• 10/10/2019 00:00

Protección del ambiente

Opinión editorial del 10 de octubre de 2019

Holanda se puso una meta país: que en el 2030 no haya ningún auto funcionando con combustibles fósiles, dando con ello pasos firmes contra el sobrecalentamiento global. Lo plausible es que los demás países también se pongan metas específicas para contrarrestar este sobrecalentamiento del planeta, que es una amenaza real. Triste es ver, sin embargo, que países como el nuestro, con una fauna y flora abundantes y agua dulce de calidad, lo estemos arrinconando de tal forma que ya es una seria preocupación. Darién, ese pulmón de la sociedad, está siendo devastado a pasos agigantados. El daño es tan brutal que las autoridades tienen que ser muy firmes, porque el bosque está siendo arrasado por madereros y ganaderos, quienes tienen una especie de competencia a ver quién tala más. El sobrecalentamiento del planeta es real y sus efectos se sienten en Panamá. Varias islas del archipiélago de San Blas, antes habitables, ahora están casi sumergidas en el océano. Todo esto se debe al derretimiento de los polos y esa agua va a dar a los océanos, subiéndoles el nivel. Si esa es nuestra realidad, ¿por qué dejar que sigan talando Darién? El Ministerio de Ambiente tiene una ardua tarea por delante y ojalá nos diga a ciencia cierta ¿cómo estamos en cantidad de bosques y cuánto se espera recuperar en el quinquenio? ¿Para cuándo dejaremos de usar autos con combustibles fósiles? Ojalá nos sorprendan, porque como vamos, no es el camino correcto, sobre todo viendo las imágenes de vetustos árboles en Darién cayendo víctimas de las motosierras.

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