• 25/01/2019 01:00

Una mano por Venezuela

No es el momento para fomentar odios o medidas extremas; es hora de encontrar las soluciones con el menor costo posible.

Venezuela vive los momentos más cruciales de su crisis, que podrían arrojar una solución a corto plazo. Llegó la hora como país de coadyuvar con la salida. Panamá ha jugado ese papel en el pasado: con el Sha de Irán, con Cédras y Biamby de Haití o con Serrano Elías de Guatemala... Hoy, de lo que se trata, es de contribuir con la transición hacia un Gobierno que saque a Venezuela de su crisis y le dé tranquilidad a su pueblo. No es el momento para fomentar odios o medidas extremas; es hora de encontrar las soluciones con el menor costo posible. No es el momento de poner muertos, sino de darle vida a un país que languidece por una crisis económica y política que duele y golpea el alma. Panamá puede servir de puente para la solución a corto plazo y es nuestro deber contribuir a que el clima de paz retorne a los venezolanos. Hoy nos visita el papa Francisco y es indudable que desde la Jornada Mundial de la Juventud, tendrá algunas palabras sobre esta grave situación. Cuando un Gobierno se mantiene por la fuerza, es que perdió la legitimidad de su pueblo, la que vale. Y el régimen chavista de Venezuela pasa por ese desencuentro con su sociedad y ha llegado el momento de que deponga sus posiciones y busquen una solución a la crisis. Es hora de solucionar el grave problema venezolano y la solución no gira alrededor de que Maduro permanezca en el poder. Lo que sí es seguro es que, en la historia, los regímenes que se aferran al poder nunca terminan bien. No hay necesidad de llegar a estos extremos y Panamá puede tender esa mano para con Venezuela.

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