El sacrificio compartido

Sin duda, la pandemia ha afectado a todos los panameños. Incluso nuestro ícono deportivo mundial, el mítico “Manos de Piedra”, ha sido tocado por el flagelo. Sin embargo, para enfrentar la crisis no todos tienen espíritu de sacrificio y muchos no saben conjugar el verbo compartir. Ante esta dura realidad, que tiene al país dividido, entre los que exigen moratorias y apoyos del Estado para la sobrevivencia de las mayorías y los que se los niegan, caben unas reflexiones muy puntuales. Los que no quieren sacrificio tienen una deformación en su conducta, porque creen que siempre tienen que ganar y ganar. Esa mentalidad deformada los convierte en miopes ante el infortunio. Incluso suspenden a sus propios colaboradores y los dejan pasando toda clase de calamidades. Se trata de gente insensible al dolor ajeno y de allí palpamos cómo surgen los comportamientos ruines de muchos actores económicos que provocan la división y el descontento social. Las asociaciones empresariales en su conjunto deben promover el sacrificio compartido y liderizar, con un alto sentido social, empresarial la nueva normalidad y frenar a aquellos que, con egoísmo cavernícola, le hacen daño a la empresa privada y al país. La empresa privada debe liderizar un programa incluyente, porque de no hacerlo, las consecuencias serán perjudiciales para la reactivación económica de todo el país.