• 14/12/2014 01:00

2015: ¿un año realmente esperanzador?

Los panameños anhelamos recibir el nuevo año con entusiasmo y esperanzas.

Los panameños anhelamos recibir el nuevo año con entusiasmo y esperanzas. Lo que siempre acostumbramos es acompañarnos de familiares y amigos y, al inicio del nuevo año, desearnos felicidad, prosperidad y buenos augurios. No quiero ser portador de noticias poco alentadoras, pero las ‘experiencias acumuladas’ me indican que debemos disminuir las expectativas como una forma práctica para evitar grandes frustraciones, desencantos y desánimos. Realmente no puedo ocultar mis temores y un profundo pesimismo.

El año que se avecina será de trascendencia histórica para los panameños. El año que termina es el peor año que hemos tenido en las últimas décadas. El actual Gobierno deberá terminar de cruzar los límites demarcatorios entre el ‘antes’ y ‘después’ de un proceso electoral que en nada contribuyó a fortalecer la institucionalidad democrática. Al contrario, el anterior Gobierno, en su afán por mantenerse y preservar a toda costa en el poder, asestó el ‘golpe certero’ a las entrañas de la sociedad panameña, producido por una ‘asociación de malhechores’ que regentó el país por cinco años, con consecuencias aún impredecibles.

Atentaron contra las finanzas del Estado con las ‘horrorosas’ acciones de administradores deshonestos que lesionaron los recursos y bienes del Estado. Quedó al descubierto que exfuncionarios que se pavoneaban como honestos, actuaron sin pudor, acumulando riquezas, propiedades y bienes mal habidos. El flagelo de la escandalosa corrupción era parte de su estado personal. En cada transacción comercial y financiera, en cada contrato, en fin en cada negociación, allí estaban presentes las prácticas corruptas. Los panameños estamos a la espera de que la nueva procuradora de la Nación aplique la ‘certeza del castigo’ y persiga con severidad a los que causaron daños sociales, sea en materia económica y financiera, como los grandes fraudes contra la administración pública.

En otro orden de ideas, 2015 es un año que presagia situaciones conflictuales sociales por las necesidades no resueltas. En la agenda del Gobierno nacional están pendientes las respuestas en materia de seguridad, salud, vivienda, transporte, educación, caminos, agua, basura, en fin. La amplia gama de problemas sociales que golpean a diario la vida de los panameños.

El aumento de la energía eléctrica en el umbral del nuevo año, tendrá sin lugar a duda los efectos negativos en la economía nacional y se vislumbran aumentos generalizados de precios y la especulación, y todo aquello logrado con las políticas de ‘control de precios’ serán letra muerta y una ‘fugaz ilusión’. La inflación se agudizará, afectando directamente a los sectores de bajos ingresos e ingresos relativamente fijos como los jubilados y pensionados y los que derivan sus ingresos de empleos informales e inestables.

Confiamos en que el próximo año encontremos el camino y la ‘luz al final del túnel’, para incorporar a la sociedad a los sectores marginados y excluidos que nunca han tenido una oportunidad, a los panameños marcados por la miseria material y moral, a los que no encuentran trabajo y hacen trabajos mal pagados, a veces indignos y merecen ser tratados con justicia, equidad y dignidad humana. Al país lo esperan grandes retos y desafíos. No podemos renunciar a la esperanza. Y debemos continuar con la sana costumbre de desearnos mutuamente feliz año, lleno de felicidad y prosperidad.

*LICENCIADO EN CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS.

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