• 15/04/2024 09:16

Batalla contra la desinformación en sanidad

Es urgente que las autoridades tomen conciencia de esa exigencia profesional y ciudadana

En pleno vendaval de “noticias falsas” en la escena política, que ya le vale, llega una muy gratificante: la ANIS (Asociación Nacional de Informadores de Salud) ha firmado un acuerdo internacional para fortalecer la lucha contra las noticias falsas en el ámbito sanitario. Seis entidades suscriben esta Alianza, tras un intenso debate en Granada: dos norteamericanas, una peruana y tres españolas, ya que, además de la ANIS, están presentes la Asociación Española de Comunicación Científica y la de Comunicadores de Biotecnología. La americana Internews opera en más de cien países.

“La desinformación aumenta el riesgo de enfermedades, muertes, falta de adherencia al tratamiento y retraso en la toma de medidas frente a nuevas amenazas sanitarias globales”, señala su Manifiesto. Los periodistas reclaman formación y profesionalización para quienes trabajan en esa especialidad informativa y quieren concienciar a las autoridades para que reconozcan la desinformación como un problema de salud pública. Y requieren medidas para hacerles frente. Graziella Almendral, presidenta de ANIS, es rotunda: “Hemos querido decir ¡basta! porque necesitábamos una alianza internacional para plantar cara. Donde hay un buen periodista formado en salud, la desinformación no entra. Los organismos públicos, al convertirse la desinformación en un problema de salud pública, tienen que activarse como si se tratara de una emergencia sanitaria”.

El anuncio se hizo en los Premios de la Fundación Instituto Roche, dedicado a la Medicina Personalizada de Precisión. Allí comparecieron todos los presidentes de la ANIS en sus treinta años de vida. Un largo camino de asociacionismo que se ofrece como garantía a la sociedad, tanto a pacientes y personal médico, como a la industria y a los medios informativos. Los profesionales de la salud, que tantas veces deben librar batallas en sus redacciones para conseguir espacio, o tiempo de antena, porque vende más la estridencia que la información contrastada y rigurosa, presentan un frente organizado que ojalá sirviera de ejemplo para otras especialidades.

El Colegio de Arquitectos de Madrid -once mil colegiados- impulsará unos cursos con la Asociación de la Prensa para formar a periodistas especializados en el ámbito de la vivienda y el urbanismo. Su nueva directora gerente, la doctora arquitecta Angela Baldellou, que es además licenciada en Ciencias de la Información, se estremece de lo que lee o escucha en relación, por ejemplo, con la crisis de la vivienda, el principal problema reconocido ahora mismo en España junto con el desempleo. “El rigor, la didáctica y el lenguaje accesible para todos es imprescindible para que la sociedad participe y no sea manipulada políticamente”.

Todas las especializaciones informativas necesitan con urgencia de ese esfuerzo formativo. En el ámbito político, donde ha caído tan bajo el nivel de debate y donde la siembra de odio es constante, resultan de urgencia cursos de formación para periodistas a fin de que pueda aplicarse la misma máxima que Graziella Almendral reclama para las noticias de salud: “Allí donde hay un periodista bien formado, la desinformación no entra”.

Es urgente que las autoridades tomen conciencia de esa exigencia profesional y ciudadana. Episodios lamentables como el de Ponferrada donde el dirigente socialista y exalcalde Olegario Ramón fue agredido por dos individuos a la puerta de la sede de su partido, pueden encontrar su origen en el clima de crispación constantemente alimentados por declaraciones impresentables de dirigentes políticos y por un lenguaje alejado de cualquier posibilidad de concordia. La sociedad española no merece eso.

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