• 03/06/2018 02:00

Una polémica necia

Todos los gobiernos saben que los diputados necesitan partidas, contratos, donaciones, etc.

Para nadie es un secreto que el país se calienta en una olla de presión y de no dar un giro de timón hacia aguas mansas, la probabilidad de una explosión no son descabelladas. La Asamblea Nacional está conformada por diputados electos de una manera en el que el clientelismo forma parte del engranaje: ¡el que no da, no va! Todos los gobiernos saben que los diputados necesitan partidas, contratos, donaciones, etc., para mantener la rueda aceitada. Los diputados saben que el Gobierno necesita de ellos para aprobar proyectos, leyes, contratos, etc. Así que uno es pieza fundamental del otro. Ahora se audita a los diputados, cargando de responsabilidad a la Asamblea sobre un manejo irregular de dineros públicos, pero al dejar por fuera a la otra parte del sistema (el gobierno), la lógica indica que el choque de trenes es inminente. Si a ello sumamos que la Corte entra en escena y que el gobierno está en sus últimos meses, pareciera que el resultado de Rajoy en España es un espejo de lo que podría suceder, más cuando la credibilidad y liderazgo del actual Gobierno está muy mermado. Hay un problema y la solución está después de las elecciones. El nuevo Gobierno debe llamar a la Constituyente y cambiar el sistema político. Una Asamblea electa con diputados provinciales y nacionales y una nueva Corte Suprema de Justicia con magistrados de alta talla moral y decencia. Lo de hoy entre el Ejecutivo y la Asamblea, es una polémica necia, que mientras dure al que afecta es al país en general.

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