Muchas explicaciones

Los panameños tenemos que tomar las cosas con seriedad, si queremos que nuestra sociedad se desarrolle. La experiencia con la ampliación del Canal demuestra que no fuimos lo suficientemente serios en la contratación de una obra de esta magnitud. Nos echaron arena en los ojos con que el proyecto no costaría más de los cinco mil doscientos cincuenta millones de dólares. Como van las cosas, este proyecto va a costar el doble de esta cifra y cuidado más. Lo peor no es eso. Los cálculos aseguraban que la ampliación estaría lista en agosto de 2014. Salimos a venderle al mundo que los panameños manejamos mejor el Canal que los gringos; que somos un país muy serio y comprometimos nuestra palabra con navieras y empresas portuarias de todo el mundo. Hoy, la realidad nos estalla en la cara. Tenemos embarcados a navieras, empresas portuarias y todavía no sabemos cuándo va a estar lista la obra o si va a aguantar el paso de un postpanamax. Tampoco sabemos cuánto nos va a costar la obra. No se rinden informes y los diputados no hacen su trabajo. Cuando citan al administrador o al presidente de la junta directiva, quienes preguntan son solo un par. Los otros diputados agachan la cabeza o no asisten al Legislativo. ¡Y todavía no ha renunciado ningún alto regente de la ACP! ¿Hasta cuándo vamos a tolerar tanta incapacidad?