Horror en el paraíso caribeño: El operativo policial para liberar a la turista norteamericana en Bocas del Toro

A las 11:57 de la mañana del viernes 6 de junio, mientras el presidente José Raúl Mulino anunciaba una posible mediación con los bananeros a través de la Iglesia católica, en Alto del Guabo, Bocas del Toro, se desataba una escena tensa y caótica que sacudiría las redes sociales y encendería las alarmas de seguridad.

En medio de una carretera bloqueada con piedras, palos y gritos de protesta, una turista norteamericana intentó evitar el cierre. Buscaba continuar su viaje, ignorando que aquella vía, frecuentada por nacionales y extranjeros rumbo a las bellezas de la provincia, se había convertido en un epicentro de frustración social.

El intento de sortear la protesta fue el detonante. La multitud reaccionó con furia. La rodearon, la agredieron y, en un instante que quedó registrado en videos virales, la levantaron por la fuerza. Las imágenes de la mujer siendo cargada por manifestantes circularon como pólvora encendida en redes sociales, generando indignación y urgencia.

La Policía Nacional anunció su desplazamiento inmediato al lugar. El subcomisionado Elvis Ortiz, jefe de la zona policial en Bocas del Toro, resumió así la escena:

— “Ella fue retenida contra su voluntad en esta vía que es utilizada por nacionales y extranjeros que se dirigen a diferentes puntos turísticos de la provincia”.

La tensión crecía a cada minuto. La intervención policial fue rápida y calculada. Lograron rescatar a la turista sin el uso de la fuerza, visiblemente afectada, temblorosa, confundida.

Los manifestantes, que desde el pasado 28 de abril mantienen bloqueos en rechazo a la Ley 462 sobre la Caja de Seguro Social, se aferran a la consigna de que nadie entra, nadie sale. Solo abren por horas, bajo sus propias reglas. Pero el gobierno insiste: no es suficiente. El comercio y el turismo necesitan respirar.

“La integridad física y emocional de la mujer estaba comprometida”, afirmó el subcomisionado tras la liberación. Luego de recibir atención médica, la turista presentó una denuncia formal por lo ocurrido.

El viaje no terminó allí. A bordo de una lancha, la Policía Nacional la trasladó de forma segura hasta su destino final: isla Colón.

— “La Policía Nacional le brindó un traslado seguro” —confirmó el subcomisionado Ortiz.

En cuestión de horas, aquella visita soñada al paraíso caribeño se convirtió en una pesadilla. Un episodio que refleja, con crudeza, las tensiones de un país donde la protesta social y el turismo conviven al filo del conflicto.