Desestabilización

A escasos siete meses para las elecciones el país se ve abocado a una crisis social de resultados impredecibles. Han confluido en un mismo tiempo y lugar muchos de los problemas no resueltos por el actual gobierno, empezando por el alza significativa de la canasta básica, el caos en el transporte, la marcada violencia callejera, la penetración del narcotráfico en la política, la desatención del agro, la tensión en la educación, la represión de las protestas y ahora, con la huelga de los profesionales y técnicos de la salud por la aprobación sin consulta de la Ley 69 y la licitación de la ciudad hospitalaria al margen del artículo 70 de la Ley 51 de 2005. Da la impresión de que el objetivo del gobierno camina en sentido contrario a los intereses de la población, que rechaza el traspaso de bienes y servicios del Estado al sector privado. El gobierno tiene que ceder si quiere evitar que los problemas se le vayan de las manos, lo que está a punto de suceder. La desestabilización del país puede iniciar una espiral de violencia en la que todos saldríamos perjudicados. ¡Señor Presidente, aún está a tiempo; atienda los reclamos!