• 11/12/2022 00:00

Una vergüenza

“El país se gasta cerca de un millón de dólares por semana solo en alimentar a los detenidos, tomando un promedio diario por ración de dos dólares”

El problema carcelario es una de las vergüenzas de Latinoamérica. No hay un solo país que tenga un sistema penitenciario donde el condenado realmente se rehabilite para reinsertarse a la sociedad, como es la base que sustenta ese sistema, porque es “vox populi” que “el que entra a la cárcel sale peor”. Y es que quizás el problema no se aborda como debe ser, como, por ejemplo, lo hacen en Noruega, donde sostienen que “si en la prisión los tratamos como animales, entonces estaremos soltando animales en tu calle”, por lo que el delincuente jamás se rehabilita. Hecho, Noruega es uno de los países con menor cantidad de presos. En Panamá, el problema es grave y la cantidad de presos es cada día mayor. La propia sociedad no da espacio a que el que delinque tenga medidas alternas a la prisión y si las dan se critica a los jueces. No se trata de asesinos o violadores, pero sí debe aplicarse una medida alterna por otros delitos. La idea de la rehabilitación debe ser cónsona con la realidad, pero no es así. El país se gasta cerca de un millón de dólares por semana solo en alimentar a los detenidos, tomando un promedio diario por ración de dos dólares. El gasto millonario en un sistema que no funciona no tiene sentido y continuar esta vergüenza, es seguir en el error. ¡Así de simple!

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