¿Aguadulce o Penonomé?

PENONOMÉ. El capitán Humberto Marciaga es considerado uno de los aviadores de más vasta experiencia en la región central del país.

PENONOMÉ. El capitán Humberto Marciaga es considerado uno de los aviadores de más vasta experiencia en la región central del país.

Desde 1971 está involucrado en la aviación. Son 39 años surcando el espacio aéreo como piloto agrícola, desempeñándose en Panamá, Veraguas, Herrera, Los Santos y Coclé.

Durante los últimos 27 años, las operaciones aéreas las ha realizado en Santa María, El Roble, Aguadulce, Antón y el sur de Penonomé (Llanos de Coclé).

El piloto considera necesario hacer algunas consideraciones y señala que para hablar de un aeropuerto internacional hay que tomar en cuenta que las aeronaves pueden llegar a pesar hasta cien toneladas (2000-qq).

También indica que el terreno debe tener aproximadamente 3 kilómetros de largo para pista, más un kilómetro para cada cabecera, lo que sumarían 5 kilómetros.

Se debe tener en cuenta que los vientos predominantes durante el año sean del Norte y del Sur.

Además, debe contar con la aprobación de las autoridades de Aeronáutica Civil y a su vez, por ser un aeropuerto internacional, necesita la aprobación de la OACI (Organización de Aeronáutica Civil Internacional), que es la agencia que tiene que ver con las regulaciones aéreas a nivel de aeropuertos internacionales y con la aprobación de la Federal Aviation Association , que es la agencia de los Estados Unidos que regula la aviación.

Marciaga señala que en Aguadulce, el terreno del Estado que están proponiendo en Las Albinas tiene el inconveniente que hacer un aeropuerto allí conllevaría un alto costo, ya que se debe rellenar toda el área.

Está muy cerca a la costa y las aves marinas obstaculizarían el libre tránsito aéreo, como sucede en Tocumen, lo que representa un peligro.

Resaltó que desde el sur de Aguadulce hasta Monagrillo están establecidas grandes fincas camaroneras con abundante número de aves marinas de alto riesgo para los vuelos de las aeronaves.

Hay que tomar en cuenta que, de existir este aeropuerto allí, las altas turbulencias y ruidos pueden producir estrés a los camarones, lo que afectaría su producción y la millonaria inversión privada.

Los manglares y la proximidad al mar hacen que haya mucha turbulencia debido a la diferencia de temperaturas que hay entre el agua del mar y la tierra firme. Tiene muy próximas las montañas al Norte, como la cordillera Central.

En Divisa existe el problema de que es difícil encontrar un área plana de cinco kilómetros y además tiene el gran inconveniente de tener la cordillera Central con la mayor elevación al Norte.

En Río Hato existe una pista que habría que acondicionar y que cuenta con una muy buena aproximación, tanto al Norte como al Sur.

Las aves marinas serían el único obstáculo.

Por otro lado, en Penonomé se cuenta con un terreno de baja elevación con respecto al nivel del mar (unos 60 pies); área totalmente plana de 12 kilómetros de largo y dispone de una excelente aproximación tanto al Norte como al Sur.

La aproximación al norte no tiene obstáculo de cordillera, ya que se encuentra a 40 kilómetros de distancia, con la más baja elevación de la cordillera Central. La aproximación al Sur es muy buena, puesto que no tiene obstáculo, ya que sería entrando o saliendo sobre la boca del río Grande.

El área para desarrollar este aeropuerto se encuentra alejada de los manglares, libre de pantanos, saneada y, por tanto, sin mosquitos.

En Penonomé, predominan los vientos Norte y Sur y nunca vientos cruzados.

Esta condición solamente se da cuando hay tormentas, y esto ocurre en todo el país.

Respecto a la presencia de bruma y neblina, es escasa, sobre todo en Los Llanos.

A partir del área de Cerrozuela, Natá, Santa María, Escotá y hasta Santiago, en esa área del sur de Aguadulce y Divisa muchas veces permanece la bruma hasta las ocho y nueve y media de la mañana, impidiendo el aterrizaje o despegue de cualquier tipo de aeronave, grande o chica.

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