El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
En la calle hay más quejadera que solución. Mucha gente -desde políticos, gremialistas, comunicadores, etc.- cuestiona y expone problemas, sin detenerse a mirar que ese es uno de nuestros grandes problemas. Son muy pocas las personas que exponen soluciones y el problema del problema es que hay quienes lucran del caos. Los partidos políticos, por ejemplo, tienen a personas que han buscado allí una manera de acceder al poder. Muchos de ellos son miembros de mafias y pandillas que penetran los partidos para controlar el poder. Y son extremadamente populares, porque juegan con el clientelismo a su máxima expresión. ¿Y cómo llegaron esas personas a esos partidos? Porque hace años vilipendiamos a los partidos y la gente buena, con tal de no ser embarrada, se salió. Les dejamos el campo libre a los delincuentes para que, camuflados de políticos, se tomaran el poder. Pero nadie está hablando de ese problema causado por los mismos cuestionadores. Siguen con su retórica ilógica, que no hace más que seguir acrecentando los problemas. Hay que cambiar el chip y modificar el discurso. En lugar de problemas, expongamos soluciones. Aquí hay temas fuertes que debemos solucionar: en seguridad (narcotráfico, trata de personas, pornografía…), minería, agua, basura, institucionalidad, justicia, etc. que merecen la atención con soluciones a través de debates serios. Seguir como vamos es seguir en el error. ¡Así de simple!