José Dominador Bazán Olmos: 25 años de su muerte

Actualizado
  • 24/10/2021 00:00
Creado
  • 24/10/2021 00:00
Nota del editor: El pasado 20 de octubre fue el 25° aniversario de la desaparición física de uno de los colonenses más prominentes de nuestra historia republicana, José Dominador Bazán Olmos (1917-1996). Vicepresidente de la República en el periodo 1960-1964 y en 1968. Encargado de la Presidencia de la República del 10 al 14 de abril de 1962. Durante su brevísima gestión se le reconoce que reglamentó la tramitación de libertad para los detenidos, concedió facilidades migratorias para todas las religiones y nacionalizó los servicios de transporte turísticos. Hoy publicamos una reseña sobre este personaje que vio la luz por primera vez en 'La Estrella de Panamá', el 9 de septiembre de 1987, cuando aún vivía José Dominador Bazán, quien falleció el 20 de octubre de 1996.
José Dominador Bazán Olmos: 25 años de su muerte

José Dominador Bazán Olmos nace en la ciudad de Colón, República de Panamá, el 27 de agosto de 1917. El Canal de Panamá acababa de ser inaugurado y a Colón por su riqueza la llamaban “la costa de oro”.

Aquel Colón era el Colón de las familias históricas, los Estenoz, los Arcia, los Salazar, los Bynoe, los De Puy, los Lara, los Wilcox, los Galindo, los Tagarópulos. De los antillanos y los chinos. De los interioranos que emigraban hacia el Atlántico por el apogeo económico y la oferta de oportunidades laborales.

“Kerenski” como lo llamaba su padre, es vivo reflejo de aquel clima cosmopolita. Hijo de comerciante de origen cubano español, José Baldomero Bazán Bosch y de una chiricana, Elvira Olmos de Bazán, oriunda de la población de Gualaca.

Recibe su educación primaria en el colegio San José La Salle. La secundaria en la escuela superior de Cristóbal y universitaria en el College de Balboa. La inquietud por el estudio, la preocupación positivista por el orden y la organización en el trabajo. El respeto y la admiración por el conocimiento y la inteligencia complementado por la práctica de los deportes. El balompié, el boxeo, el básquet y el béisbol fueron sus deportes de juventud en los cuales se destacó.

A los 17 años fallece su padre Dominador Baldomero. Su madre Elvira había muerto estando aún niño. Lo invade la sensación de encontrarse abandonado y solo. Como consecuencia su salud es afectada. Cae enfermo de grave dolencia y emigra a Costa Rica en busca de salud. Con el poder de voluntad que lo va a caracterizar a lo largo de su vida, logra restablecer su precaria salud.

Ya para el año 1936 lo encontramos completamente restablecido. Estando en Costa Rica conoce a la joven Claudia Jiménez con quien contrae matrimonio el 14 de mayo de 1936 en la Iglesia del Carmen de San José. Regresa a Colón y retoma el rol empresarial dejado vacante por su padre. Se hace cargo de sus hermanos Argentina, religiosa Ursulina, residente en Bruselas, Bélgica; de Irma y Wilfredo.

Participa plenamente en las actividades cívicas como miembro del Cuerpo de Bomberos de Colón, del Club de Leones de Colón. Es delegado en los V Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe. Al mismo tiempo inicia una carrera política que habría de convertirlo en el más prominente hombre público que ha generado la provincia de Colón en los últimos 50 años. Ingresa a las filas del Partido Renovador por invitación personal que le hiciera don Francisco Arias Paredes, uno de los últimos caudillos de la República, conocido como “el Caballero de la Política”. El Partido Renovador era una organización de profundas raíces populares y democráticas, combinando las virtudes del socialismo democrático con nuestras raíces tradicionales e históricas.

Durante las décadas de los años 40, 50 y 60, Bazán forma parte de los movimientos sociales, políticos y económicos más significativos de Panamá que incidieron en el perfeccionamiento de nuestras instituciones. Empieza su vida política en 1942 como concejal y luego ocupa numerosas posiciones por elección popular en el aparato gubernamental. Fue elegido diputado por el Partido Renovador a la Asamblea Constituyente de 1945. La bancada renovadora propuso leyes que reflejaban sus aspiraciones e ideales democráticos. Se preocupó por las minorías de origen antillano a quienes la Constitución de 1941 les había quitado la nacionalidad por nacimiento.

J. D. Bazán fue signatario de la Constitución de 1946, y presenta junto con Rogelio Robles, el informe de minoría que es aprobado por unanimidad, rechazando el convenio Filós-Hines, sobre la base militar de Río Hato. Además, como diputado en el período 1945-1946 participó en la aprobación de las siguientes leyes para la República: Orgánica de Educación, Autonomía Universitaria, Código Sanitario, Código del Trabajo, Zona Libre de Colón. Actuó activamente también en la construcción del colegio Abel Bravo, el relleno de Colón y el estadio de Colón.

Entre 1948 a 1956 fue elegido alcalde de Colón dos veces. Nombrado gerente general de la Zona Libre de Colón en 1960. En 1959, siendo diputado, es designado ministro de Gobierno y Justicia para hacerle frente a la invasión Castro-comunista a Panamá.

Vicepresidente y presidente de la República en la administración de Roberto Francisco Chiari. Ministro de Gobierno y Justicia entre 1965 y 1968 en el mandato presidencial de Marco A. Robles. Elegido vicepresidente de la República en 1968 en la nómina encabezada por Arnulfo Arias Madrid. Fueron derrocados por un cuartelazo encabezado por el mayor Boris Martínez el 11 de octubre de 1968. Permaneció en la cárcel Modelo hasta el 22 de octubre de 1968 cuando fue expatriado por cinco años.

En 1967, cuando el Partido Republicano se proponía llevarlo a la Presidencia de la República, como candidato propio, según un pacto firmado entre el Partido Liberal y el Republicano, que le había dado al país ocho años de tranquilidad política y dos presidentes liberales: Chiari y Robles. Los liberales unilateralmente rompieron el pacto y postularon a otro liberal, los Republicanos se unieron a Arnulfo Arias y derrotaron en las urnas al gobierno liberal apoyado en ese entonces por la Guardia Nacional.

Fundó en dos ocasiones el Partido Republicano: en 1959 y en 1983, y en la actualidad es presidente vitalicio de esta corporación política.

J. D. Bazán ingresó al Club de Leones de Cristóbal, hoy Club de Leones de Colón, en 1936. Fue presidente del Club en 1939. León Vicegobernador de Istmania por Panamá. Fue declarado presidente vitalicio de los Leones en 1986. Socio honorario del Club de Leones de Coco Solo en reconocimiento de sus servicios a la comunidad.

Ostenta también una meritoria carrera en el Cuerpo de Bomberos de Colón. En esta institución de protección civil ingresó como bombero raso y después de 31 años de servicios llegó a ocupar el cargo de comandante primer jefe con el rango de coronel, reconocido por ley de la República.

En 1962, la prestigiosa revista internacional Fortune publicada en Estados Unidos de Norteamérica, escogió a Bazán como “El mejor empresario de Panamá y Centroamérica” por sus actividades en la Zona Libre de Colón, el dominio de la técnica de los negocios internacionales y dedicación a la industria y el comercio internacional.

En la actualidad, Bazán mantiene una constante preocupación por sostener estrechos vínculos con las nuevas generaciones de panameños que empiezan a destacarse en actividades políticas, cívicas, artísticas e intelectuales. Desde su escritorio, redacta hoy sus memorias; fiel a sí mismo, rodeado de libros y de archivos personales organizados por temas que recogen hechos y documentos de la historia que le ha tocado vivir. Trabaja en el silencio de su estudio aparentemente solo, pero acompañado por el recuerdo de personajes como Francisco Arias Paredes, Ernesto de la Guardia Navarro, Carlos Mendoza, Roberto (Nino) Chiari, J. J. Vallarino (padre), Domingo H. Turner, Cristóbal Segundo, Juan XXIII y Pablo VI, de Isabel de Inglaterra, Richard Nixon, Lyndon B. Johnson, Juan Domingo Perón, Giscard d'Estaing, Anastacio Somoza “Tachito”, el general William Westmoreland y Wladyslaw Gomulka. Tantas otras figuras históricas con quienes tuvo que tratar y que hoy, en perspectiva, habiendo concluido sus respectivos espacios vitales para la gran mayoría, le retrotraen conflictos humanos, pasiones que en su momento parecieron insuperables, pero que no eran más que el mero transcurrir de la condición humana; hecho que se le hace más patético cuando evoca la visita que hiciese al Campo de Concentración de Austwicht, y la forma en que quedó grabada en su memoria la miseria de las pasiones humanas.

Su esposa, Claudia, sus hijos Dominador Kaiser, el Rey y Vanessa María discurren discretamente a su rededor, consultándolo. En su pueblo natal, Colón, mantiene su actividad política y cívica. Acoge ideas y asesora. José Dominador Bazán Olmos, un ciudadano del siglo XX.

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