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- 03/06/2009 02:00
PANAMÁ. Suponga que es un pornógrafo serio, dedicado a convertir la angustia sexual de otros en dinero suyo. ¿Dónde va para recuperar sus fuerzas, para congregarse con sus semejantes e inventar nuevos métodos para explotar a los pervertidos? ¡A Panamá, por supuesto! Cada verano la “patria chica” de Ricardo Miró se vuelve por unos días el retiro de los príncipes de lo crudo.
La llaman la "Cumbre de Panamá" (Panama Summit) y es con invitación solamente. No le van a ofrecer una si no es un magnate de la industria, y la pornografía en Internet es una industria seria. Hay 400 millones de páginas porno y cada día se suman 260 nuevas. Las entradas son de $89 por segundo y totalizan casi $3 mil millones anualmente.
Las cumbres de Panamá comenzaron en 2007. La de este año se celebró en el Hotel Decápolis del 27 de febrero al 2 de marzo. Asistieron dueños y ejecutivos de 34 de las más exitosas compañías. Según un comunicado de prensa expedido al cierre del cónclave, “el ambiente calmado e íntimo permitió a los invitados conversar sobre el futuro de la industria mientras iniciaban transacciones importantes. Uno comentó que este evento paga su costo dentro de los primeros quince minutos”.
Los nombres de las compañías revelan el progreso del negocio de la franqueza hacia la discreción. Asistieron “Naked.com” (“Desnudo.com”) y “Naughty” (“Pícaro”). Otras compañías participantes, que ofrecen más o menos los mismos productos, tienen nombres neutrales como “Caballero Cash,” “Metro Content,” y “Euro Revenue”. Para nosotros son pornógrafos. Ellos dicen que son “entretenimiento para adultos”.
El anfitrión vive aquí. Se llama Fabio y es un europeo de 40 años. Publica una revista para productores y distribuidores de la “industria.” Además de la Cumbre de Panamá, organiza una reunión similar cada año en Europa.
Fabio vino a Panamá hace cinco años con su esposa y sus tres hijos. Buscaba un lugar con buena infraestructura de internet y el dólar como moneda. Él y su familia quedaron fascinados con el clima y el estilo informal de vida en el istmo.
"Panamá ha sido bueno para nosotros," dijo a La Estrella. Fabio dirige una empresa que facilita el establecimiento de sitios en Internet. En teoría, cualquier clase de sitio. En la práctica, sitios pornográficos.
"Digamos que quiere un sitio", explicó. "Nosotros lo construimos y mantenemos. Instalamos el contenido y manejamos el servicio a los clientes. También editamos el contenido. Digamos que quiere habilitar 50 discos compactos para el mercado del Reino Unido. Nosotros sacamos lo que los británicos no permiten. No es fácil. Los reglamentos tienen más de 60 páginas. No proveemos contenido, ni cobramos”.
¿Qué hicieron los participantes de la cumbre aparte de negocios? Visitaron el Canal y almorzaron en Miraflores. Algunos jugaron golf, otros pescaron. Conversaron con profesionales panameños que Fabio había invitado a la Cumbre, y asistieron a conferencias sobre banca y bienes raíces en Panamá.
Por lo general, la clase de compañía representada en la Cumbre posee numerosos sitios en Internet y una gran variedad de contenido que ofrece bajo licencia a distribuidores afiliados. En el portal de la compañía Metro Content, por ejemplo, hay dos entradas, una para clientes y otra para distribuidores. Los últimos actúan como señuelos dirigiendo clientes a los sitios y recibiendo un porcentaje por cada cliente que termine pagando. Los distribuidores son los que molestan a la gente con anuncios electrónicos no solicitados. No son bienvenidos a la Cumbre.
La industria crece por crear más y más distribuidores, quienes atraen más y más clientes. La pornografía, como algunas otras diversiones, puede ser adictiva. Las compañías grandes ofrecen gratis lo necesario para hacerse distribuidor a quien posea una dirección electrónica. Las que producen su propio contenido solicitan "modelos" y personas dispuestas a participar en chats.
Las compañías que producen contenido, dijo Fabio, deben cumplir con la Ley 2257 de los Estados Unidos que exige identificar por nombre y edad a cada persona que aparece en sus películas y fotos. El gobierno norteamericano vigila el cumplimento a través de los bancos. Para ganar dinero los sitios que exponen contenido tienen que poder procesar tarjetas de crédito. Ningún banco provee este servicio sin asegurarse que el contenido viene de productores que mantienen la información requerida.
Según Fabio, hay varias compañías en Panamá relacionadas con la "industria de entretenimiento adulto". Algunas emplean hasta 200 personas. Hay productores de contenido, centros de llamadas, y compañías que ofrecen servicios de cámara “web” y de “chat”.
A la pregunta sobre si Panamá es una capital de la industria “porno”, Fabio respondió: "Podría ser".