‘¡Estoy listo para ver el Mundial!', Martinelli

Actualizado
  • 12/06/2018 02:03
Creado
  • 12/06/2018 02:03
La estrategia de la defensa del expresidente se centraba en lograr lo antes posible un cambio de la medida de detención preventiva de su cliente.

‘¡Estoy listo para ver el Mundial!' fueron las primeras palabras que pronunció el expresidente Ricardo Martinelli cuando se dirigió este lunes a los medios de comunicación panameños que cubrían su salida del aeropuerto de Opa Locka, en Miami, Florida, Estados Unidos, tras 364 días detenido en un centro penitenciario federal.

‘El Pleno, en su condición de autoridad competente para procesos seguidos a diputados, ordenó la detención'

JERÓNIMO MEJÍA,

JUEZ DE GARANTÍAS DEL CASO ‘PINCHAZOS'

No había bajado del avión privado en el que el Departamento de Estado de Estados Unidos lo extraditó a Panamá, cuando sus abogados ya presentaban ante la Corte Suprema de Justicia una petición para que Medicina Legal le hiciera una evaluación. A las ocho de la mañana, un recurso ‘urgente' fue interpuesto por Holanda Polo, en representación de Martinelli. Solicitaba formalmente —y de forma expresa— que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses efectuara a su cliente una revisión médica para controlar una lista de enfermedades.

El papel ingresado a la carpetilla 138-15 se recargaba en la nota diplomática enviada por el Departamento de Estado a la Cancillería panameña en la que solicita que, a su llegada a Panamá, se le practicara una revisión médica completa para recibir la atención apropiada.

La estrategia de la defensa del expresidente se centraba en lograr lo antes posible un cambio de la medida de detención preventiva de su cliente. Aunque no lo logró, su ciente, pasó la noche en el Hospital Santo Tomás. Un año como el reo 14813-104, en la prisión Federal de Miami, completamente aislado del mundo exterior, deprimido, con una temperatura constante de 14 grados centígrados en la celda, le había dejado más que desgastado. Ayer fue trasladado a una de las casas acondicionadas especialmente para él en el centro penitenciario de mínima seguridad, El Renacer.

Desde ahí, el hombre acostumbrado a que sus órdenes se cumplieran de inmediato, sacaba las manos entre los barrotes para saludar a las cámaras que no paraban de acecharlo. Detrás de los hierros de la ventana gritaba que se le habían violado sus derechos, que se le debía llevar a una clínica e incluso predicaba su futuro político en 2019.

Instalado en la casa rudimentaria, se hizo acompañar de su esposa, Marta Linares, y posteriormente de sus abogados.

Aproximadamente a las 4 de la tarde, el expresidente fue trasladado al Órgano Judicial, en donde presenció una diligencia de comunicación presidida por el juez de garantías Jerónimo Mejía.

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