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- 05/04/2009 03:00
BOGOTÁ, COLOMBIA. David Murcia Guzmán decidió apostar muy duro a una sola carta. El cerebro de DMG dijo que autorizó cuantiosos aportes en "camisetas, gorras y un poco de papelería" a la campaña del referendo por la reelección del presidente Álvaro Uribe, y en el servicio de aviones y helicópteros en los que se transportaron las firmas recolectadas. La donación pudo haber costado, según dijo, unos 5. 000 millones de pesos que canalizó a través de empresarios, algunos de ellos en el exterior.
Murcia hizo la sorprendente declaración con cierta amargura. Dijo, con su particular forma de ver la política, que su error fue no haber financiado las primeras campañas del presidente Uribe, mientras sí lo hizo el que considera su archienemigo, el banquero Luis Carlos Sarmiento. Y fue entonces cuando Murcia dijo que, para corregirlo, se acercó a ayudar en el referendo con su ilimitada chequera.
Con su explosiva declaración, Murcia aplicó la misma fórmula que hace pocas días soltó a la prensa panameña, al declarar que aportó seis millones de dólares a las campañas del PRD a la Presidencia de Panamá y la alcaldía de la capital., con lo cual causó una conmoción política que aún no se detiene.
En Colombia también aprovechó que Transval, una compañía en la que DMG tenía intereses económicos, prestó unos servicios a la campaña del referendo por la reelección; y que las cuentas de éste tienen tantos huecos y maromas, que cualquier cosa pudo pasar ahí.
La pregunta es cómo se pudieron utilizar 5.000 millones de pesos (2.5 millones de dólares) para apoyar la campaña sin que nadie se hubiera percatado. En la contabilidad de la Asociación Colombia Primero —que recibió el grueso de los aportes de la campaña— aparecen ingresos muy similares a los egresos. Así que si efectivamente hizo los millonarios aportes, seguramente no quedaron consignados allí.
De hecho, los promotores del referendo fueron quienes pidieron al magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) José Joaquín Vives citar a David Murcia.
SEMANA revisó esa misma contabilidad y en ella aparecen los pagos a proveedores de bolígrafos, papelería y camisetas. Sólo en este rubro hay compras de alrededor de 10.000 unidades por 30 millones de pesos (15 mil dólares), según lo certificó el proveedor directamente. Así que es válida la reflexión de los promotores del referendo según la cual 5.000 millones de pesos en camisetas y gorras serían toneladas de ellas, algo que habría sido difícil de ocultar. Aun así, Carlos Jaramillo, gerente del referendo, refiriéndose a los aportantes, aseguró a SEMANA que "hay quienes regalan muchas cosas para la campaña, pero esas contribuciones inexplicablemente no se contabilizaron. De ese modo, hay un boquete por donde pudo haber entrado algo de lo que Murcia dice que aportó. De ser así, le sería fácil probarlo.
Lo del transporte también tiene sus bemoles. En la declaración juramentada al CNE, José Luis López, gerente de Transval, afirma que esa compañía trabajó más de cuatro meses en recoger las planillas en Bogotá y llevarlas a la sede de la campaña, a una custodia segura. No menciona para nada operaciones en el resto del país. Tener las firmas en un lugar seguro es sensato por los riesgos que pudieran correr, desde un accidente hasta un sabotaje. Pero transportarlas por esos medios de otras ciudades a Bogotá no parece lógico, pues podían hacerlo por correo especializado o en el equipaje de sus propios empleados. Si se hubiera usado una empresa de custodia de documentos, también suena desproporcionado usar helicópteros y aviones para trasladar las planillas. Aun así, el referendo estaría en aprietos si apareciera un solo apoyo en ese sentido, tal vez no a través de Transval sino de Provitec, que era la firma de vigilancia en la que DMG tenía más intereses. ¿Qué tan probable es esto? Todo dependería de cómo se organizó y controló la recolección de firmas, sobre todo en zonas de gran influencia de DMG, como Putumayo. Si Murcia aportó lo que dice, ello sólo se podría explicar de dos maneras: que los promotores hubieran buscado recursos por adelantado para la campaña por el referendo, no para la recolección de las firmas o que los aportes terminaran en otros bolsillos. De ser así, la tumba del referendo ya estaría cavada.
El problema de estas hipótesis es que Murcia afirmó que hizo su aporte en especie, y no en dinero. La defensa de Murcia dice que su cliente tiene videos y pruebas, y por eso los investigadores esperan que se presenten pruebas esta semana. Si Murcia dilata la entrega de las pruebas, quedará en evidencia que el escándalo no fue más que un recurso desesperado de alguien que trata de pescar en río revuelto, en busca de notoriedad mientras ensucia por venganza a un Presidente al que considera su enemigo.