Fundación pide una reforma educativa para el siglo XXI

Tras varias décadas del rechazo a los cambios en los planes educativos, Marvin Castillo, un joven panameño director de Fundesteam, agrupación enfocada hacia el desarrollo de la robótica, sostiene que ha llegado el momento de que en Panamá se abra el debate para una reforma de la educación.

Castillo cuestiona que en pleno siglo XXI los panameños sigan educando a sus hijos con planes de estudio que ya en el siglo pasado estaban atrasados. ‘Esto no es productivo y resulta ilógico', destaca.

‘En Panamá se requiere una reforma educativa que permita que los planes de estudios preparen a los niños y jóvenes para el siglo XXI',

MARVIN CASTILLO

FUNDESTEAM

El representante de Fundesteam propone un cambio radical en el currículum. Hay que salir de los planes de aprendizaje de memoria que aún se utilizan en los colegios y escuelas nacionales, insiste.

Especialista en temas de robótica, Castillo sugiere trabajar hacia el constructivismo. Explica que la intención no es enseñar a los niños a construir robots, sino capacitarlos para que puedan pensar, discernir, crear y si pueden aprender a través de la confección de los robots, ‘sería espectacular', dijo.

Su propuesta está dirigida a que los planes nacionales de educación se elaboren sobre pilares como las ciencias, la tecnología, la ingeniería, las artes y las matemáticas. ‘Ya estamos tarde', alerta, ‘los demás países ya lo han hecho y han tenido resultados en sus sistemas educativos'.

Aunque Castillo dejó claro que no significa que haya que dejar el humanismo a un lado, insistió en que el aprendizaje debe dejar de ser memorístico, con el fin de que nuestros jóvenes se adapten a las necesidades del siglo en el que vivimos y que sean competentes para enfrentar las realidades del mundo y un mercado laboral que cada día está más globalizado.

LA FALLIDA REFORMA

El último intento de una reforma educativa en Panamá se hizo en el año 1979, durante el gobierno militar.

En ese entonces, los gremios docentes y algunos grupos políticos se opusieron a la propuesta de modernización de la educación.

Para entonces, los cambios se tildaron de comunistas y se generó un gran movimiento nacional de rechazo.

Una huelga de docentes que duró más de tres meses hizo que la reforma fuera descartada en su totalidad, pero no se trabajó en un remplazo ni en la modernización de los planes de estudio para la preparación de los estudiantes.

Desde entonces, el currículum ha recibido cambios parciales, pero el sistema sigue siendo el mismo, a pesar de las décadas transcurridas y el cambio de siglo, precisó.

CAMINO A LA REFORMA

Castillo considera que se han hecho suficientes pactos, acuerdos y diálogos entre los sectores involucrados en el tema educativo, los cuales deben ser rescatados y puestos a disposición de los que se encarguen de la elaboración de la reforma educativa que propone.

Apunta que así como se hizo con el tema del Canal de Panamá, que se alcanzó un gran acuerdo producto de un consenso nacional, hay que lograrlo en el tema de la educación.

Sería necesario, opina Castillo, que la reforma educativo pase por la Asamblea Nacional y se convierta en una ley de la República para que, establecido como un acuerdo entre los padres de familia, docentes, la sociedad civil e incluso los diputados en representación del sector político nacional, sea de obligatorio cumplimiento.

Esta reforma educativa tendría que ponerse en marcha durante los próximos gobiernos, de manera que se logre que los niños y jóvenes panameños reciban una educación acorde a los tiempos actuales.

Considera que a pesar de que acometer una reforma educativa parezca tarea difícil, no debería serlo, porque la mayoría de los panameños están de acuerdo en que es necesario modernizar este sector del país.