¿Y el contralor?

En ocasiones parece como si aquel mensaje que la ciudadanía envió a los políticos el pasado cuatro de mayo ya se hubiese esfumado. Más allá de quien ganó y quienes perdieron, los resultados de aquella jornada electoral enviaron un alto y fuerte mensaje sobre como los panameños vieron todo lo que pasó en el último quinquenio. No hay justificación para que el país, a escasos cinco días de concluir las primeras sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional no conozca quién va a reemplazar a la señora Gioconda Torres de Bianchini. Han sido largos cuatro meses para atender, con responsabilidad y patriotismo, la que podría ser la más importante de las funciones que la Asamblea tiene para con el transparente y buen funcionamiento de la Administración Pública. ¿Qué se ha visto? Los burdos matraqueos, los trasnochados acuerdos de recámara y la politiquería de siempre. No hay derecho que el pueblo panameño haya hablado con tanta claridad, para que los diputados no comprendan que no se pueden seguir haciendo las cosas igual que siempre. El nombramiento debe incluir un adecuado proceso de audiencias en que se conozca bien quién va a ser el fiscalizador de las finanzas públicas. ¿Prueba superada o prueba fallida para la Asamblea Nacional?