• 14/09/2013 02:00

Primarias: ¿presagios de triunfos electorales?

A hora tocó a los voceros de Cambio Democrático salir al paso de las bien fundadas sospechas de que durante sus recientes elecciones pri...

A hora tocó a los voceros de Cambio Democrático salir al paso de las bien fundadas sospechas de que durante sus recientes elecciones primarias no votó el porcentaje de sus adherentes que ellos dicen que acudió a las urnas, el pasado domingo, 8 de septiembre. Antes, tanto el PRD como el Panameñista se encontraron en igual situación. Unos y otros han insistido en presentar sus primarias como una demostración de fortaleza y antesala de victorias electorales. Pero ciertamente que no lo han sido.

Repitiendo un patrón, convertido en sonsonete, antes de sus respectivas primarias, los voceros de la partidocracia intentaron curarse en salud. Literalmente, tirándose al piso en sus pronósticos previos, como todos sabían, pues sus sondeos, que hacen muchos, se los decían, anunciaban que asistencias entre el 30 y el 40 %, serían un rotundo éxito. Por esa vía, preparaban el camino para, cuando las cifras finales evidenciaran que aspirar a más era soñar con las estrellas, poder decir que sus partidos se habían fortalecido y demostrado que serán los indiscutidos ganadores de las elecciones del 4 de mayo del 2014.

Cada quien puede y tiene el derecho a ilusionarse como bien le parezca y sería poco práctico discutir esa prerrogativa; pero la ilusión y la realidad son cosas muy distintas. Y la realidad es que los resultados de las elecciones primarias que hasta ahora ha realizado la partidocracia, y las que todavía están por realizar, solo han servido para confirmar que la crisis y el deterioro de los partidos son más profundos de lo que las apariencias indicaban.

Como cada uno de los colectivos de la partidocracia, en su momento, ha recibido una muy magra respuesta cuando han convocado a su membresía, los efectos no han demorado en aflorar. En el PRD, quedó en claro que su candidato tiene abiertos más frentes internos de lo que admiten, para la exportación. Y hasta grupos hay, de ‘sus copartidarios’, que solapadamente conspiran para desbancarlo o que abiertamente piden su reemplazo. Por el lado panameñista las divisiones, cada día, se acentúan más. Y facciones hay que no ocultan sus deseos de ‘entenderse’, tanto con el PRD como con el bando oficialista, a cambio de una vicepresidencia y de otros ‘espacios políticos’ (eufemismo panameño para denominar los repartos anticipados del poder).

Los tres partidos con mayor número de adherentes, PRD, Cambio Democrático y Panameñista, suman más de 1,200,000. Pero a sus elecciones primarias, en promedio, no concurrió ni el 40 % de ellos. Es decir, menos de 500,000. Como se mire, salvo que se aplique la óptica del autoengaño, esa cantidad o porcentaje es cualquier cosa, menos una demostración de fuerza y tampoco presagios de triunfo, sino un dolor de cabeza para sus dirigentes.

Tanto el PRD como el Panameñista se gastaron, fácilmente, de dos a tres millones en sus primarias (dinero que no pusieron ellos, sino todos nosotros a través de los subsidios que les entregó el Tribunal Electoral). Y Cambio Democrático, aparte de también haber recibido otro tanto en subsidio electoral, es el partido en el poder, que cuenta con todos los recursos que eso significa. En resumen, todos han tenido dinero y se supone que contaban con las estructuras de organización y la logística para haber motivado y movido a un mayor porcentaje de sus adherentes, pero no pudieron, y por más que traten de disfrazar la realidad con explicaciones como la falta de motivación que produjo haber fraccionado las primarias, no pueden tapar el hecho de que estas fueron un fracaso y para nada pueden entenderse, por más cosméticos que quieran aplicarle, como presagios de supuestos triunfos.

Para el 2014, el Padrón Electoral registra dos millones cuatrocientos cincuenta mil electores (2,450,000), por lo que, descontada la abstención, deberán votar 1,800,000 de ellos. Si los partidos de la partidocracia solo cuentan con el voto duro o seguro de los 500,000 seguidores que llevaron a sus primarias, la conclusión obligada es que la próxima elección está completamente abierta; que la partidocracia no tiene nada seguro y sus presagios de victorias son solo una quimera.

PRECANDIDATO PRESIDENCIAL INDEPENDIENTE.

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