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- 15/05/2016 02:00
La creatividad en la salud
‘Salud igual para todos ' fue un eslogan revolucionario del tiempo de la dictadura y segunda solo a la obsesión de soberanía de la franja canalera. Sin embargo, con el tiempo, la idea de achicar la brecha entre los que tienen y no tienen salud fue perdiendo fuerza y hoy solo queda una frase sin éxito, típica de lo que se lleva el viento. En el fondo, el hecho que no exista salud igual para todos es una bofetada a la población que yace abatida y golpeada por años de corrupción y desatención de parte de sus gobernantes. Y aunque sería injusto pensar que el responsable principal por el estado deplorable de la salud es el presidente de la República, por lo que establecen la Constitución y las leyes del país, igualmente sería absurdo señalar que los médicos son responsables de las enfermedades que afectan al país.
Por eso, retomar la idea de ‘Salud Igual para Todos ' requiere no solo de una redefinición de los determinantes sociales de la salud, sino un mapa lógico sanitario de prevención de enfermedades. Y como mínimo, es necesario permitirnos incluir a la creatividad humana como elemento esencial para encontrar ese estado ideal de salud que todos merecemos.
Según analistas, expertos y psicólogos, el plazo máximo para alcanzar la creatividad humana oscila entre los 20 y 40 años. Si aceptamos este duro juicio, el futuro de los panameños depende principalmente de los jóvenes, quienes en este momento carecen en su mayoría de las cinco cualidades requeridas para lograr creatividad. En primer lugar, conocimiento. Genios de botella solo los vemos en cuento de hadas y, sin una base institucional y estructural de conocimientos, vamos rumbo al despeñadero. Cualquier país que aspira a tener creatividad necesita como mínimo una universidad de clase mundial o dos.
En segundo lugar, amplitud. Panamá necesita pensadores originales que puedan fomentar ideas más allá de la actualidad. Para resolver los problemas actuales, tenemos que mirar por encima de la inmediatez y de los conocimientos que han dominado al mundo en el pasado. Hay que buscar ideas entre disciplinas dispares y en formas distintas a las que nuestras instituciones educativas actuales están preparadas.
En tercer lugar, capacidad para enmarcar nuevas preguntas. Lo que importa no es la solución de problemas, sino el hallazgo del problema. Si no lo vemos, menos podremos enfrentarlo y entenderlo. En cuarto lugar, coraje. La pregunta es si los panameños somos suficientemente valientes como para explorar vías que otros piensan que son descabelladas o como para sobrevivir el fracaso. Y quinto, apertura. Nunca cerrar la mente y estar abiertos a todas las opciones, por muy imposibles que parezcan.
Los países a menudo se detienen en la primera parada, la del conocimiento técnico sin meditar que estas cinco características son muchas veces insuficientes para garantizar creatividad en la población. Es cierto, el Estado de derecho es la base jurídica de toda nación, y sin eso es imposible alcanzar prosperidad y seguridad. Lo mismo podemos decir de la equidad. Y si analizamos la lista de países ubicados en el quintil de los más ricos y lo comparamos con la de los países más pobres que luchan por subsistir y sobrevivir, notamos también que la honestidad es otra característica de un país creativo. Y ni hablar de la libertad de pensamiento y opinión como requisito absoluto para la creatividad. Sin libertad para escribir y hablar, para desafiar y disentir, un país se convierte en estanque de basura, con gente desnutrida, anémica y retrasada.
Por supuesto, que el compromiso con el conocimiento es fundamental. Los países que gastan menos del 2 % de su presupuesto nacional en investigación y desarrollo rara vez escapan del mantra de los bajos ingresos y de los niveles marginales de riqueza. Tampoco los que no avanzan en inversión en educación, donde la docencia se ha convertido en una profesión de tercera y cuarta importancia.
Por eso, es importante que los médicos, a pesar de que no pueden resolver todos los problemas de salud del mundo, entiendan que, si trabajan con más creatividad, seguramente tendrán algo útil que decir acerca de la salud de un país en los que viven y trabajan. La salud es un importante valor humano. Los Gobiernos debieran tomar sus implicaciones sociales mucho más seriamente y hacerlas parte integral de una agenda de Estado. Definitivamente, como país tenemos todos que ser más creativos.
EMPRESARIO, CONSULTOR EN NUTRICIÓN Y ASESOR EN SALUD PÚBLICA.