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- 08/06/2013 02:00
PANAMÁ. Aunque las fallas en los riñones son indoloras, al principio, usted puede detectar en casa cambios en el organismo que lo deben alertar.
Fatiga, disminución en la agudeza mental, entumecimiento, dolores o espasmos musculares en los brazos y piernas, dolor de cabeza, visión borrosa, pérdida del apetito, náuseas, vómitos, comezón en la piel y pérdida de peso son algunos de los malestares que deben llevarlo a consultar al médico, recomienda el nefrólogo César Cuero en la revista Diálisis y Trasplante.
El médico debe comprobar o descartar que se trata de insuficiencia renal crónica, enfermedad que se trata con varios tipos de procedimientos.
El tratamiento más conocido, quizás por las protestas y cierres de calles de los pacientes renales, es el de hemodiálisis. Se recomienda cuando la función renal es menor al 15%.
Durante tres horas, tres veces a la semana, el enfermo se conecta a un riñón artificial, por cada cuatro hora cada sesión. Aunque este procedimiento se practica en sala hospitalaria, la persona puede realizar diversas actividades mientras está conectado al dispositivo.
Cuero recomienda que el paciente que recibe hemodiálisis disminuya la cantidad de líquidos que ingiere, que evite la sal porque esta retiene agua, restrinja el consumo de leche, quesos, nueces y gaseosas.
La diálisis peritoneal es otro método para reemplazar las funciones de los riñones.
‘Una solución purificadora, llamada dializante, se introduce en el abdomen mediante un dispositivo espe cial, consiguiendo que los productos de desecho y sustancias nocivas pasen desde los pequeños vasos presentes en la membrana peritoneal’, explica el doctor Cuero.
El especialista detalla que existen tres tipos de diálisis peritoneal: la ambulatoria continua, la cíclica continua y la intermitente.
UN CAMBIO DE VIDA
Por cuatro años, Alexan der Pineda recibió hemodiálisis en la Caja de Seguro Social (CSS).
Luego de cuatro años de espera de un donante, un día recibió la llamada que le devolvió la calidad de vida que había perdido en las salas de hemodiálisis.
‘En ese momento estaba nervioso por la compatibilidad del órgano. No sé quién me lo donó, pero me ha funcionado muy bien. Me contó mi familia que ingresé a las tres de la tarde al quirófano y salí a las seis de la tarde’, relata Pineda.
Historias como la de Pineda se deben escuchar más seguido, porque la hemodiálisis con el tiempo afecta al sistema vascular del enfermo. Escucharlas más seguido dependerá de la voluntad de donar órganos de los panameños.
Lamentablemente, y con los esfuerzos e inversión que ha realizado Salud para este fin, los resultados son menores que en otras naciones.
‘En Panamá tenemos 6.7 donantes de órganos por millón de habitantes. España tiene 29.3 por cada millón. Uruguay tiene 19.9 donantes por millón’, explica Pineda, quien es el presidente de la Asociación Nacional de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica de Panamá.
LOS COSTOS
‘Un paciente que ingresa a una sala de hemodiálisis le cuesta a Salud unos 25 mil dólares anuales’, comparte Pineda
El valor de una cirugía de trasplante es de 7 mil dólares en la CSS. Aunque el paciente debe ingerir medicamentos de por vida, la diferencia en la inversión es muy significativa.