A votos emotivos, transformaciones profundas aplazadas

Actualizado
  • 19/05/2024 00:00
Creado
  • 18/05/2024 16:33
El llamado ‘voto castigo’, vino a ser, el cinco de mayo, la traducción de una emoción particular, muy común en la democracia, aunque no exclusivo de esta, tal es, el “resentimiento”. Se trata de un proceso emocional nacido al calor de sufrir situaciones de opresión, o pérdida de poder real o imaginario
Atracción-Fuga masiva de votos

En el breve espacio que representa esta página para el pensamiento crítico social, compartimos algunas interpretaciones alternativas a las mencionadas en la mayoría de los medios de prensa y sitios de debate académico sobre el significado de las elecciones generales del cinco de mayo último. Con el ánimo de comprender la racionalidad del comportamiento de la población votante y las perspectivas que esta abre a la sociedad y democracia panameña, con un gobierno cuyo presidente lo ha declarado “100% empresa privada”.

De las elecciones generales, cabe observar que las propuestas de las alianzas de los partidos Panameñista-Cambio democrático (Rómulo Roux) y la mancuerna, por parte del PRD-Molirena, cuyo candidato era Gaby Carrizo, vieron perder muchos miles de votantes (Ver Gráfica 1 las barras hacia la izquierda) .

Todos los, demás mostraron saldos positivos (Ver Gráfica 1, las barras hacia la derecha), quienes contaron con más votos atraídos que perdidos, por pocos que fueran, como en los casos de las candidatas Maribel Gordón y Zulay Rodríguez y en mayor medida el señor Mulino, con 558,362 votos atraídos, por encima de los votos que tenían como respaldo desde sus dos partidos en alianza y el señor Lombana, con una ganancia de 520,785 votantes que lo respaldaron con sus votos (Ver Gráfica 1).

Aritméticamente, todo sugiere que se suscitó una estampida de votantes del PRD para respaldar no solamente a Zulay y a Martín, aunque no en la cantidad requerida para ganar, sino que alcanzó para engrosar a Lombana y a Mulino; y hasta a Maribel Gordón, algunos cientos también.

En realidad, las condiciones estructurales de este partido ya estaban apuntando a esta debacle desde 2009, cuando se puso en evidencia que este había sido atrapado por agentes sociales del movimiento neoliberal, desplazando a la corriente de tradición vinculada a postulados conocidos como “torrijistas” (Pinnock, 2009). Este proceso hace crisis en el reciente torneo, tanto como en el panameñismo, que está sometido a proceso similar de cooptación neoliberal por encima de la tradición populista arnulfista.

La conducta de resentimiento en el centro de la tormenta

En efecto, el llamado “voto castigo”, vino a ser, el cinco de mayo, la traducción de una emoción particular, muy común en la democracia, aunque no exclusivo de esta, tal es, el “resentimiento”. (Ver Max Sheller, 1912. El resentimiento en lo moral, citado en: Illouz, 2023). Se trata de un proceso emocional nacido al calor de sufrir situaciones de opresión, o pérdida de poder real o imaginario.

Este estado emocional parece haber sido el causante inmediato de las preferencias electorales, al menos presidenciales que: por un lado, proceden desde dentro de los partidos capturados por representantes de las élites del poder económico criollo. Por otro lado, corresponden a quienes ejercían la gestión gubernamental, en defensa de los intereses de la “corporatocracia” con insoportables repartos de los excedentes económicos de manera inequitativa, profundizando las desigualdades sociales y económicas en el país.

En este sentido, tal resentimiento tiene una génesis material que le da soporte, de manera que hasta que no se resuelvan dichas causas, este se mantendrá, solo si cambia el agente social causante: por ejemplo, a través de un cambio gubernamental. Este sentimiento no siempre cambiará de destinatario contra el cual se dirigen las acciones de resentimiento; y puede terminar justificando las acciones de opresión, exclusión o maltrato en los que incurre el nuevo agente por el cual votó o ayudó a ascender al poder, incurriendo en una conducta negacionista de su propia escogencia errónea. Otros, no obstante, al sentirse defraudados, sí terminan modificando el sujeto objeto de su resentimiento.

El nuevo gobierno y las perspectivas de transformación social

Ahora bien, la cuestión es que las emociones casi nunca logran ser buenas consejeras al tratarse de la escogencia de las opciones que un sistema de elecciones pone a la disposición de la población electoral. De acuerdo con la interpretación que hace Eva Illouz del análisis que hicieron Nietche y Sheller del sentimiento comentado, este “difiere considerablemente de la protesta revolucionaria, que de verdad pretende destruir y cambiar el orden social (...)” (Illouz, 2023). Por consiguiente, en esta línea de pensamiento, cabría pensar en que tanto la población electoral como quienes han ascendido a los puestos de elección, al haberlo hecho jalonados por el voto emotivo del resentimiento, no estén orientados a la búsqueda real de las transformaciones profundas que requiere la sociedad panameña.

A medida que transcurren los días, las distintas comparecencias públicas de los próximos gobernantes escogidos a nivel nacional y local, sugieren esta tendencia. En el caso de la autoridad presidencial, su etiqueta principal ya la manifestó públicamente, señalando que es hombre “100% empresa privada”. Sus actos comenzaron a respaldarlo, toda vez que ha concretado reuniones para tópicos de gobierno con los gremios organizados del empresariado privado local. Esto contrasta con la ausencia de interés de tratar esos tópicos relevantes, pero desde la óptica de la contraparte de ese mismo empresariado, esta es, la contraparte laboral organizada, tanto de la zona de tránsito como del interior del país.

En realidad, este comportamiento presidencial, es el que cabía esperarse del señor Mulino, si se tiene en cuenta su trayectoria y pertenencia de clase social. El asunto está en los nuevos inquilinos de la Asamblea nacional de diputados, alcaldías y demás, a las que un grupo significativo de jóvenes arriban cual primerizos. Casi todos enfocados en las cuestiones procedimentales de este órgano republicano, en ciertos recortes de partidas presupuestarias para lavarle algo de la cara a dicha entidad, pero para nada preocupados en los profundos condicionamientos de inequidad social que existen en nuestra sociedad.

Así, el presidente electo está ansioso por generar recursos que permitan el pago de la deuda externa, convertida en impagable, y la posibilidad de inversiones de algunas mega obras, pero las medidas para ello pasan por recortes a derechos sociales y económicos, disfrazados de desburocratización y eficientismo del Estado. Para nada, tocar el tema de la corrección del sistema tributario regresivo, donde los más pudientes aportan menos que los estratos socioeconómicos medios de trabajadores y pequeños productores y empresarios-existente en Panamá.

Por su parte ¿Tienen los llamados “independientes” alguna estrategia distinta a esa para no hacer recaer sobre las espaldas de las clases trabajadoras las medidas condicionadas por las IFI´s a nuestra economía? Lamentablemente, hasta ahora, estos noveles diputados y autoridades locales están más entretenidos en lo procedimental; y la fiscalización dentro del orden establecido, aplazando las transformaciones profundas requeridas para el desarrollo humano. Lo que confirma la diferencia entre llegar a gobernar gracias a resentimientos y no por las razones generadas desde el interés popular y no solo empresarial.

El autor es Sociólogo: Docente e investigador de la Universidad de Panamá.

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