• 05/12/2020 00:00

Biden vs. Trump: visiones antagónicas

La visión es el sueño alcanzable a largo plazo, el futuro aspirado por la una organización o empresa, un sueño que representa su máxima aspiración o meta.

La visión es el sueño alcanzable a largo plazo, el futuro aspirado por la una organización o empresa, un sueño que representa su máxima aspiración o meta. Proporciona la motivación y el entusiasmo para mirar hacia el futuro de forma positiva y caminar en esa dirección. La visión es la capacidad de ver más allá, en tiempo y espacio, y por encima de los demás, significa visualizar, ver con los ojos de la imaginación, en términos del resultado final que se pretende alcanzar.

Ahora entremos al meollo del tema que nos ocupa. Las elecciones presidenciales de EUA, celebradas el pasado 3 de noviembre, captaron la atención mundial como nunca. Y resultó ser la elección con la más alta concurrencia de votantes en toda la historia de EUA. No era para menos, se disputaba la continuación o terminación de un Gobierno, o una administración no vista ni conocida antes en EUA.

Estaba en juego la forma de gobernar de Trump, caracterizada por una férrea autocracia en las decisiones, el mando unipersonal, el manejo autoritario de los asuntos internos de la administración del Estado, el despido constante de altos funcionarios, y en la mayoría de los casos, por el solo hecho de discrepar o decir no a las arbitrariedades de quien ha estado dirigiendo la Casa Blanca.

Algunos analistas han dicho que Trump “Insulta a sus contrincantes y a todo aquel que le lleve la contraria, marcadamente a las damas, rebajando la majestad del puesto. Hay que tomar el puesto en serio, no dedicarse la mayoría del tiempo al golf, ver programas de televisión y tuitear hasta el sofoco”. (Jaime Figueroa Navarro, Superando a Trump, 31/10/20).

Un presidente que no acepta ni cree en consejos ni recomendaciones médicas, que en todo momento careció de un plan coherente y ordenado en contra de la pandemia que azota al país, que desafía, olímpica e irresponsablemente, la opinión de los médicos especialistas y científicos, llegando a lanzar frases de que la COVID-19 es una simple gripe y otras expresiones similares, no es de confiar ni depositar en él los destinos de una gran nación.

Su carácter irascible y temperamento voluble, que realmente inspiran temor, han llevado al expresidente Obama a decir que: “La Presidencia no cambia lo que eres, sino que revela quién eres”.

Para conocer un poco más los rasgos del todavía presidente, solo basta leer y examinar la obra de Bob Woodward, el autor del libro que se convirtió en un “best seller”, Miedo: Trump en la Casa Blanca.

¿Y quién es Bob Woodward? El conocido periodista subdirector del Washington Post, Bob Woodward, célebre por su participación en el escándalo Watergate, acaba de publicar un libro sobre la política de Washington, Miedo: Trump en la Casa blanca.

El libro describe el mapa mental del presidente “errático” Donald Trump, quien, en palabras atribuidas al secretario de Defensa, James Matis, tiene el pensamiento de un alumno de quinto año de primaria.

La obra citada se constituye así en un relato alarmante, perfectamente documentado, de la confusión, el mal funcionamiento y la temeridad del Gobierno de Trump, describiendo su actuación basada en el instintito personal, las costumbres y un personal estilo que no admite ninguna discrepancia.

El polo opuesto: el estadista, el estudioso, el hombre de leyes e ideales.

En cambio, Joe Biden, según palabras de la vicepresidenta electa, Kamala Harris, pronunciadas en su primer discurso en la noche del 7 de noviembre, agradeció a los estadounidenses haber votado “por la esperanza, la unidad, la decencia, la ciencia y la verdad, para dar pie a “un nuevo día en el país”.

La futura vicepresidenta -primera mujer en ocupar el cargo- presentó a Biden como el hombre que ayudará al país a cicatrizar sus heridas. “Es un hombre que cura y une”, dijo. Y añadió: “Nos ayudará a recuperar nuestro propósito como nación”.

Nos encontramos, pues, frente a un líder con cualidades extraordinarias, un hombre equilibrado, con experiencia en la administración de los asuntos del Estado, un hombre de leyes, con una carrera al servicio del Estado, teniendo los mejores atributos para gobernar y con las mejores credenciales para dirigir, por buen sendero, el Gobierno de EUA.

Fiel creyente, sosegado en sus actuaciones, amante del diálogo y del entendimiento en aras del progreso y la paz.

En sus propias palabras, al conocer su triunfo, acotó: “Es hora de bajar la temperatura, mirarnos, escucharnos de nuevo y dejar de ver a nuestros oponentes como rivales. Es el momento de sanar Estados Unidos”, e hizo un llamamiento a la unidad. “Donde otros ven estados rojos y azules, yo solo veo a los Estados Unidos de América”.

El hoy presidente electo, como senador, Biden, cimentó la imagen de político cercano, conciliador y con habilidad para llegar a acuerdos con sus oponentes.

Hay prueba al canto: las manifestaciones de apoyo y simpatía llegaron, incluso de adversarios, como la del republicano excandidato presidencial estadounidense Mitt Romney, quien fue el primer peso pesado republicano en felicitar a Biden y a Harris, refiriéndose a ellos como personas de “buena voluntad y carácter admirable”.

Biden ha defendido la necesidad de rehacer las relaciones de EUA con los países aliados que, en su opinión, se han visto afectadas durante la presidencia de Trump.

Hay temas prioritarios para la nueva administración y son promesas de Biden: regresar al Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático (Su plan incluye una revolución de energía limpia) y al seno de la OMS. También contempla un paquete de reformas migratorias, para, principalmente, volver a la reunificación de alrededor de mil niños que fueron separados de sus padres, así como regularizar y legalizar, en orden y con justicia, la situación de los indocumentados y los más de 700 mil jóvenes conocidos como “dreamers”, para que puedan quedarse legalmente en EUA y obtener la nacionalidad. Eso se llama en buen castellano: respeto y protección de los DDHH.

Experiencia no le falta: estuvo al frente del Comité de RR. EE. del Senado y presume de que ha “conocido a todos los líderes importantes del mundo en los últimos 45 años”.

Abogado y escritor.
Lo Nuevo
comments powered by Disqus