• 27/12/2008 01:00

El pasado mina la campaña

El recuerdo de lo acaecido en el pasado ha permitido a los partidos de oposición y del oficialismo de nuestro país retomar el foco de la...

El recuerdo de lo acaecido en el pasado ha permitido a los partidos de oposición y del oficialismo de nuestro país retomar el foco de la campaña política, y les ha dado un arma para cuestionar a la candidata del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Balbina Herrera Araúz, así como también al candidato de Cambio Democrático, Ricardo Martinelli, en uno de sus flacos más débiles: su pasado político.

Pero ahora viene el tiempo de proponer soluciones y habrá que ver cuál de los candidatos a la Presidencia de la República se muestra más hábil y creíble. Faltan todavía cuatro largos meses (enero; febrero, mes en que se celebran los carnavales; marzo; y abril, tiempos de Semana Santa), para la cita ciudadana que se dará mediante las elecciones nacionales del domingo 3 de mayo de 2009.

Con respecto a lo que ofrece hasta hoy cada uno de los candidatos, se pudiera decir que todo está en punto cero.

Se hacen algunos planteamientos improvisados en cada una de las visitas o reuniones que se dan con ocasión de los encuentros con algunos de sus copartidarios, convidados en la capital o en el interior del país.

Definidas las candidaturas presidenciales y entrando ya en la recta final de la campaña, tanto los candidatos de oposición como la candidata oficialista deberían probar una cosa y nada más: cuál de ellos está mejor capacitado para liderar el país en una de sus peores crisis educativas, de salud, de seguridad pública, del alto costo de la vida, de servicio del transporte público, de toma de decisiones con respecto al incremento del crimen y la delincuencia juvenil, etc., de las que se tiene memoria que han sucedido en la historia republicana.

Lo cierto es que, respecto a los postulantes a la Presidencia de la República, tampoco hay indicios de que realmente tengan claro qué debe conocer y cómo debe actuar un estadista.

Las consultas generales efectuadas hasta el momento (encuestas), muestran que la candidata oficialista cuenta con un porcentaje de intenciones de voto considerablemente menor que el del más fuerte de sus rivales opositores. ¡Increíble, pero cierto!

Como si observáramos una película al mejor estilo hollywoodense, vivimos momentos de exquisita tensión que precede a los disparos que escucharemos cuando comience la fase del magnífico duelo de tres pistoleros.

Pero no nos referimos al cruce de balas entre el bueno, el malo y el feo, sino al sórdido intercambio de proyectiles verbales que con creciente ahínco se dará entre la veterana política torrijista de corazón, el inexperimentado licorero de alborotador arrojo y el radical empresario que con aire majestuoso se digna a caminar en los zapatos del pueblo.

La ciudadanía panameña, sin embargo, queda en espera de que, quien resulte victorioso (a) en estas lides, sea capaz de asumir las responsabilidades que tal victoria implica, en lugar de agredir con ráfagas de metralla al maltrecho y golpeado pueblo que ha asistido al acontecimiento como indefenso espectador.

¡Feliz Año Nuevo deseo a todos mis lectores, amigos y compatriotas!

-El autor es pedagogo, escritor y diplomático. socratessiete@gmail.com

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