Reformas a la Caja

Para nadie es un secreto que la Caja de Seguro Social pertenece a los asegurados. El problema es que esta institución ha sido por años la caja menuda de los gobiernos y la politiquería que se ha mezclado, y en su entorno ha hecho florecer un esquema deficiente que hace de la entidad un monstruo envenenado. Es hora de que sirva a sus dueños, pero a todos por igual. No se trata de que sólo sean unos los que puedan recibir sus servicios, sino todos los que cotizan. Es decir, la mala calidad del servicio en la Caja obliga a una gran cantidad de cotizantes (los que más pagan) a que paguen clínicas u hospitales privados. Además, la calidad del servicio debe ser igual o mejor que una clínica privada. El gobierno debe cumplir su compromiso de darle salud a los panameños y que no sea la Caja la que cargue con el peso de una gran cantidad de compatriotas. Eso hay que reformarlo.