Colón: actualidad y devenir

Muchos llamados dirigentes de movimientos populares en Colón llevan más de veinte años adheridos a las consignas: “Sin lucha no hay victoria”, “Solo el pueblo salva al pueblo”. Se han quedado, por conveniencia propia, anclados a formas y estratagemas de coacción con que someten y extorsionan a los mandatarios y autoridades locales del momento.

Asimismo, existe una serie de personajes y figuras políticas que, por años, han ocupado puestos importantes (representantes, diputados, alcaldes, regionales, etc.) que los habilitan para hacer mucho por la provincia, pero tristemente lo único que hacen es saquear nuestra ciudad y expoliar a sus ciudadanos con cantos de sirenas y llevándolos a inscribirse en la “cultura del juegavivo”, de donde se nutre la corrupción y se cobijan el hambre y la miseria para muchos.

Llegar a la ciudad de Colón por primera vez debe ser impresionante y deprimente. Ver tantas estructuras vetustas corroídas por los años y la desidia; calles sucias y atestadas de indigencia e indigentes; personas sentadas en el parque con poses de filósofos existencialistas o absurdistas frente a un devenir incierto y apesadumbrado.

Resulta verdaderamente desgarrador para aquellos que hemos nacido en Colón, vivimos en Colón y nos duele Colón, ver cómo nos sumergimos en las miasmas de la degradación y la desvergüenza por culpa de partidos políticos, seudodirigentes y mentes mezquinas que solo buscan saciar sus apetitos voraces de dinero, sin importar el precio y las consecuencias.

“Pan para hoy y hambre para mañana”, parece que es la filosofía pragmática de muchos coetáneos que no entienden que debemos pensar, ser críticos y no dejarnos envolver por los mismos de siempre, que han hecho de Colón una ciudad condenada, sujeta a la lástima y a las limosnas de los Gobiernos de turno.

Llegar a resurgir como el Ave fénix debe ser un compromiso serio y No una quimera que se enarbola a la intemperie. Ese resurgir, sin embargo, debe estar acompañado de su juventud, en condición protagónica, sentada en primera fila, asumiendo un deber histórico y ontológico; amén de la presentación de multiplicidad de proyectos de desarrollo regional y reactivación económica sostenible. Esto requerirá de un prototipo de hombre colonense honrado, leal al terruño, sin compromisos politiqueros y con muchos deseos de hacer diferente las cosas. Despierta y toma conciencia, Colón.