HÉROES SIN SUPERPODERES

Para lectores y espectadores de historias de cine y televisión, los héroes son creaciones inverosímiles alejadas completamente de la realidad. Son seres banales, interpretados por seres aun más artificiales que responden a modelos narcisistas de belleza y liderazgo del común.

Si a esto sumamos lo increíble de sus aventuras, su exceso de poderes y el agotamiento de las mismas historias, podemos entender por qué el espectador ha dejado de creer en ellos.

En una época de confusión social, la sociedad está en busca de nuevos modelos y de la personificación de nuevos ideales en alguno de sus miembros pues los héroes poseen cualidades con las que todos podemos identificarnos y hasta podemos reconocer en nosotros mismos.

La historia del hombre ha demostrado que una persona del común puede alcanzar el estatus de héroe y vivir inmortalizada en la mente de las personas. Se trata de líderes, patriarcas de naciones o imperios, o protagonistas de nuevos ideales los que han marcado el paso y el cambio mismo de la historia. Pero esto mismo genera la mitificación de sus acciones. La anécdota se convierte en mito, y sus proezas terminan atribuidas a poderes sobrenaturales, no a hechos de mortales corrientes.

Los héroes son modelos de conducta, de superación y de sacrificio personal. Modelos que en épocas de confusión, guerra o conflicto, sirven de guía a la sociedad para superar sus problemas.

Sin embargo, somos y estamos rodeados de ciudadanos comunes y corrientes cuyas proezas han sido borradas de los anales la historia. El mundo actual ha generado un estereotipo de héroe que no responde a las capacidades ni perfiles que nosotros mismos reconocemos. Es así como estos actos heroicos pasan a ser narraciones anecdóticas que pronto se olvidan.