• 25/06/2021 00:00

El país exige un buen arreglo con Panama Ports

“[…] terminado este artículo me enteré, sorpresivamente, de la triste decisión del Gobierno, que, por unos dólares más, le prorrogó el contrato a Panama Ports por 25 años más, […]”

En marzo, le envié directamente una carta al presidente Cortizo exponiendo muy claramente mi posición -aunque no tome en cuenta mi manera de pensar.

Formo parte del inmenso grupo que se opone al contrato con Panamá Ports en su forma actual.

La empresa portuaria le pagó en dividendos al país, en 25 años, una suma ridícula, por decir lo menos. Contrasta esto con la propaganda que, en los últimos dos o tres meses, ha hecho. Una publicidad, que muchos la consideran mayor que la que llevó a cabo en 25 años; en la cual PP ha defendido sus intereses y le hace al país “amenazas”, si hace algún cambio al contrato actual, aduciendo que afectaría “su seguridad jurídica” y le justificaría a llevar a cabo una “demanda millonaria” contra Panamá.

El contrato se firmó siendo presidente el Dr. Ernesto Pérez Balladares, quien ha manifestado en ocasiones que al contrato le han hecho muchos cambios que no benefician a Panamá, sino por el contrario, a esta compañía, inclusive el contrato actual lo llamó que es una “caricatura”.

Tanto el Gobierno como la empresa tienen muy marcadas diferencias. Sería lo ideal que llegaran a un mutuo acuerdo y pudieran lograr un contrato nuevo que satisfaga a ambas partes.

Por un lado, el Gobierno se evitaría una “posible demanda” y la empresa no actuaría en contra de ella la opinión pública, que le haría imposible llevar a cabo su trabajo.

Cuando existe conflicto entre las partes, lo ideal es que lleguen a acuerdos que sean favorables para todos y salgan ganando tanto la nación como la compañía.

Ojalá llegara lo sensato y prevalezca un arreglo que sea amigable y no agrave aún más las diferencias existentes.

Existen muchas formas en que pueden llegar a un convenio.

En el sector atlántico existen tres puertos en los cuales el país no cuenta con ninguna participación y pagan un impuesto, muchísimo mayor que el que PP le da a la nación como dividendos. En el sector pacífico, en el contrato con PP, Panamá cuenta con una participación mínima (10 %), que le da solo beneficios de sus dietas a los panameños que han ocupado ese puesto y no a la nación; no conocen los panameños si alguna vez ellos han alzado su voz sobre los exagerados gastos que en 25 años ha venido haciendo PP y que le aplican al negocio.

Como he dicho, hay maneras de llegar a un acuerdo entre las partes. Con una participación del 10 % en una empresa, nunca, tengo conocimiento, de una minoría, como nuestro país tiene, pueda participar eficientemente en las decisiones importantes que toma una empresa.

Lo lógico es que Panamá venda su pequeña participación en ella, siempre y cuando, se llegue a un acuerdo del valor REAL de PP, sacando de su precio sus gastos injustificados que ha venido haciendo ella por 25 años.

Cuando ya estaba terminado este artículo me enteré, sorpresivamente, de la triste decisión del Gobierno, que, por unos dólares más, le prorrogó el contrato a Panama Ports por 25 años más, sin ponerle siquiera en el nuevo arreglo una fecha de término de finalización al mismo.

Este arreglo por unos pocos dólares será para que el Gobierno, seguramente, destine ese dinero para aumentar la burocracia estatal.

Con esta renovación la empresa PP aumentará la antipatía de los panameños y es muy difícil llevar a cabo sus labores, si constantemente tantas personas están en su contra. Tal vez por esta razón el desarrollo de sus negocios se verá afectado.

El presidente, por esa apresurada decisión, contará, en su historial de errores en el Gobierno, uno más en su larguísima lista.

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