El Festival de Debutantes se realizó el 5 de julio en el Club Unión de Panamá. Es organizado por las Damas Guadalupanas y se realiza cada año para recaudar...
- 28/11/2012 01:00
LA CHORRERA. Mientras los propietarios de las 630 casas afectadas por las inundaciones en Panamá Oeste limpian las viviendas se preguntan: ¿quién será el responsable de esta tragedia?
Al principio —el domingo— creyeron que eran los continuos aguaceros que se registraban desde el jueves pasado en los distritos de Capira y La Chorrera, pero con el paso de los días, la tesis fue cambiando.
‘En diez años que tenemos de vivir aquí nunca ha pasado nada parecido y en 15 minutos jamás un río puede llenarse de agua así. Eso fue la corriente que soltaron de la represa de Gatún’, contaba José en el patio de su residencia en Villa Diana, a un costado de la tienda El Machetazo.
‘Eso no es geográficamente posible’, respondió Jorge Espinosa, gerente de la sección de recursos hídricos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Y explica: ‘Los vertidos que empezaron el lunes 19 no afectan de ninguna manera esa área, se hacen desde el vertedero del lago Gatún y salen por el río Chagres hacia el mar, en el fuerte de San Lorenzo.
‘Son vertidos preventivos, no de emergencia. Siempre se han hecho así y así seguirá. Es muy triste lo que está pasando y comprendemos el dolor de la gente, pero nosotros no tenemos la culpa de estos desastres’, concluye Espinosa.
¿DESASTRES NATURALES?
Las autoridades siguen culpando a las fuertes lluvias más una cabeza de agua que bajó por el río Caimito, que nace en Capira.
Pero los chorreranos no creen. Están seguros de que las inundaciones de las barriadas ubicadas en la ribera del río Caimito no fueron causadas solamente por las lluvias.
La otra tesis que manejan es que la apertura de las compuertas de la potabilizadora de Mendoza pudo ser la responsable.
‘Esto es físicamente imposible’, responde el ingeniero Juan Antonio Ducruet, exdirector del IDAAN.
Así, mientras el gerente de la ACP explica que los vertidos no tienen nada que ver con las inundaciones y la gente no se resigna a perder sus pertenencias, se tejen argumentos para encontrar respuestas al desastre que superará las pérdidas económicas que se registraron en 2010 en Panamá este, que fueron de 149 millones de dólares.
Ambientalistas y expertos en el tema achacan la responsabilidad a la concesión irresponsable de permisos para construir urbanizaciones sobre áreas inundables: año a año muros de cemento rellenan las planicies por donde naturalmente el cauce del Caimito se libera en épocas de lluvias. Pero con el boom urbanizacional no hay por dónde desaguar, ‘tú tienes una construcción afectando el subsuelo y tienes variación en la topografía mientras el río busca su cauce natural’, explica la directora de Panamá Sostenible, Raisa Banfield.
Por eso, para el director del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), Félix Wing Solís, esto no es un desastre natural: una tormenta no es desastre natural cuando ha sido exacerbada por construir sobre áreas inundables o deforestar, canalizar y desviar cauces de ríos sin estudios hidrológicos, y eso es lo que ha pasado en Panamá.
Mientras las suposiciones continúan y se señalan múltiples culpables: los vertidos del lago Gatún, las compuertas abiertas de la planta potabilizadora de Mendoza, las recurrentes concesiones para construir en áreas inundables, ambientalistas creen que ‘las razones pueden ser todas’, acota Banfield.
Las preguntas se abren: ¿Dónde están los estudios de impacto ambiental de las urbanizaciones en las riberas del río? ¿La zona de las compuertas de Mendoza tiene su área de protección? ¿Es seguro seguir haciendo los vertidos como se vienen haciendo desde siempre?
‘La sumatoria de una cantidad de actos realizados irresponsablemente y sin prevención degenera en un desastre como el que vivimos’, concluye Banfield. Para ella, las preguntas a continuación son: ¿Cómo se reparará a los afectados? y ¿qué medidas va a tomar el Gobierno para que estos desastres no se repitan el año que viene?
SIN AGUA POTABLE
Al mismo tiempo que estos panameños piden explicaciones, en puntos más distantes como Cirí de Los Sotos, en Capira, imploran al menos agua potable porque desde el domingo no cuentan con el líquido. Y en la curva del Cebo, en Quebrada Ancha, continúan escarbando para encontrar los cuerpos de los dos miembros de la Cruz Roja que se hundieron el domingo junto a un tramo de la vía Transístmica.
Con información de Alexis Grael y Ana Bolena Ayarza.