• 23/09/2022 00:00

La guerra global del gas

Ningún país se salva del coletazo de las consecuencias de la guerra de gas en Europa y la crisis energética y económica global que se desprende de la misma.

Ningún país se salva del coletazo de las consecuencias de la guerra de gas en Europa y la crisis energética y económica global que se desprende de la misma. Colombia no es una isla, el coletazo, esta crisis global sobre los bolsillos de los colombianos golpeará fuerte y no obedece a factores ideológicos del presidente de turno.

Es una crisis mundial que tiene un origen en la guerra del gas en Siria, un conflicto donde se formaron dos bloques de las potencias y sus aliados en el Oriente Próximo. El primero, liderado por Estados Unidos y las potencias de la UE, Arabia Saudita, Qatar e Israel, entre otros países, que buscaron derrocar al régimen de Bashar al-Asad. El segundo, dirigido por Rusia e Irán, que apoyaron su permanencia en el poder.

La retirada de las tropas de Estados Unidos fue el epílogo de su derrota, la cual definió un nuevo orden mundial en materia de energía. El pulso lo ganaron los rusos y los iraníes y los grandes derrotados fueron Estados Unidos y las potencias europeas.

Para los rusos significó abrir las puertas para desarrollar y afianzar su nueva política gasífera hacia el mercado europeo sobre la base de dos gasoductos. El Nord Stream 2, que une a Rusia-Alemania a través del Mar Báltico, y que los gringos con las sanciones no han dejado funcionar. El segundo entre Rusia a Bulgaria con dos ramales, uno que pasa por Grecia y el sur de Italia y el otro por Hungría y Austria.

En cambio, los planes de los gasoductos de Estados Unidos que partía de Irak —Siria, Turquía, Mar Negro— Rumania, Hungría y Austria con conexión con Croacia, Eslovenia e Italia y el otro de Qatar pasando por Siria a Turquía quedaron frenados.

Para Estados Unidos fue un revés de sus planes estratégicos de frenar la dependencia de Europa del gas ruso. Sus proyectos quedaron frenados al no lograr incrementar las exportaciones gasíferas desde Qatar hacia Europa. Qatar es el mayor exportador mundial de gas natural licuado (GNL) y lo polémico es que desde el desenlace de la guerra en Siria comenzó a coquetear con Rusia e Irán para conformar un poderoso cartel de gas en el mundo.

La guerra en Ucrania es una continuidad de la guerra del gas en Siria entre Estados Unidos y Rusia por el control del mercado gasífero de Europa y de las reservas y las redes de gasoductos en Asia Central y el Oriente Próximo. Por lo tanto, la crisis que genera la guerra del gas en Europa son consecuencia de la lucha hegemónica en Ucrania entre Estados Unidos con su aparato militar de la OTAN contra Rusia por control energético en ambas regiones.

De manera que las sanciones económicas y bloqueos financieros y comerciales de Estados Unidos y sus aliados contra Rusia, arrastraron a Europa a la ruina y desencadenaron la actual crisis energética y económica global. Una crisis energética y económica peor que la que sufrió el mundo en los años 70 del siglo XX.

Ahora una movida estratégica que poco se comenta en los medios occidentales por los sesgos y las manipulaciones informativas ha sido el memorando que firmaron hace poco Rusia e Irán por 40 mil dólares para conformar una OPEP del gas. Una idea que vienen trabajando desde el 2008 con Qatar, pero que actualmente cobra una trascendental global por los enfrentamientos imperiales entre Estados Unidos, Rusia y China.

Su meta es convertirse un poderoso cartel de proveedores del gas en el mundo, sustentado en el hecho que son los tres países con las mayores reservas del mundo. Rusia con unas reservas calculadas en 48 billones de metros cúbicos, Irán con 38 billones y Qatar con 24 billones. En consecuencia, buscan controlar las cadenas de suministros globales de gas con los gasoductos y el transporte en barcos del GNL, dado que son las tres potencias gasíferas del mundo y tienen la capacidad de satisfacer la demanda global.

Periodista y escritor colombiano
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