).

No obstante, la fuga de recursos y los ajustes en los mecanismos de gobernanza no explican el por qué la pobreza y la exclusión se reducen, pero al mismo tiempo la desigualdad persiste.

El escalamiento de las políticas de protección social hacia la inclusión productiva parece orientarse hacia la reducción de la desigualdad.

PROSPECTIVA

La evolución de las políticas de protección social explica de mejor manera la redistribución del bienestar y con ello la reducción de la pobreza y el cierre lento, pero gradual de la exclusión.

Los programas de protección social mostraron su efectividad en la medida que mejoraron los instrumentos de focalización y las herramientas de monitoreo y seguimiento (MARQUES 2009; ARIM 2009).

Esta es la característica más sobresaliente del segundo ciclo de programas de protección social con características homogéneas en su diseño y desempeño.

La efectividad de los dispositivos de protección social garantizó su continuidad y potenció el trabajo en Red.

El escalamiento de las políticas de protección hacia una visión más sistémica y su conversión en sistemas de protección social, integral y especial parece ser el siguiente hito en la realización plena del desarrollo humano sostenible en el país.

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