La Policía Nacional aprehendió al alcalde electo de Pocrí por presunto peculado, tras una investigación relacionada con proyectos no ejecutados del Conades...
- 13/07/2014 02:00
Fiesta de san Fermín
QUERIDO DIRECTOR:
Voy a hablarle de la Fiesta de San Fermín. Cuando llega el mes de julio, toda España y parte del resto del mundo identifican este mes con una grandiosa fiesta que dura una semana completa del 7 al 14, en una ciudad llamada Pamplona, que pasa de tener 180,000 habitantes a no menos de 700,000, viajeros procedentes de todos los puntos de España y de otros muchos de Europa y también de EUA.
A usted le consta que la parte central de esa fiesta es el llamado ‘encierro’, que consiste en que a las ocho en punto de la mañana, desde un corral a 1.2 kilómetros de la plaza de toros, se sueltan libremente, acompañados de los bueyes, a los seis toros bravos que serán lidiados siempre por tres figuras del toreo esa misma tarde en la plaza, que tiene un nombre muy bonito, pues es la Plaza de la Misericordia. El motivo de llamarse así es porque los beneficios, muy importantes, de las siete u ocho corridas que se lidian van a parar a las hermanitas de los ancianos desamparados que manejan la Casa de Misericordia, evidentemente a favor de los pobres. Ni qué decir tiene que esos varios cientos de miles de juerguistas, beben, comen, cantan y bailan hasta el agotamiento, que suele llegar a partir del tercer día ininterrumpido de jolgorio.
Quiero comentarle un pasaje de una película española muy famosa de los años 50 que se tituló ‘Historias de la radio’, dirigida por el gran director José María Sáenz de Heredia. Está dividida en cuatro historias todas relacionadas con la radio, que cuando aún España no tenía televisión, era el gran medio de entretenimiento y diversión.
El capítulo al que hago referencia, relata que se celebra un concurso de preguntas y respuestas con premios sucesivos al alza, hasta llegar a la fabulosa cifra de aquella época de 50,000 pesetas. La emisora de radio, que juega con ventaja y truco, va dando a elegir al concursante sucesivos sobres con preguntas, que al final llevan siempre a su eliminación.
Hete aquí, que concursa un maestro de pueblo de gran y rancia cultura y que quiere ganar para que un niño de ese pueblecito pueda ser operado de una gran enfermedad en Alemania. Las preguntas se suceden al mismo ritmo que los aciertos y, ante la desesperación del locutor, se llega a la última que consideran es imposible acertar. Rezaba así: ‘Quién marcó el 3er gol en un partido de fútbol entre los equipos X Y, de tercera categoría regional, disputado el 28 de mayo de 1929’; el concursante quedó mudo, el locutor sonreía; el concursante comenzó a llorar, el público también, al pensar que lo había perdido todo y de repente el concursante dijo: ‘Fui yo, que entonces tenía un apodo que era Carrancho’, nombre que era el que figuraba en la cartulina del locutor.
Le cuento todo esto, porque si la pregunta hubiese sido ‘¿quién es el patrón de Pamplona?’, todo el mundo hubiese contestado que san Fermín, pero el patrón de Pamplona es san Saturnino, discípulo de san Juan Bautista, posteriormente del apóstol san Pedro, que bautizó los primeros cristianos de Pamplona con el agua de un pozo que todavía se conserva.
El bueno de san Saturnino era obispo de Toulouse (Francia), ciudad a la que volvió después de evangelizar Pamplona y donde murió en el año 25 D.C, siendo Decio emperador de Roma y curiosamente con un martirio, que consistió en atarle la cabeza a un toro bravo, provocar su estampida y quedar decapitado; así que el verdadero patrón de Pamplona y los ‘encierros’ tienen algo que ver.
Solo recordarle que, a pesar de que san Fermín extiende su manto protector sobre los corredores, se han producido 14 muertos y más de 250 heridos por asta de toro en su último periodo histórico, que podemos fechar en 1950, aunque el ‘privilegio real’ que permite esa fiesta es de final de siglo XIV.
En otra ocasión ya le contaré muchas cosas simpáticas de esta fiesta, pues he ido varios años.
Atentamente.
JUAN BARRIOSETA