• 23/07/2012 02:00

¿Constituyente o reconstituir el Estado?

En una entrega anterior me refería a la creciente presencia en el debate del tema constitucional, y lo caracterizaba como una ‘exigencia...

En una entrega anterior me refería a la creciente presencia en el debate del tema constitucional, y lo caracterizaba como una ‘exigencia o demanda’ (ver La Estrella del 20 de julio pasado). Hoy creo necesario tratar de caracterizar la pertinencia de tales formulaciones, con el fin ulterior de encontrar junto con otros ciudadanos el camino justo.

El régimen representativo actual surge en la historia continental desde el poder local representado por los cabildos. Desde aquel primigenio Cabildo de Santa María la Antigua, pasando por los pronunciamientos independentistas proferidos por los cabildos latinoamericanos, los poderes actuales se han basado históricamente en el poder conferido y delegado por los cabildos.

La reciente incursión de la Presidencia en la conformación del municipio capital, ha sido un terremoto que hace aflorar la necesidad de revisar las fuentes originales del poder. Hoy se impone una reflexión sobre los saldos de esta acción y otras que le sucedieron con respecto al entrelazamiento de situaciones similares, referentes a salas adicionales de la Corte, representaciones en el Parlacen, pertinencia de una nueva votación para alcalde, etc., todo lo cual revela una crisis terminal de la modalidad republicana basada en la alternancia de fracciones oligárquica y neo-burguesas.

Las tratativas de introducir reformas electorales que permitan romper el monopolio partidista y abrir paso a candidaturas sin partido, parecen cual llama de vela a merced del viento; aunque albergamos la recóndita esperanza de que no sea así. En rigor de verdad nunca fuimos optimistas con respecto a la posibilidad de que nuestro sistema se autoreforme ni con actos legislativos cocinados en diálogos sin fin, ni con actos seudoconstituyentes.

Solo las ‘constituciones fundantes’ tienen valor como herramientas de cambio. Advierto que prefiero llamarlas fundantes y no ‘originarias’, porque no se pretende regresar a un ‘Estado original’, preñado de propiedades idílicas, sino de actualizar el Estado a los cambios suscitados en el territorio y su población. La vida produce cambios que hacen necesarias nuevas fundaciones.

En la historia universal todo acto fundante es conducido por el protagonismo de distintos estamentos que expresan a la sociedad en función de sus organizaciones de trabajo y posición social.

La diputación estamentaria estaba en el fondo de aquella Asamblea Nacional francesa convocada por el rey Luis XVI para paliar el descontento del pueblo.

Vistas las cosas así, en nuestro país es más fácil para un ciudadano representar a su estamento, que le conoce por su ejecutoria en un campo que es del conocimiento de quienes le diputan mediante un procedimiento sencillo de asamblea de cuerpo o elección de corporación. Todo lo anterior se hace difícil en un distrito electoral formado por vecinos que no se conocen entre sí y menos las trayectorias laboral, profesional, obrera, campesina, científica, docente, estudiantil, comunitaria, indígena, de defensa ambiental, y también se extiende esto a los trabajadores de la vigilancia y seguridad de la comunidad.

Despertemos, todo este fárrago de propuestas debatidas entre el Tribunal Electoral, las mesas de diálogo y la Asamblea, no va a terminar en nada, porque corresponde a una táctica entrópica del sistema, que busca que las fuerzas renovadoras se agoten en el debate.

Cuando la población se asuma como protagonista, deliberará dentro de sus distintos cuerpos y conectará las variadas reclamaciones estamentarias mediante convergencia de sus delegados.

Con ello se habrá construido una instancia de deliberación real, generadora de poder que no será el actual. Existirá entonces una disociación entre lo viejo y lo naciente. La calidad deliberante de lo nuevo reclamará que se le confirme su capacidad constituyente y asumirá capacidad ejecutiva para garantizarla. Entonces se producirá el deslinde necesario.

MÉDICO

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