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- 08/07/2021 00:00

Los seguidores fieles de la productora de cómics Marvel –y ahora una gran productora de cintas junto a Disney– conocen a Natasha Romanoff, alias la Viuda Negra, quien se caracteriza por ser una mujer fuerte, independiente y entrenada para matar sin dudar. Sin embargo, la Viuda Negra que hemos visto en los últimos siete años a través de las cintas de The Avengers (Los vengadores, 2012-2019) es una mujer que busca la redención de sus actos criminales pasados, al usar sus conocimientos y fuerzas en pro de la protección humana.
Pero en su primera cinta protagónica, Black Widow (2021) que se estrenará en Disney Plus y cines disponibles este 9 de julio, Natasha (Scarlett Johansson) se ve aislada en las montañas de Noruega, sola tras los eventos de Avengers: Civil War y antes de Avengers: Infinity War, y en una sutil crisis de identidad, hasta que es confrontada por viejos enemigos y forzada a unirse a su familia –nunca antes mencionada– una vez más para salvar a millones de personas inocentes. La trama de la heroína que tiene la misión de detener al villano y sus planes malvados suena lo suficientemente cliché en esta cinta del género de superhéroes, sin embargo, la directora Cate Shortland se ocupó de añadir más carácter, fuerza e intriga a la historia original de Natasha, para que las poses de aterrizaje elegantes y los geniales vestuarios no fueran el único centro de atención.
Nuevamente, Johansson realiza una actuación impecable en un papel que conoce demasiado bien, por lo que cada movimiento, mirada y diálogo nos hace creer que Natasha es real y el mundo a su alrededor, que aunque es igual al nuestro como espectadores, es diferente, más peligroso y excitante. Asimismo, se unen a ella los actores David Harbour y Rachel Weisz, quienes interpretan a los doble agentes Alexei Shostakov y Melina Vostokoff, quienes a su vez conforman la familia de Natasha.
La historia llena de guiños a las películas clásicas de espías como James Bond (007), Jason Bourne y Misión: Imposible, lleva consigo el tema central de 'familia', y el contraste de la familia escogida de Natasha y aquella que la vio crecer, aunque por asignación. Su hermana Yelena Belova (Florence Pugh) es una adición de mucho potencial para el universo cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) y que toma protagonismo junto a Natasha en el desarrollo de los eventos que hacen de Black Widow una historia original y entretenida.

Los constantes y bien posicionados comentarios cómicos de Harbour, seguidos de las miradas de 'madre' de Weisz, brindan una química especial a la pantalla, haciendo que su relación pueda ser suficientemente universal para que cualquier pareja de esposos pueda sentirse identificado y disfrutar de los momentos agridulces que componen toda unión familiar.
El guion creado por Jac Schaeffer, Ned Benson y Eric Pearson da a cada personaje y locación un significado único, nada es al azar, aunque así parezca ser al principio, donde conocemos a la familia a través de un collage de momentos personales, películas caseras y fotos Kodak, creando un vínculo especial que luego será confrontado con la verdad que ocultan las sonrisas de la infancia.
La cinta producida por el cabecilla de Marvel en Disney, Keving Feige, se siente como una deuda pagada, tras su año de demora (originalmente sería estrenada en 2020) y siendo una de las cintas más esperadas por los fanáticos de la Viuda Negra. Pese a que Black Widow no es una cinta sin defectos, ya que en varias escenas el tiempo parece ir más lento de lo que debería (pero sin darnos cuenta ya hemos llegado a casi más de la mitad de la cinta) y los misterios siguen acumulándose (así como los diálogos de tira y afloja entre villanos y héroes), la experiencia de conocer un poco más de la infelicidad que vivía Natasha como parte de uno de los grupos femeninos más letales del mundo en Rusia, es un pedacito de lo que Marvel está dispuesto a dar en el futuro.
Cada lucha está muy bien coreografiada, la música (creada por Lorne Balfe) encapsula las emociones de los personajes, así como deja migajas de lo que se avecina en las próximas escenas y actúa como un personaje invisible pero omnisciente, inevitable a lo largo de la cinta; además, la fotografía de Gabriel Beristain permite ver cada locación como un nuevo mundo, ajustado a la historia individual de cada personaje, que encaja a las de los demás de forma orgánica.

La actuación de Johansson es suficiente para atraer a quienes han añorado por esta cinta desde su inserción al MCU en 2010 como personaje secundario. Sin embargo, Natasha no logra obtener su protagonismo del todo, siendo criticada por su familia rusa asignada y siendo recordada más de una vez la importancia de sus compañeros vengadores: capitán América, Thor y Tony Stark, disminuyendo la importancia del papel de Natasha en el grupo como quien posee las habilidades de resolución de problema, estrategia en combate e inteligencia emocional.
La cinta que supone ser sobre la asesina convertida en heroína, se enfoca más en hacer ver más pequeña de lo que merece, minimizándola a propósito hasta el momento en que es demasiado obvio, ya que su última batalla, aquella que la forjaría como heroína independiente y que mantiene un nombre por sí sola ante las cámaras, es arrebatada de los ojos de los espectadores, y nuevamente Natasha es posicionada como quien sacrifica su propia imagen por pertenecer a un equipo.

La identidad de Natasha fuera de los Vengadores aún necesita ser más pulida ante las cámaras, pues como ha mencionado la directora Cate Shortland: “La Viuda Negra tiene suficiente carácter, misterio e ingenio para una serie completa”, por lo que la fanbase espera que sea pronto cuando se pueda disfrutar de una cinta o serie que dé a Natasha Romanoff el reflector que se merece.