La hora de actuar

Sin duda que los planes del Gobierno para la provincia de Colón son, más que un buen gesto, la atención de una deuda social y moral con la región. La necesidad de establecer, en la ciudad del extremo norte del Canal, estructuras públicas cónsonas con su papel en la vida nacional no deja lugar a debate. Quizás es por eso que el anuncio presidencial de hace un año llenó de esperanza a Colón, pero no dejó de ser el aviso de un catálogo de tareas por cumplir por parte del mandatario y las autoridades. Regresar un año después y reiterarlos, entonces, no es más que publicitar que la deuda se mantiene, o lo que es tal vez más grave: que es del mismo tamaño que hace un año. Los planes del gobierno para Colón son justos y es valiente la decisión de emprenderlos, pero a la sociedad hay que hablarle con realismo, sin temor a perder el entusiasmo. Basarse solo en la emocionante expectativa que genera el optimismo es vender ilusión. Para el balance entre una cosa y la otra, la vacuna es simple: empecemos a desarrollar los proyectos. Ojalá, el próximo 5 de noviembre, la lista de tareas tenga menos pendientes, Colón se lo merece.