El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 27/04/2009 02:00
PANAMÁ. A pesar de que el alcohol es el responsable de muchos problemas, como accidentes de tránsito, problemas de salud, desintegración familiar y ausencia laboral, en Panamá se ha convertido en la primera droga de consumo.
Esto se desprende de la primera Encuesta Nacional de Salud y Calidad de Vida (ENSCAVI) de Panamá, realizada por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
La encuesta que fue aplicada en el 2007 a 25,748 personas mayores de 18 años a nivel nacional, también detectó que en el consumo de alcohol, en todos los casos, es más constante en los hombres que en las mujeres.
No obstante, las mujeres tienen mayor prevalencia en las áreas urbanas versus las rurales.
Los hombres comienzan a tomar alguna bebida alcohólica a edades más tempranas que las mujeres. La mayoría de entrevistados dijo haber ingerido bebidas alcohólicas por primera vez, entre los 18 y 24 años de edad.
En general, la edad de inicio de consumo de drogas, en el caso de los hombres que consumieron drogas alguna vez en su vida, se concentró entre los 18 y 24 años de edad.
En el caso de las mujeres, la edad de inicio se concentró en los 25 años y más. En la población de menores de edad, la concentración de la edad de inicio es variable entre las áreas urbanas, rurales e indígenas.
El consumo de alcohol en las áreas indígenas refleja un porcentaje ligeramente mayor que las urbanas y rurales para los grupos de menores de 12 años y de 13 a 15 años de edad.
La diferencia por sexo, en el grupo de menores de 16 años, reflejó que en las áreas indígenas la edad de inicio en las mujeres y hombres es mayor que en las áreas urbanas y rurales.
Curioso, en la población de 18 años o más, el consumo de tabaco y derivados es 7 veces mayor que el de drogas ilícitas, en tanto que el de alcohol es de cerca de 32 veces mayor.
Al relacionar el consumo de alcohol con el de tabaco, el primero es 4.5 veces mayor que el segundo, constituyéndose el alcohol en la primera droga de consumo en la actualidad.
Para la psicóloga Geraldine Emiliani que el alcohol sea la primera droga de consumo nacional no es una conducta de ahora. Asegura que de acuerdo con su experiencia esta conducta viene desde hace unos 8 años.
Esta situación la impulsó para que en el 2005 realizara una estudio en tres colegios públicos sobre el alcoholismo en mujeres jóvenes.
La muestra del estudio explicó que se basó en 100 adolescentes mujeres entre los 14 y 17 años. El 89% respondió afirmativamente al consumo de alcohol en fiestas familiares y discotecas.
En base a esta situación Emiliani asegura que en Panamá, en los últimos años el consumo de alcohol en niños de 14 años se ha disparado, debido a muchas causas.
Entre esas causas Emiliani menciona: la falta de comunicación entre padres e hijos, la falta de una relación afectiva de padres e hijos y la falta de límites a los hijos.
Además la presión de grupo y la falta de entretenimiento sano y saludable para los adolecentes y los medios de comunicación juegan un rol preponderante frente a esta situación.
La psicóloga sostiene que para que la mala práctica del consumo de alcohol en los jóvenes se minimice es necesario que los padres tengan una adecuada relación con sus hijos y sepan poner un límite a sus hijos, darles a conocer ya sea por medio de maestros los efectos nocivos que conlleva el consuno de alcohol.
El sociólogo, Raúl Leis, aduce que aunque el flagelo del alcoholismo en los jóvenes se debe a muchos factores, no obstante subraya que la desintegración familiar y el exceso de propaganda sobre bebidas alcohólicas en los medios de comunicación juegan un papel preponderante.
Leis asegura que la proliferación de propaganda sobre bebidas alcohólicas crea un clima propicio al consumo de alcohol. Pone de ejemplo los carnavales y los espectáculos deportivos son presentados y auspiciados por empresas licoreras. Es decir hay una asociación del alcohol con estas actividades.
Leis considera que para que el consumo de bebidas alcohólicas en los jóvenes se minimice se debe realizar un trabajo de orientación, educación y control. A juicio de Leis la educación en este tema se debe fortalecer, con orientación de parte de los medios de comunicación y la Iglesia, aunado al control que tengan los padres sobre los hijos.
Aixa Gómez de la Federación Nacional de Padres de Familia al tiempo que coincide con los expertos en que la juventud ha comenzado a libar bebidas alcohólicas a edades más tempranas. Sostiene que esta situación se debe a lo que se permite en los lugares de diversión, pues en muchos de estos sitios dejan que los jóvenes, algunos menores de edad, beban licor.
Esto poco a poco, sostiene, va creando esta mala conducta. No obstante, Gómez reconoce que esta situación se debe, en gran medida, a la falta de control de los padres de familia hacia sus hijos y a la pérdida de valores.
Gómez dijo que para que esta realidad cambie es necesario hacer un trabajo profundo con la juventud ofreciéndoles alternativas ya sea de diversión o deportes que los alejen de esta mala conducta.