• 28/05/2019 02:00

Sesiones extraordinarias inoportunas

De esta manera, Panamá volverá a cambiar sus autoridades dentro de un sistema democrático

El proceso electoral transcurrió en cumplimiento de las normas y, a pesar de un margen estrecho entre el primer y segundo lugar, el país conoció los resultados esa misma noche. Según las palabras del presidente de la República y el presidente electo, el periodo de transición transcurrirá sin imprevistos. De esta manera, Panamá volverá a cambiar sus autoridades dentro de un sistema democrático que, aun cuando mejorable, se muestra sólido. Es por lo anterior que el llamado a sesiones extraordinarias es un despropósito. Si bien es cierto que es facultad del Órgano Ejecutivo la convocatoria a legislaturas extraordinarias, exclusivamente por el tiempo y para los temas que sean dispuestos por el Ejecutivo, y tan así que la propia Asamblea no puede reunirse por derecho propio durante los recesos dispuestos por la Constitución; no obstante, un ponderado criterio político deja claro que ninguno de los temas presentados tiene el carácter de extraordinario. Ratificaciones de cargos, que debieron hacerse seis y hasta dieciocho meses antes y proyectos de ley que podrían ser tratados por la Asamblea Nacional que se instala dentro de poco más de treinta días, salvo que el interés sea populismo puro para adjudicarse la paternidad de ellos. Sumemos que a la primera sesión de la legislatura extraordinaria casi no llegaron diputados suficientes para cumplir con el quorum reglamentario y que las comisiones no tienen reuniones agendadas para cumplir con su trabajo y, lo que todavía es más ofensivo, para el Órgano Legislativo y para el pueblo panameño, a la sesión de instalación no acudió ningún representante del Órgano Ejecutivo. Sería la primera vez en la historia nacional que un Órgano Ejecutivo convoca a sesiones extraordinarias y ni siquiera se hace presente para dar seguimiento a sus propuestas ‘de importancia extraordinaria'. No habiendo ministro de la Presidencia o cualquier otro ministro de Estado para concurrir a las sesiones extraordinarias, bien haría el Órgano Ejecutivo en revocar la convocatoria y dejar que el periodo de transición transcurra sin sobresaltos.

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