• 19/01/2019 01:00

Manosanta y el Malhecho

‘Rafael (1955) es catedrático, poeta, narrador, ensayista, cervantista, miembro [...] de la Academia Panameña de la Lengua [...]'

Rafael Ruiloba con olores de hogaño aromatiza una novela medieval, en la cual la prosa es un dardo psíquico ante el vacío existencial de Nicolás Buenaventura, un personaje fantasmal.

San Pablo Viejo, es un poblado marginal de Chiriquí, afectado por posesiones demoníacas. El tejemaneje es la trama del poder en un mundo sombrío y amoral. La vorágine de acontecimientos es apabullante con el enfrentamiento del cura Nicolás con el Maligno, se dan distintos exorcismos y ante el éxito en uno de ellos, lo califican como Manosanta. Lucifer, Satanás, Behemot y el Malhecho son parte de la galería de seres infernales que te atemorizan con su ciénaga de calamidades.

San Pablo Viejo no puede olvidar el envenenamiento de la joven Inmaculada y la misteriosa desaparición del presbítero Valerio Restrepo. El drama confronta las furiosas rivalidades entre liberales y conservadores de fines del Siglo XIX. Rafael, con ironía al estilo de Quevedo, narra imágenes grotescas como la epidemia de los espasmos, la pelea de gallos entre Dios y el Diablo, la guerra de los olores fétidos, así como los miedos ancestrales ante el mapa secreto del destino y sobre todo el agobio de una comunidad que olvida que el cristianismo es el eje ontológico del Dios del Amor.

Rafael te hace protagonista de los fragores pasionales en San Pablo Viejo, de las andanzas detectivescas del cura Nicolás Buenaventura y la muerte burlona de su identidad. La escena de la lluvia de pájaros es una alusión a Manuel Ferrer Valdés y su inolvidable relato de La muerte de la ópera en la selva, primer testimonio del realismo mágico. Un clásico de la literatura panameña.

Los múltiples personajes son pintorescos y de contrapunto, como Avelino, Nicandra, Justina, Flor María, Hortensia, Ernestina, Vilma Tenaura, Monique, León Eiseric, Heliodoro, Nepomuceno, Cleofás y Terpíscore, los cuales son protagonistas de una marea emocional que te abruman con su inseguridad ontológica. Ellos se unen a figuras del devenir panameño como Manuel Quintero Villareal, Philipe Bunau Varilla, Rafael Núñez, Miguel A. Caro, Lorenzo Marroquín, José D. de Obaldía, Esteban Huertas, Teodoro Roosevelt, Juan Pérez Soto, Oscar Terán, Belisario Porras, Victoriano Lorenzo, los cuales viven en un laberinto de sueños obsesivos y oscilan entre conspiraciones políticas y financieras de intereses internacionales.

Manosanta es una novela histórica, Rafael da pinceladas de la quiebra del Canal Francés, el expansionismo de una potencia emergente que urge de un vía acuática, de los esfuerzos separatistas de los panameños para romper con Colombia, de los combates entre liberales y conservadores en un suicidio colectivo, de las intrigas de la época. El imaginario de Ruiloba es fantástico y nos abruma con la monotonía de sus exorcismos.

Gauguin surge como un oasis en ese marasmo sacrílego. La semblanza del pintor es relevante, pintar en él es un acto de amor, una forma de ser, de expresar la relación filial del alma con el universo. Gauguin busca la esencia de la naturaleza al develar el misterio del infinito presente en cada cosa.

Rafael (1955) es catedrático, poeta, narrador, ensayista, cervantista, miembro correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua, fue presidente del Consejo Nacional de Escritores de Panamá, recibe el Premio Universidad, forma parte del Consejo Editorial de la Biblioteca Nacional, exdirector del INAC, y gana dos veces el Premio Miró con Vienen de Panamá en 1990 en cuento y luego con Manosanta, en 1996 de novela. Ruiloba es el escritor-escritor por excelencia.

Referencia Bibliográfica. Ruiloba, Rafael. Manosanta / Colombia: Editora Novo, 2018. 4ª impresión. 271 p. Premio Ricardo Miró 1996.

HISTORIADOR, ESCRITOR Y DOCENTE.

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