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- 05/08/2011 02:00
- 05/08/2011 02:00
PANAMÁ. Cuando el hoy presidente de la República, Ricardo Martinelli, decidió en 1998 conformar un partido político, su ideal iba encaminado hacia un solo objetivo: romper con el entonces bipartidismo tradicional existente entre el Panameñismo y el Partido Revolucionario Democrático.
El exitoso empresario se lanzó a buscar miembros y tras maratónicas jornadas de inscripción, el naciente colectivo logra afiliar, un año después de su creación, más de 40 mil personas, ocupando el último lugar en la estadística de adherentes vigentes por partido político.
Pero más allá de conformar un colectivo, Martinelli anhelaba llegar a la silla presidencial. El camino no resultó nada fácil. Así quedó demostrado en el 2004, cuando logra solo el 5.3% del total de los votos escrutados. Pero a pesar de que perdió en estos comicios, Martinelli se posicionó como un político de peso, cuyo mensaje iba dirigido a la centro derecha, bajo el paraguas de un pensamiento conservador y nacionalista.
Así, ignorando la derrota electoral de 2004, el empresario se dispuso a desafiar, una vez más, a la clase política tradicional y en el 2009 con 126 mil adherentes, bajo el slogan ‘los locos somos más’ y acompañado de los partidos Panameñistas, Molriena y Unión Patriótica, la Alianza por el Cambio alcanza el 60,3% de los votos, una cifra que en la historia política del país solo ha sido superada por Guillermo Endara (62,5%).
Desde entonces, 13 años después de su fundación, la escalonada política de CD ha ido en ascenso. El partido ha sumado a sus filas unos 306 mil adherentes y con la reciente fusión con MOLIRENA, la dirigencia estima que superarán los 400 mil.
EL CD POR DENTRO
Y aunque Martinelli apuesta por convertir CD en el partido más grande de la República, hay quienes opinan que la fórmula no es la más efectiva, ya que en política, más allá de la cuantía, la regla de oro se fundamenta sobre la base de una organizada estructura política. Así lo considera el analista Mario Rognoni: ‘CD ha crecido en números dejando a un lado el fortalecimiento de su estructura política a nivel nacional’. A esta realidad Rognoni añade la existencia de varias corrientes ideológicas (torrijistas, liberales y ahora Molirena), que por ahora no han aflorado, pero que están fortaleciéndose en silencio.
DESPUÉS DE MARTINELLI... ¿QUÉ?
Ante esta multiplicidad de corrientes no cabe la menor duda de que Martinelli sigue siendo ‘el líder que todos escuchan y que nadie se atreve a contradecir’, afirma el analista José Blandón.
Al igual que Rognoni, José Blandón mantiene el criterio de que ‘crecer mucho no es bueno, porque de nada sirve que haya mucha gente si hay pocos caciques’, afirma.
Asegura que siendo Martinelli el fundador de CD, no será fácil escoger su reemplazo, porque ‘no hay un líder en CD que tenga la impronta de Martinelli’.
Y las encuestas así lo demuestran. Martinelli encabezó por varios meses la intención de voto de los panameños, en las encuestas de Dichter y Neira con una puntuación de entre 19 y 22% de aceptación, sin embargo, cuando Martinelli quedó por fuera de la lista de los presidenciables, la realidad fue otra. Ninguna de las figuras que hasta ahora el presidente ha considerado como presidenciables —como Guillermo Ferrufino, Aníbal Galindo, Jimmy Papadimitriu o Roberto Henríquez— logró quedarse con los puntos de Martinelli. Varela se coló al primer lugar dejando rezagado a Ferrufino. Los números fueron claros, CD carece de una figura que pueda parase al lado de Martinelli o sobrepasarlo. Todo apunta a que quien quiera llenar los zapatos de Martinelli dentro de CD tendrá un largo camino por recorrer.