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- 05/05/2017 02:04
Aquellos que vivieron las décadas de 1970 y 1980 recordarán el Instituto Militar General Tomás Herrera, creado para formar bachilleres militares, cuya formación fuera molde para encaminar la futura formación de suboficiales en escuelas militares de la región y cuya sede fue la vieja base militar de Río Hato.
El experimento logró producir 13 promociones de ciudadanos que se formaron con una disciplina castrense, pero de los cuales solo un 10% se integró a la milicia nacional. El resto buscó otras profesiones para sumarse a la construcción de la nación.
El plantel, que constituía un orgullo para los militares de aquél entonces, llegó a su final con la caída del régimen dictatorial que encabezaba Manuel Antonio Noriega, y su sede bombardeada por la invasión estadounidense del 20 de diciembre de 1989.
RESCATAR EL VIEJO COLEGIO
Sin embargo, para los que allí estudiaron y egresaron como ciudadanos de bien y profesionales progresistas que aportaron su cuota de esfuerzo para construir la patria, es necesario rescatar el concepto primario de su creación en 1974: formar hombres con férrea disciplina, carácter, valores morales y una visión de ciudadano respetable.
Hugo Cuéllar, ingeniero civil de profesión, y ‘Tomasito' de corazón, es presidente de la Fundación de Egresados de este plantel. Su promoción, 1974-1976, se inició con un juramento de lealtad a la bandera, de esforzarse, estudiar, forjar un carácter recio con valores morales para vencer la adversidad y ayudar a construir la Nación.
Tras reunirse y analizar la situación actual de nuestra sociedad, donde el ejemplo que tienen los jóvenes es el de políticos corruptos, funcionarios sobornables, y su generación se debate en los vicios y falta de metas, se concluyó que la formación actual de la juventud no es la mejor. Un factor determinante que falta es la disciplina. Precisamente, dice, ese fue el elemento que les sirvió a los ‘tomasitos' para escalar el éxito profesional y trazarse metas que alcanzar.
PRIMEROS PASOS
Tras sopesar la actual situación de nuestra juventud, la fundación ha decidido dar los primeros pasos para la refundación de un colegio que brinde un bachillerato con esa disciplina y caudal de valores que forme un carácter necesario para crear una mentalidad de lucha, liderazgo y trabajo.
Cuéllar, quien se acompaña de Fabián Lasso, subsecretario y Otto Ríos, fiscal de la Fundación, estiman que una vez cuaje la iniciativa, ‘tomasitos' de las otras promociones se sumarán en rescate de su alma mater.
‘Pueblos como Japón han demostrado que sin disciplina la inteligencia no basta para triunfar',
HUGO CUÉLLAR
PRESIDENTE FUNDACIÓN GENERAL
Se denominará Instituto General Tomás Herrera, sin incluir lo ‘militar', dado que no se busca formar mentalidades militares en el Panamá civil y democrático de hoy.
No obstante, su signo será la templanza que tanto nos falta, y que ha sido clave en el éxito de países como Japón, donde se ha demostrado que la inteligencia sin disciplina no logra metas.
Su característica será ofrecer una educación en base a un currículo académico de alto nivel, para formar bachilleres en ciencias, una escuela de tipo particular, con el patrocinio de la empresa privada y el apoyo del Estado, abierta a los jóvenes que egresan del noveno grado con aspiraciones a seguir estudios universitarios en el área científico-técnica.
Sin embargo, una meta será darle cabida a jóvenes de escasos recursos que quieran estudiar, para lo cual habrá concursos de becas previa evaluación académica. Los futuros ‘tomasitos' deberán pasar exámenes físicos, psicológicos, mentales que le permitan convivir y fraternizar con sus similares.
NO ES UN REFORMATORIO
Ante la posibilidad de que se piense que por contar con el sistema de internado y adoptar una disciplina férrea, Cuéllar, Lasso y Ríos niegan que esta escuela vaya a ser una especie de reformatorio o correccional.
Recuerdan que cuando estudiaron en este plantel militar pocos eran los insubordinados y malos estudiantes. La mayoría de los que llegaron con algunos desajustes provenientes de hogares desintegrados o traumas sociales, los dejaron atrás y se adaptaron a la vida estudiantil, sin necesidad de castigos.
Diariamente había que levantarse a las 5:00 a.m., para realizar ejercicios físicos, correr por la pista de Río Hato, pero antes poner en orden su ropa, cama y asearse obligatoriamente.
Extracurriculares
Luego de las clases, se daban actividades extracurriculares como agricultura, mecánica, electricidad, plomería y otras que permitían a los cadetes dominar los rudimentos de técnicas que luego le servirían en el futuro.
El único castigo que nadie quería sufrir, dijeron, era perder la franquicia de fin de semana por flojera de no cumplir con las tareas encomendadas. Quedarse en el plantel el fin de semana era una tortura para el grupo y por ello, todos se disciplinaban a cumplir con sus deberes.
IDENTIDAD Y PERTENENCIA
Uno de las frutos que brindó el convivir en el IMGTH y ser un ‘tomasito' fue adquirir sentido de responsabilidad, de identidad como ciudadano panameño y de pertenencia a esta noble nación.
Con todo esto se refuerza el amor a la patria y se valora lo que nos ofrece este país y se defiende de conceptos importados que trastocan el ser panameño.
Por ello, insistieron en que toda la corrupción actual, tanto de políticos y funcionarios, les alienta a reforzar la idea de crear y formar una nueva juventud.
Aspecto importante es que inicialmente abrirá sus aulas a varones, pero más adelante también acogerá a jóvenes mujeres con decisión de ser ciudadanas disciplinadas y de carácter.
No hay celo policial
A pregunta de si podría surgir celo o malicia dentro del gobierno o de la Policía Nacional por la reminiscencia militar, confesaron no sentirlo así, pues un buen número de oficiales de la PN, incluyendo a su director general, son egresados del IMGTH, es decir, son ‘tomasitos'
‘Nosotros mismos somos ejemplo de lo que queremos formar', señalaron.
Según los directivos de la fundación, su trabajo ha sido intenso y han avanzado en planes, por lo que desean arrancar en marzo de 2018. Sus instalaciones quedarían en Villa Grecia o lo ideal sería Gamboa.
SIN FINES LUCRATIVOS
Un punto esencial que dejaron claro: el Instituto General Tomás Herrera no tendrá un carácter lucrativo o comercial; nadie busca enriquecerse con ello, pero si dejar un legado, un aporte a la educación.
Por ello buscan el apoyo de la empresa privada, del Estado y de todas las fuerzas de la sociedad.
HISTORIA
El original IMGTM fue una inspiración del modelo del Colegio Militar Leoncio Prado, de Lima, Perú, el cual daría pie a la novela del premio nobel peruano Mario Vargas Llosa, ‘La ciudad y los perros'.