• 22/09/2010 02:00

Monopolios y oligopolios en Panamá

La última semana, diferentes medios informaron sobre la buena puntuación lograda por nuestro país en el Índice Global de Competitividad ...

La última semana, diferentes medios informaron sobre la buena puntuación lograda por nuestro país en el Índice Global de Competitividad a nivel mundial. Igualmente, el informe estadístico elaborado por la Contraloría General de la República, para el primer semestre del año, revela un crecimiento mayor al mismo periodo del año pasado.

Entre los sectores de mayor crecimiento están el Canal de Panamá y el turismo. Según declaraciones de expertos en materia económica, el doctor Nicolás Ardito Barletta, entre otros, esto promoverá generación de nuevas plazas de empleo, para los trabajos de ampliación del Canal y la construcción de infraestructuras hoteleras.

Esta constante de crecimiento económico de Panamá y el reconocimiento de las calificadoras de riesgo, frente al contexto de la recién pasada crisis financiera que azotó prácticamente a todos los países del mundo y puntualmente a las economías más fuertes, nos sitúa en la mira de consorcios internacionales e inversionistas independientes, que buscan alternativas y mercados seguros para invertir sus capitales.

Este escenario favorable debe servir para tomar medidas pertinentes en materia de políticas públicas, con proyección de futuro. Políticas de Estado que impulsen el desarrollo y dirección del sector agrícola, hacia la producción de alimentos básicos, que aseguren calidad en la dieta del panameño, así como su obtención en el mercado interno, lo que contribuiría a disminuir nuestros altos porcentajes de importación en estos rubros y con ello la salida de cuantiosos recursos monetarios.

De igual forma, se requiere reorientar y fortalecer el sector industria, que debidamente articulado con sectores productores primarios, como el agro podría repercutir positivamente en la creación de empleos; situación que manejada estratégicamente, lograría el crecimiento de puntos concéntricos de progreso, generadores de estabilidad, que ayudarían a frenar la descontrolada migración campo—ciudad y sus consecuentes flagelos.

Otro de los aspectos a considerar, en materia de regulación para mejorar nuestra economía, son los monopolios y oligopolios existentes. Estos ocasionan tanto daño con su distorsión en precios al bolsillo del consumidor, frente a la imperturbable mirada de las autoridades competentes en esa materia. Situación observable en el mercado de los hidrocarburos, donde los precios del combustible (gasolina, diesel y lubricantes), aún cuando el precio del petróleo a nivel internacional disminuye, no se reflejará en igual proporción, debido a la especulación del mercado interno, que ejercen las petroleras y/o distribuidoras, generalmente expendedoras al detal.

Este perjuicio se traslada igualmente al costo del recibo de electricidad, tanto para los clientes residenciales, como para las industrias, encareciendo los costos de producción y definitivamente repercutiendo en el precio al consumidor.

De existir voluntad política para lograr regular efectivamente la especulación monopolística, los beneficios se reflejarían inmediatamente en la disminución de los costos de producción y por ende en los precios de los alimentos, bienes y servicios. Ello contribuiría a incrementar nuestra competitividad, atrayendo más turismo e inversión, tanto nacional como extranjera.

*ECONOMISTA Y EDUCADORA.

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