• 31/10/2023 00:00

Panamá, la patria mía

Soberanía se refiere a la  capacidad del Estado para proteger sus fronteras utilizando las fuerzas creadas para tal fin, sin necesidad de requerir la intervención de otros Estados

Viendo los últimos acontecimientos en mi amado Panamá, no puedo dejar de pasar por alto la ocasión para expresar el sentimiento confuso de nuestra población, producto de una mal llamada guerra mediática, en la que la desinformación es su mayor fortaleza, misma que es mal direccionada por líderes tóxicos que no ven más que sacar provecho a situaciones de riesgo inimaginables, que podrían traer desenlaces fatales como el enfrentamiento de pueblo contra pueblo, alimentados por falsa información o información no analizada, que como diríamos en buen panameño, “sabremos como inicia y lamentaremos como termina”.

Como uniformado que fui y en mi corazón siempre seré, defendí la Constitución y las leyes cumpliendo, al igual que mis compañeros en armas, el juramento que hacemos de servir a la patria. Esto se traduce en hacer cumplir la ley, dirigidos por las autoridades que nuestro pueblo elija, lo que no me deja entender cómo en las protestas los acusan de no tomarse otros partidos a sabiendas de que nadie quisiera una institución que olvide sus ideales y se coloque en el bando no electo trastocando en todo sentido un estado democrático; por lo que puedo decir que como muchos o la gran mayoría y por irónico que suene jamás quisiéramos una guerra interna. La historia nos ha dejado saber, de hecho, que una guerra interna termina solo con bajas y al final se busca una negociación. En guerras internas nunca se busca un vencedor, se busca, a pesar de que un bando este diezmado por el otro, una mediación encaminada a lo que todos anhelamos, un país en paz, respetando los derechos y garantías que todos deseamos.

Es así como terminan todos los conflictos internos, siendo el pensamiento que queda si valió la pena la cantidad de bajas de bando y bando, de personas inocentes que solo pensaron defendían sus ideales. Al finalizar no se podrá olvidar las heridas incurables que quedan. Estaremos frente al llanto de una madre, una esposa, un esposo, un hijo, ese dolor no tiene fórmula en la tierra que lo pueda curar.

Existen términos que debemos estar claros y más aún por las fechas que se avecinan; formando parte de nuestra historia, ya que, en estos casos, son utilizados por esos falsos líderes para escudar sus intereses personales. Estos términos son:

¿Qué es patriotismo?

Es el amor a la patria, a Panamá, a sus tradiciones, historia y valores. Es el respeto a la bandera y al Himno Nacional. Lo más honroso para un uniformado es perder la vida por la patria. Como hombres de ley, el amor a la patria es hasta el último aliento.

¿Qué es soberanía?

Soberanía se refiere a la  capacidad del Estado para proteger sus fronteras utilizando las fuerzas creadas para tal fin, sin necesidad de requerir la intervención de otros Estados.

¿Qué es lealtad a la patria?

El cumplimiento del compromiso de honor contraído con la patria, la Constitución, la democracia y con la institución policial que representamos. Lealtad supone respeto, sinceridad, apoyo en todo momento, cooperación, compañerismo y adhesión, el respeto a los jefes, compañeros y subordinados.

Este conjunto de valores inherentes en todos los componentes de nuestra fuerza pública trasciende a nuestro pueblo, ya que en un enfrentamiento todos pasan al concepto de combatientes. Es sabido que una guerra interna no es más que la continuidad de una política mal llevada en donde las personas no se ponen de acuerdo, generando situaciones que lo llevan a una guerra interna.

Nuestro país no merece esto, y menos por tratarse sobre todo de un momento político en que las partes tratan de ejecutar acciones intencionadas en la toma del poder o peor aún cumplir con agendas personales, lo cual, en una sociedad democrática como la nuestra, se logra a través del sagrado voto popular, en donde se tiene la oportunidad de elegir a quienes se encargarán de la digna misión de liderar la toma de decisión de nuestros destinos.

El tema es delicado y mi escrito va dirigido a los que de forma espontánea solo se dejan llevar, sin saber en lo absoluto a qué riesgos nos enfrentamos. De fuentes externas vemos cómo personas de otros países no logran explicarse qué pasa en nuestro país, que, siendo un lugar privilegiado, lleno de oportunidades y riquezas, se está dando tal situación.

¿Es esto lo que buscamos? Y peor ante el escenario mundial, lleno de guerras dirigidas al establecimiento de un nuevo orden mundial que, sin ser un experto, puedo vaticinar que terminará en momentos de crisis para todos los países involucrados.

Pienso que debemos mejorar y ordenar nuestras acciones, encaminadas a separar los intereses personales, de los intereses de país, la intención no es tirar en cara errores ni mucho menos decir que lo podemos hacer mejor. No debemos actuar a la ligera y antes de tomar decisiones debemos pensar si lo que hacemos es lealtad, soberanía, patriotismo o amor a la patria, porque lo que estamos haciendo, es tan distante de esos ideales.

Un líder sabio sabe escoger sus batallas y retirarse cuando es necesario, 1 Samuel

En la Biblia, Samuel es representado como un juez, líder militar, vidente, profeta, hacedor de reyes, sacerdote oficial y siervo leal de Yahvé. Samuel actuó como último juez de Israel durante toda su vida y fue el primer profeta. Se quitaron todos los dioses extranjeros, el pueblo se convirtió y adoraba solo a Dios.

Magíster en seguridad y defensa nacional
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